Un cable de la agencia AFP,
publicado en EL NACIONAL del 3 de febrero de este año, ha encendido las alarmas
en algunos sectores del país que deseamos salir del pésimo gobierno de Nicolás
Maduro lo antes posible. El cable dice que “la MUD analizará la enmienda, el
referendo revocatorio y una Asamblea Constituyente como fórmulas para anticipar
la salida del poder de Maduro, sin descartar su renuncia”. Pero eso no es lo
que me preocupa. Lo más grave, es que, según la AFP, “el mecanismo se definirá
a más tardar en junio, de acuerdo con la coalición”.
Escribo estas líneas el sábado 6
de febrero, luego de ver las imágenes de un grupo de personas que intentaron
saquear un supermercado en San Cristóbal en busca de comida, y pocas horas
después de observar el más reciente discurso de Maduro, arremetiendo contra
empresas Polar y su presidente Lorenzo Mendoza, y me pregunto: ¿estarán
dispuestos los venezolanos a esperar hasta junio para que la MUD defina cuál es
el mecanismo para salir constitucionalmente de este desastre? De verdad, no lo
creo.
No pretendo competir con Adriana
Azzi ni con Reinaldo Dos Santos en el terreno de las predicciones. Pero algo me
dice, y no son precisamente los astros, que las grandes mayorías del país
(sobre todo esa mayoría que votó a favor de los candidatos de la MUD el pasado
6 de diciembre) quiere y desea con fervor, que las fuerzas democráticas
venezolanas definan, lo antes posible, el mejor camino para sacar a Nicolás
Maduro de la Presidencia de la República.
Sí. Es cierto. No faltará quien
diga que la nueva AN apenas tiene un mes de instalada, y que hay muchas cosas
prioritarias, como la Ley de Amnistía, la Ley de títulos de propiedad para los
adjudicatarios de viviendas de la GMVV y muchas otras leyes que se han
presentado a discusión en el seno del parlamento venezolano. No le exigiré a
Henry Ramos y los restantes 108 diputados de la MUD que resuelvan los problemas
del país en 30 días como lo hacen descaradamente algunos voceros del
oficialismo. Pero que nadie me venga con el cuento de que debo esperar hasta
junio para que me digan cómo vamos a salir de Maduro. Eso sí que no me lo calo.
Hay, hasta ahora, cinco caminos
para buscar la salida de Maduro de la presidencia de la República:
1.- La Renuncia: Un importante
sector del país insiste en solicitar la renuncia del Jefe de Estado. Hay
quienes piensan en la posibilidad de que Maduro, en un gesto de desprendimiento
y de admisión de sus culpas, ponga el cargo a la orden al reconocer que la
crisis lo ha sobrepasado y que no está en capacidad para continuar al frente
del gobierno.
Lo diré a bocajarro: no creo que
Maduro vaya a renunciar. Todo lo contrario: pienso que el Presidente intenta
desesperadamente aferrarse al cargo. Henry Ramos Allup dijo hace un par de días
algo que comparto plenamente: “Maduro es un preso político”. Claro que lo es.
Nicolás es un preso de los cubanos que no quieren por nada del mundo perder la
influencia que tienen sobre el gobierno (y los dineros) de Venezuela. Es un
preso de la cúpula militar corrupta que se ha enriquecido manejando los grandes
negocios del gobierno y que no quiere por nada del mundo que se le acabe la
manguangua.
Así que olvidémonos de eso:
Maduro no va a renunciar. A Maduro hay que sacarlo de Miraflores, utilizando
para ello cualquiera de las vías establecidas
en la Constitución.
2.- Asamblea Nacional
Constituyente: La propuesta de una ANC, inicialmente lanzada por Leopoldo
López, se ha desinflado, pero todavía hay un sector, que cree y defiende esa
salida. En mi opinión, la Constituyente cuenta con un gran escollo: los
partidos políticos que integran la MUD no están interesados en esa vía porque
una Constituyente dejaría sin trabajo a la recién electa Asamblea Nacional.
Como se sabe, una ANC deja sin efecto a todos los poderes constituidos,
comenzando por el Poder Legislativo. No creo que los 112 diputados electos
estén dispuestos a dejar unas curules que ganaron en muy buena lid y con tanto
esfuerzo para abrirle paso a una ANC.
3.- Recorte del Mandato: La
propuesta de un recorte del mandato de Maduro la hizo el partido Causa R, el
cual plantea una enmienda constitucional que debe ser refrendada por voto
popular, y que según explicó el constitucionalista Juan Manuel Rafalli,
requiere el voto afirmativo del 50 % más uno de los legisladores presentes en
la sesión de la AN.
De aprobarse esta iniciativa,
Maduro gobernaría hasta abril de 2017. En diciembre de este año se deberían
celebrar elecciones para escoger un nuevo Presidente de la República. La
propuesta de la Causa R no es nada despreciable. Pero ocurre que para que sea
válida, requiere de una consulta popular (un referendo) que la convalide, lo
cual implica atravesar el espinoso camino del CNE dominado actualmente por el
PSUV. La ventaja del recorte del mandato, según algunos abogados, es que ese
referendo aprobatorio se ganaría por mayoría simple, independientemente del
número de electores que acuda a la cita, lo cual no implicaría la necesidad de
sacar más de 7 millones 500 mil votos como el referendo revocatorio.
4.- Consolidar mayoría en
elecciones regionales: Algunos partidos políticos pertenecientes a la MUD
apoyan la teoría de la “consolidación de la mayoría” y consideran que las
fuerzas democráticas deben centrar todos sus esfuerzos y sus energías en los
comicios regionales que, de acuerdo con la Constitución y las leyes, deberían
realizarse a más tardar a finales de 2016 para escoger nuevos gobernadores y
consejos legislativos. Según esta teoría, la MUD debe consolidar una mayoría
política en otras instancias de poder para luego doblegar a Maduro.
Quienes defienden esta tesis
señalan que si se repite la votación del 6D, las fuerzas democráticas podrían
arrasar en no menos de 20 gobernaciones de estado.
La pregunta es: ¿aguantará el
país un año más de gobierno de Nicolás Maduro mientras los partidos políticos
buscan conquistar las gobernaciones? Y hay otra interrogante: ¿De qué sirve
tener 20 gobernadores en un país presidido por Maduro y controlado por el TSJ y
una cúpula militar corrupta?
5.- Referendo Revocatorio: El
revocatorio pareciera ser la vía más expedita para salir de Maduro. Los
demócratas de Venezuela ya sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer para
activar ese mecanismo. La experiencia obtenida en 2004 será de gran ayuda. Se
necesitarían cerca de 4 millones de firmas (20% del electorado) y la aprobación
del CNE que, por el momento, se encuentra dominado en una relación de 4 a 1 por
el oficialismo, para activar este mecanismo.
Si dejamos el Revocatorio contra
Maduro en manos del actual CNE ya sabemos lo que nos espera: firmazo,
reafirmazo, firmas planas, planillas van, planillas vienen, hasta que a las
rectoras oficialistas les de la regalada gana de aprobar la consulta. No
descarten una nueva Lista Tascón (que evidentemente, esta vez llevará otro
apellido) y las intimidaciones contra funcionarios públicos para que se
abstengan de votar.
Pero si la AN actúa, de acuerdo
con la Constitución y las leyes, podría revertir esa mayoría oficialista del
CNE este mismo año, en virtud de que como bien se sabe, hay dos rectoras a
quienes se les vence el período en 2016. El 22 de diciembre de 2014, el diario
pro oficialista Ultimas Noticias, informó que “los períodos de las dos rectoras
del CNE, Socorro Hernández y Tania D'Amelio, vencen en 2016”.
Hay que admitirlo: revocar a
Maduro no es fácil. Se requieren 7.585.580 votos, es decir, un sufragio más de
los que sacó en las elecciones de 2013: 7.585.579 votos. Es bueno recordar que la oposición obtuvo en los
comicios de abril de 2013 un total de 7.363.980 votos, cifra que aumentó en los
comicios del 6 de diciembre de 2015 cuando se obtuvieron 7.707.422 votos, es
decir, 343.442 votos más. El oficialismo, por su parte, obtuvo 5.599.025 votos,
lo que significa 1.986.554 votos menos.
¿Hay votos para revocar a Maduro?
La respuesta es sí. En las elecciones del 6D hubo cerca de 680 mil votos nulos,
la mayoría de los cuales, eran sufragios opositores, gente que
desafortunadamente no supo votar, o electores que intentaron cruzar el voto,
para beneficiar a candidatos que se encontraban por fuera de la tarjeta de la
MUD. Aunque sea difícil de aceptar es completamente cierto: hay gente que
todavía no sabe votar con máquinas.
En conclusión: existen los
mecanismos constitucionales para salir de Nicolás Maduro. Lo que no hay es
tiempo. Esperar hasta junio es un suicidio. Cada segundo que pasa, hace que
esta olla de presión se ponga mucho más caliente. El pueblo se está
impacientando. Pedimos a la gente que nos diera mayoría en la AN y la gente
votó. El país anda buscando una válvula de escape. Con el hambre de la gente no
se juega. Los ciudadanos debemos actuar antes de que lo hagan los militares.
Gustavo Azocar Alcala
cafeconazocar@gmail.com
@gustavoazocara
Tachira – Venezuela
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