No es momento para
desaprovechar la inmejorable opción y gran oportunidad que abrió la crisis del
oficialismo y nos permitió el triunfo del 6D. Tenemos una AN apta para
proporcionar el cambio que el país reclama.
Se hace necesario que
los partidos políticos asuman sus responsabilidades, así como los gremios, las
instituciones privadas y la sociedad en pleno, sin desespero y sin inculcar
incertidumbre, se unan en una masa crítica, con discurso claro y coordinado que
promueva el cambio anhelado y asegure el posicionamiento necesario, como grupos
de presión unificados, en apoyo a la AN, el inmovilismo social es un fenómeno
que no ayuda a la fuerza para el cambio de modelo político/destructivo del
oficialismo.
Se requiere una
organización social unida, sin egoísmo, para ello existen los incentivos necesarios
para no convertirse en minorías facciosas y fragmentarias que persigan fines
inmediatistas y personales, disfrazando
sus intereses personalistas y discriminatorios, traducidos en flagrantes
trapacerías sociopolíticas. La actuación de cada quien muestra su interés o
desprecio al fortalecimiento de la unidad.
La unidad de los
venezolanos actúa de manera responsable y con visión de largo plazo frente a la
actuación de la AN y no frente a los intereses fragmentarios del oficialismo,
cuyo fin, es la obtención de ventajas en tiempo para concluir su depredación
contra el país en manos de aquellos deshonestos convertidos en grupos de
perversa acción, entre ellos los parlamentarios, jueces, gobernadores y
alcaldes “rojitos” que dependen de los “extraordinarios favores del erario
nacional”, convertidos en grupos de presión para reforzar la “cancerosa”
dinámica política, económica y social que ha minado al país de manera casi
irreversible con destrucción del tejido social, en momentos donde el sistema
institucional ha sido suplantado por un sistema de “Carteles” con el consabido
concepto de lo que ello significa, donde la garantía a la neutralidad judicial,
la objetividad, la honestidad y la igualdad de todos ha sido destruida para en
su lugar colocar el “Gran Cartel del Régimen”, estableciendo un gigantesco
aparato oficialista destinado a albergar militantes, simpatizantes y amigotes
del régimen para defender el abuso de poder a costa de toda la ciudadanía.
Por otra parte, la
legislación de facto, tal como la arbitrariedad, el “Decreto de Emergencia” y
las decisiones de las togas, entre otras, demuestra el ocaso del estado de
derecho y del espíritu de la ley, ante la aberrante actuación de los carteles,
propia de bandas y mafias políticas típicas de comatosos estados fallidos, no
es otra cosa que el desastre político de crear problemas para lograr soluciones
equivocadas.
Definitivamente, si
no apoyamos a la AN y su agenda para poder establecer una institucionalidad que
cumpla a cabalidad con su cometido constitucional, que nos garantice un
verdadero estado de derecho, de libertad, de igualdad y seguridad para todos,
perderemos, irremisiblemente, nuestros derechos ciudadanos consagrados en la
CRBV. Paciencia y un voto de confianza a la Asamblea Nacional. Feliz y absurdamente
desocupada semana santa.
NOTA: Este artículo
estaba destinado a publicarse en la edición de hoy viernes 18.03.16 del Diario
“El Carabobeño” lo cual no pudo ser posible gracias al verdugo de Carabobo
vecino de la Plaza Sucre.
Fernando Facchin
Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin
Carabobo - Venezuela
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