sábado, 26 de marzo de 2016

ALFREDO M. CEPERO, LOS APÁTRIDAS JUEGAN SU ÚLTIMA CARTA, CASO CUBA

Su conducta me ha convencido de que su patria es el dinero con el cual proyectan su influencia, compran conciencias. imponen su criterio y dan rienda suelta a su arrogancia.

Como una banda de buitres que se apresuran a devorar el cadáver de la patria de Martí, un grupo de apátridas se reunió la semana pasada en la Casa Blanca con Barack Obama, el más reciente protector de la tiranía castrista. En la nota de prensa oficial se les califica de "defensores de la sociedad civil, religiosos y representantes del sector privado". Al mismo tiempo, se pone especial énfasis en la afirmación de que: "desde el inicio de su administración, Obama había consultado estrechamente su política hacia Cuba con la comunidad cubanoamericana".

Pura basura para engañar a ignorantes y desorientar a multitudes. La realidad es que este sujeto no tolera la más mínima discrepancia con su filosofía de izquierda ni con su política de apaciguar y financiar a los enemigos de los Estados Unidos. Así lo hizo con Irán y lo está haciendo con Cuba Comunista. Este grupo con el que Obama se reunió la semana pasada son los mismos apátridas que desde el principio de su mandato han coincidido con sus designios de dar oxígeno a un régimen que se asfixia en sus errores, su maldad y su inmundicia.

Ahora se apresuran a dar pasos para invertir en Cuba y ser actores del cambio que se avecina antes de que haya un presidente en la Casa Blanca que anule todas las órdenes ejecutivas del obstinado Mesías, que antepone su legado de gran pacificador a los intereses de los Estados Unidos. Obama necesitaba cobertura para su iniquidad y estos sujetos se la proporcionaron sin el más mínimo pudor y con una satisfacción nada disimulada.

Cuando leí la nota oficial, mi primera reacción fue calificarlos de vende patrias, pero después me di cuenta de que eso habría sido un insulto a los vende patrias. Aquellos alguna vez tuvieron patria, pero estos cómplices de Obama en la prolongación de nuestra pesadilla nacional demuestran no haberla tenido nunca. Tampoco la tendrán jamás mientras anden del brazo de asesinos y de tiranos como Fidel y Raúl Castro.

Su conducta me ha convencido de que su patria es el dinero con el cual proyectan su influencia, compran conciencias. imponen su criterio y dan rienda suelta a su arrogancia. No les quita el sueño lo que piensen sus semejantes y les importa poco lo que yo diga en este artículo. Pero yo no escribo para sordos y ciegos al bienestar de mi pueblo. Escribo para crear conciencia entre quienes todavía ponemos la patria por encima de nuestros intereses materiales y de nuestras frivolidades humanas.

Creo, por otra parte, que si andan buscando notoriedad ya la lograron. Son parte integral e indeleble del capítulos más bochornoso de esta lucha de 57 años por la redención de un pueblo castigado por una adversidad y una crueldad inenarrables. Su arrogancia y su egocentrismo los hace dignos de ser émulos de Barack Obama y de Donald Trump. Su traición a la nación cubana los pone al mismo nivel de infamia de Benedict Arnold, el traidor que se pasó a los opresores ingleses durante la guerra de independencia de los Estados Unidos. Un hombre que murió en Londres en una buhardilla miserable, atormentado por su conciencia, maldecido por sus compatriotas y despreciado por quienes lo compraron.

En un artículo, titulado precisamente "los apátridas" y publicado en estas páginas de LNN el 28 de enero de 2010, escribí: "La esencia y la naturaleza de estos miserables la encontramos en un vocablo que nos llega desde la antigua Grecia, donde se calificaba de apátridas a quienes ya fuera por castigo o por su propia conducta ingresaban en las filas de los hombres sin patria. La lista de quienes se han prestado a esta ignominia debe ser exhibida en un Salón de la Infamia del museo donde en un futuro sean mostrados los crímenes perpetrados por la tiranía en este medio siglo de barbarie y dolor".

Para que nadie los olvide, ahí van los nombres de quienes asistieron a la reunión con Barack Obama: Emilio Estefan, fundador de Estefan Enterprises Inc., Mike Fernández, fundador de MBF Healthcare Partners, Angela Freyre, asesora legal general de Export-Import Bank, Felice Gorordo, fundador de Raíces de Esperanza, Carlos Gutiérrez, asociado de Albright Stonebridge Group, P. Fernando Hería, sacerdote católico y juez del Tribunal de Consenso Cubano, Iglesia Católica St. Brendan, Miami, Ric Herrero, director ejecutivo de #CubaNow, Consuelo Isaacson, presidenta de Amigos de Caritas Cubana, Jorge Mas, presidente y cofundador de MasTec, Alejandro Mayorkas, subsecretario del Departamento de Seguridad Interna, John McIntire, presidente de la Fundación Cuba Emprende, Ralph Patiño, fundador de Patiño & Associates, Ariel Pereda, presidente del Consejo de Negocios Engage Cuba, Carlos Saladrigas, presidente de Cuba Study Group, Micho Spring, presidente de Global Corporate Practice, Weber Shandwick, Silvia Wilhelm, directora ejecutiva de Puentes Cubanos.

Pienso, por otra parte, que la mejor arma para desnudar esta infamia es una lista abreviada de los actos más brutales perpetrados por los tiranos contra el pueblo de Cuba. Según el Dr. Armando Lago, fundador y director de Archivo Cuba, www.CubaArchive.org, entre el primero de enero de 1959 y el mes de abril de 2009, la tiranía castristas había producido 8,220 víctimas de distintas categorías. Un estudio más detallado efectuado por analistas del Memorial Cubano, identificó con nombres y apellidos a esas víctimas como 5,732 fusilados, asesinados y desaparecidos. Además enumeró 515 muertes en prisión por negligencia médica, suicidio y accidente.

http://www.memorialcubano.org/PDF/MC_List_2009_UPDATED_feb_2008.pdf

Uno de esos actos de ruindad y de venganza fanática fue perpetrado por el despreciable Osmani Cienfuegos cuando ordenó el hacinamiento para transporte a La Habana de 160 patriotas de Bahía de Cochinos en un espacio donde no cabían siquiera la mitad. Incluyo los nombres de las víctimas de lo que ha sido denominado en nuestra historia como Rastra de la Muerte: Alfredo José Cervantes Lago, José Daniel Vilarello Tabares, José Santos Millán Velasco, Hermilio Benjamín Quintana Pereda, José Ignacio Macías del Monte, Santos Ramos Álvarez, Pedro Rojas Mir, René Silva Soublete y Moisés Santana González.

Sigo con más nombres porque una víctima identificada con nombre y apellido vale por cien mil estadísticas. En este caso, los patriotas cubanos muertos en huelgas de hambre: Roberto Lopez Chavez 1966, Francisco Aguirre Vidarrueta 1967, Luis Alvarez Rios 1967, Carmelo Cuadra Hernandez 1969, Pedro Luis Boitel 1972, Olegario Charlot Espileta 1973, Enrique Garcia Cuevas 1973, Reinaldo Cordero Izquierdo 1975, Jose Barrios Perez 1977, Santiago De Jesus Roche 1985, Nicolas Gonzalez Reguero 1992, Orlando Zapata Tamayo 2010 y Wilman Villar Mendoza 2012.

Aunque creo que el asesinato de cualquier ser humanos es un acto reprobable, considero que no existe mayor cobardía que el asesinato a mansalva de mujeres y niños desarmados por el solo hecho de buscar la libertad. Ese fue el caso del hundimiento por la tiranía del Remolcador Trece de Marzo, el 13 de julio de 1994. De los setenta pasajeros, 41 perecieron en el fondo del mar, entre ellos 10 niños menores de 12 años. Para una lista pormenorizada puede el lector pinchar en

http://www.cubademocraciayvida.org/web/article.asp?artID=2795

Y de todos los asesinatos, no existe otro más documentado y que apunte con mayor certeza a la culpabilidad directa del asno ensangrentado que hoy oprime a los cubanos que el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. Los cuatro jóvenes asesinados aquel fatídico 24 de febrero de 1996, en una misión humanitaria para salvar compatriotas, fueron: Carlos Costa, Armando Alejandre, Mario de la Peña y Pablo Morales.

Para no hacer esto demasiado largo, concluyo con los asesinatos de dos figuras cimeras de la oposición interna en la lucha por la libertad de nuestra patria: Laura Pollán y Oswaldo Payá. Según fuentes dignas de crédito: "Laura Pollán ingresó al parecer con el azúcar descompensado, problemas respiratorios y dolores-fiebres del tipo dengue. La secuestraron de inmediato en Terapia Intensiva, declarándola en estado de salud “muy grave”, justificación perfecta para imponerle el más estricto régimen de aislamiento".

En el caso, aún más obvio, de Oswaldo Payá, la Fundacion de Derechos Humanos señala que Oswaldo Payá y Harold Cepero murieron el 22 de julio de 2012 "en circunstancias cuyo esclarecimiento ha sido activamente impedido por el Estado" cubano. Y concluye con la afirmación categórica: "La evidencia excluida de manera deliberada apunta a que los hechos ocurridos no fueron un accidente, como fue calificado rápidamente por las autoridades en los medios estatales (…) sino el resultado de un incidente automovilístico provocado deliberadamente por agentes del Estado."

Para que nadie alegue ignorancia en el futuro sobre esta pesadilla nuestra aquí tienen con nombres y apellidos a los buenos y a los malos, a los patriotas y a los apátridas. Cada quién que emita su propio juicio de acuerdo con sus principios y su conciencia. El mío sigue siendo y seguirá siendo mientras respire el que emití en abril de 2009 en mi artículo La Patria: "¡Que se cuiden los tiranos y los apátridas de la santa ira de un pueblo en la reconquista de su libertad perdida!

Alfredo Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de www.lanuevanacion.com
Estados Unidos

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