Dentro del desarrollo
de los acontecimientos en la materia política nacional del 6 de diciembre hasta
el día de hoy, vuelvo sobre el tema, se han presentado algunos hechos que no
están demás darle una repasada.
En primer lugar, el
espectacular “empujón” que le dio la MUD al oficialismo en las elecciones
parlamentarias no cesan de causar efectos negativos dentro de las filas del
Psuv, del Gobierno, como tampoco ha dejado de insuflar energía y de incrementar
el optimismo en la mayoría de los compatriotas que desean con vehemencia un
cambio radical, absoluto, del sistema que nos ha gobernado hasta ahora.
En segundo lugar,
considero ilustrativo copiar un elemento que de manera atinada escribiera Elías
Pino Iturrieta en su artículo del domingo pasado en el diario El Nacional, cito
textualmente: “Si la ciudadanía ha
mostrado ante el chavismo una paciencia de dieciséis años, pese a la catástrofe
que significa, no parece justo dedicarse ahora a la crítica de la AN. La representación
popular dominada por la oposición apenas está calentando las curules, como para
que ya le estemos pidiendo resultados capaces de satisfacer todos los reclamos
del pueblo que votó por sus diputados en términos contundentes. La historia es
un acontecimiento paulatino, una experiencia obligada a transitar diferentes
capítulos que habitualmente se mueven según las solicitaciones del contorno”.
Y en tercer lugar,
hay que definir que las fuerzas democráticas se encuentran hoy estudiando
minuciosamente, detalle a detalle, cuáles de las opciones establecidas dentro
de nuestra Constitución, como lo son el enjuiciamiento para destituir al
Presidente, la renuncia, la enmienda, la constituyente o el revocatorio. La
piedra de tranca está en dar cuál de ellos es el más conveniente para saltar
los obstáculos legales y parcializados con el Gobierno Nacional como lo son el
Tribunal Supremo de Justicia y su Sala Constitucional.
Nadie duda que la
oposición democrática día a día incremente sus solidaridades y que por el
contrario la fulana revolución y el presidente Maduro anden en un nivel de
aceptación que oscila entre 10% y 12% escasamente. Esto se traduce en que el
rechazo al Presidente está garantizado de antemano, que se obtendrían los votos
que se necesiten para revocarle el mandato, tanto que el 6D se superó ese
número en 150.000 votos.
En lo particular
hasta hace poco me anotaba al revocatorio más por una razón de orden conceptual
porque es el que mejor define la salida del Presidente, pero sin considerar
temerariamente las tramoyas legales.
Finalmente, pienso
que hay que profundizar y estudiar con detenimiento la propuesta de la Causa R
presentada ante la Asamblea Nacional que propone el mecanismo de la Enmienda
Constitucional para modificar una o varias partes de su articulado que
coadyuvará y encapsulará lo que el pueblo venezolano ha hecho un punto de
honor, cambiar el Gobierno.
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo – Venezuela
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