martes, 22 de marzo de 2016

GUSTAVO AZÓCAR ALCALÁ, CARTA A LA CAMARADA ANTI-IMPERIALISTA (Y AHORA CAPITALISTA) IROSHIMA BRAVO

Apreciada Camarada:

Acabo de leer las noticias publicadas en diferentes medios de comunicación de Venezuela y Miami, donde se anuncia que usted acaba de inaugurar un moderno Spa en la tierra del Tío Sam. El establecimiento, llamado Pure Med Spa Miami, es un centro de belleza y rejuvenecimiento localizado en el 3905 NW, 107 Ave. Suite 104, Doral -Miami, código postal 33178, y de acuerdo con la base de datos de Sunbiz.org está registrado por las empresarias venezolanas Visnu Ferreira, Niurka Mustafá y Diana de La Cruz, quienes figuran como directivas de la compañía Dermacare USA Inc.

Ciertamente, en esa base de datos usted no figura como accionista de la empresa, pero me ha llamado poderosamente la atención, la divulgación de una tarjeta de presentación suya, donde figura el nombre de Jennifer Bravo (su segundo nombre y su apellido) con el logo y la dirección de ese Spa.

Probablemente usted negará cualquier vínculo o sociedad con el Pure Med Spa Miami. Es casi seguro que también dirá que la tarjeta de presentación que ha sido divulgada a través de las redes sociales tampoco le pertenece y que se trata de un vulgar montaje. Pero hay algo que usted no puede negar: estuvo en la inauguración del local y se codeó con la crema y nata de la ciudad de Doral.

Si me lo permite, y con el debido respeto, hay algo que tampoco podrá ocultar: el cambio físico experimentado por usted es impresionante. Hay mucha diferencia física (y poderosísimas razones) entre la Iroshima Bravo que militaba en el PSUV y que fungía como diputada en la Asamblea Nacional y la flamante Jennifer Bravo que aparece en las fotografías que fueron publicadas luego de la inauguración del local. Pero bueno, de eso se encargarán mis colegas de la prensa rosa y la farándula. Yo me he de encargar de otra cosa.

Estimada Camarada: viendo las fotografías que la muestran a usted muy radiante, en la inauguración del Pure Med Spa Miami recordé que el 16 de diciembre de 2014, la señora María Iris Varela Rangel, ministra de Asuntos Penitenciarios, pidió a todos los miembros del PSUV quemar sus visas americanas: “Yo estoy convocando a los camaradas revolucionarios, al pueblo venezolano que tenga ese documento (la visa americana), sería bueno hacer una pila y quemarlos, o sea, convocar una quema de eso”, señaló la ministra.

La señora Varela dijo además que “eso (la visa americana) es un documento que más bien mancha a la dignidad de los hijos de Bolívar, si alguien aquí ha sido antiimperialista es Simón Bolívar cuyo pensamiento inspiró al proceso revolucionario y le dio nombre a nuestra República Bolivariana de Venezuela”.

La ministra comentó que una vez le otorgaron una visa norteamericana, como representante de la Confederación Parlamentaria de la Américas (Copa), y que estuvo buscándola entre sus objetos personales para destruirla.

Tengo la leve impresión, estimada camarada Iroshima Bravo, que usted no le paró bolas a Iris Varela. Usted no solamente conservó su visa americana, sino que además decidió invertir quizá una pequeña parte de sus ahorros (en dólares americanos, no en bolívares devaluados) en un negocito en Miami que le produzca rentabilidad y le garantice su jubilación. Hay razones para creer que su visa no es de turista, sino de inversionista.

Estimada camarada: también quiero recordarle que el pasado 18 de marzo de 2015, el presidente Nicolás Maduro, anunció la recolección de 10 millones de firmas para exigir la derogación del decreto ejecutivo del mandatario estadounidense Barack Obama que califica a Venezuela como una “amenaza inusual”.

Maduro dijo que “nos vamos a las calles a recoger 10 millones de firmas para la derogación del decreto imperial de Obama”. El ex chofer del Metro de Caracas estaba tan seguro de que muchos dirigentes oficialistas como usted lo iban a ayudar en la recolección de las rúbricas, que el 18 de abril de 2015 anunció que “la lucha porque se derogue el decreto de amenaza a Venezuela se mantiene, la recolección de firmas debe seguir y debemos llegar a 12, 13, 14 millones de firmas y más, antes del 30 de abril”.

El Consejo Nacional Electoral, en la voz de su presidenta, Tibisay Lucena, anunció que fueron recolectadas 10 millones 408 mil 83 firmas recolectadas en el territorio nacional para exigir al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la derogatoria del decreto ejecutivo. Ojo: la mitad de los que firmó no votó por los candidatos del PSUV el 6D.

Recuerdo haber visto a muchos oficialistas firmando y recogiendo firmas por muchas partes del país. Pero a usted, estimada camarada Iroshima Bravo, no la vi por ninguna parte, lo cual me hace suponer que usted no firmó esa vaina. Claro, mientras Maduro recogía firmas y blasfemaba contra Obama, usted probablemente se encontraba en Doral, supervisando los detalles de la inauguración del Pure Med Spa Miami.

Tengo la certeza, de que usted, apreciada camarada, que fue bautizada con el nombre de Iroshima, probablemente en homenaje a la ciudad Japonesa de Hiroshima, la cual fue sacudida por el estallido de una bomba nuclear, no tiene la menor idea de lo que ocurrió aquel 6 de agosto de 1945. En la izquierda venezolana abundan los dirigentes bautizados con nombres como Ilich, Vladimir, Lenin, Ernesto, Fidel, etc, que no tienen la más mínima idea de por qué sus padres les llamaron así.

En la red global de internet encontré que usted, Iroshima Jennifer Bravo Quevedo, titular de la cédula de identidad No. 12.420.139 nació el 16 de junio de 1974, es decir, 29 años después que los tripulantes del Enola Gay lanzaron la primera bomba nuclear. Podría jurar, y ojalá me equivoque, que usted no conoce Hiroshima. Quizá sus asesores financieros le dijeron que un Spa no sería un buen negocio en esa ciudad.

Una cosa si es cierta: ni usted, ni el jefe de la desastrosa y corrupta revolución que viene acabando con Venezuela desde 1999 habían nacido cuando a las 8:15 a. m. del 6 de agosto de 1945, la ciudad de Hiroshima fue martirizada con el primer bombardeo atómico de la historia en el que perdieron la vida unas140.000 personas. La bomba que acabó con Hiroshima tenía unos tres metros de largo y pesaba cuatro toneladas. Portaba 50 kilogramos de uranio-235.

Estimada camarada: no soy quien para cuestionar su cambio de look, ni mucho menos sus exquisitos placeres y su buen gusto. Como ya dije anteriormente, eso es algo que no me corresponde y que me haría lucir muy poco caballeroso. Mi preocupación no radica en el hecho plausible de que una mujer quiera lucir bella y hermosa. Todo lo contrario. Eso es algo que siempre contará con mi visto bueno.

Mi preocupación, estimada camarada Iroshima Bravo, se fundamenta en el hecho de que usted se mostró durante los últimos años, como una férrea dirigente socialista, revolucionaria y anti imperialista.  En los archivos reposan sus intervenciones públicas y sus declaraciones, primero como diputada, luego como gerente del Seniat, posteriormente como gerente de recaudación del Ministerio de Turismo y finalmente como viceministra de ese mismo despacho hasta fines de 2013.

A muchos venezolanos nos gustaría saber cuándo se produjo su conversión hacia el mundo capitalista. Mejor aún: nos gustaría saber si usted viajó a Miami con los 700 dólares aportados por el Cencoex para quienes viajan a Florida. Y algo que no puede faltar: nos encantaría saber si logró raspar la tarjeta de crédito. Si logró sacar los dólares preferenciales en su totalidad o si tuvo que pasar penurias y dificultades como las que están pasando miles de compatriotas que han tenido que dormir en una silla en el aeropuerto internacional de Miami o en la parte trasera de un carro en virtud de que la tarjeta no funciona en el exterior.

Yo, que he viajado a EEUU durante muchas ocasiones desde 2013, motivado a razones de estudio y de trabajo, he conocido centenares de historias de revolucionarios, socialistas y anti imperialistas que hoy día disfrutan sus “ahorros” en muchas ciudades del Sur de la Florida. Allá viven desde guardaespaldas de Chávez, hoy convertidos en flamantes empresarios propietarios de caballos de paso, hasta ex militares golpistas que apoyaron la revolución comunista que hoy día tiene martirizada y en la ruina a Venezuela.

Estimada camarada: tenga la plena seguridad de que algún día no muy lejano, una comisión de la verdad se encargará de revisar todas esas fortunas mal habidas y repatriará esos dineros que fueron robados del erario público. Más temprano que tarde, el brazo de la justicia los alcanzará. Disfrute su estancia en Miami. Aproveche de ir de compras. Traiga en sus maletas todos los productos que no venden en Mercal ni en Pdval.
Y cuando llegue a Maiquetía, párese frente a cualquiera de los avisos que tienen las fotos de Chávez y grite con fuerza: “Ser rico es malo”.

Gustavo Azocar Alcala
cafeconazocar@gmail.com
@gustavoazocara

Tachira - Venezuela 

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