"La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas" Albert Camus
La retórica de la
antipolítica ha generado una corriente de opinión cada vez más adversa a los
partidos. Es la anárquica retórica del antipartidismo. Desde luego, los
partidos adolecen de graves fallas estructurales, pero es necesario fortalecerlos
como órganos primordiales de la democracia. Es necesario desplazar la vaguedad
intelectual y doctrinaria de esa retórica. Los partidos políticos tienen la
responsabilidad de analizar su situación y revisar la vigencia de su doctrina y
su relación con la ciudadanía.
Se hace propia la ocasión para refundar los partidos con
una nueva y moderna plataforma ideológica adaptada a la realidad del país, con
una comunicación emergente, creativa y abierta a las inquietudes sociales y, en
especial, a la juventud, lo que enriquecerá y fortalecerá el pensamiento
político y el diálogo ciudadano, superando la organización sectorial cerrada,
que impiden el pensamiento libre y el debate de las ideas, quedando la retórica
antipolítica supeditada a la manipulación psicológica que el “líder” realice
sobre su público.
Los partidos tradicionales llevan décadas sin plantear un
debate de ideas, se han acostumbrado a una vaguedad discursiva de estériles
discusiones, sin respaldo filosófico ni
psicológico en lo político, por tal razón, se necesita una nueva cultura
sociopolítica, una nueva idea de nación, lo que sólo se puede lograr con una
nueva visión programática de los partidos políticos para recuperar
credibilidad, respeto y militancia.
Basta de la retórica política insustancial en la cual están
inmersos los políticos profesionales y aquellos aún no “graduados”, en su
mayoría rehúyen el debate de ideas de fondo y descuidan su léxico discursivo
convirtiéndolo en retórica de baja estofa.
Los partidos políticos tienen la responsabilidad de demostrar
que las ideologías no han muerto y que
pertenecen, desde el SXVIII a la llamada “Ciencia de las Ideas”, un producto
del intelecto humano destinado a organizar el pensamiento a través del análisis
y el debate.
La sociedad necesita creer en una acción política seria
de análisis y debate, donde se le permita construir una nueva realidad de país,
pues la actual no llena las expectativas, es necesario dejar atrás los viejos
atavíos conductuales de la política, hacer una catarsis ideológica que libere al
ciudadano para pensar, debatir libremente y construir un nuevo proyecto
político de país, con espacios políticos de expresión libre, sin dogmas,
fundamentalismos, ni mitos políticos, donde la inmediatez, falsedad, engaño y
manipulación retórica del accionar antipolítico, corrompido y adormecedor de
las masas, no tenga cabida. Hay que evitar
anarquizar el espectro político.
Es tiempo propicio para armar un conjunto de ideas que
sirvan válidamente para interpretar la nueva realidad que exige el país, se requiere
un debate político de altura que nos facilite la interpretación de esa realidad
y se establezca una línea de acción unitaria con los grupos comprometidos con
el cambio y el destino del país, con sentido y capacidad de acción ante la
incertidumbre.
Fernando Facchin
Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin
Carabobo - Venezuela
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