sábado, 14 de enero de 2017

JOSÉ LUIS ZAMBRANO PADAUY, UN DARTH VADER Y UNA NUEVA ESPERANZA COMO EN STAR WARS

SAINETE EN CÁPSULAS

Hace tiempo, en una galaxia lejana, tal vez más distante de los auxilios internacionales que de las composturas esperanzadoras, los acontecimientos incorregibles se revolvían mayormente en las interestelares ficciones que en una realidad templada, comedida y lógica para la buena digestión nacional.

La República galáctica es dominada por el lado oscuro de la fuerza socialista, que en esta ocasión decidió sin mérito alguno, nombrar a Darth Vader como vicepresidente de lo que queda de un país, cuyos nubarrones se oscurecen en esta opereta espacial digna de crueles desenlaces de ciencia ficción.

Sin dudas, Tareck El Aissami no es un cyborg, ni cuenta con un pasado heroico de caballero Jedi como Anakin Skywalker, el personaje complicado y tempestuoso del éxito cinematográfico, pero sí lleva no sólo lo enrevesado de la escritura de su nombre, sino además lo tenebroso de su temperamento, relacionado según los EEUU con el terrorismo y el narcotráfico.

A la par de tan radical nombramiento, el lado oscuro efectúa doce modificaciones a su tren ejecutivo de gobierno, tan trivial, descomedido y poco efectivo, que sólo queda sentarnos a padecer de su inoperancia y brutalidad como el año anterior.

Por otra parte, se encuentra la Alianza Rebelde de la MUD, cuya mayoría en la Asamblea Nacional también decidió esta semana juramentar a la nueva junta directiva de tan valiosa palestra legislativa, que tendrá a la cabeza a Julio Borges, recibiendo amenazas de Nicolás “Darth Sidious” Maduro, el emperador de este país de fantoches, quien con sus provocaciones de pasquín y frases errantes de argumentos, aseguraba que el parlamento va a la autodisolución, con acciones nulas e ilegítimas, obligando a la convocatoria de nuevas elecciones.

No se ha visto blandir espadas láser, levitar con la telequinesis de la fuerza Jedi a algún pesado lastre o surcar enormes naves por el firmamento, pero al igual que en ese mundo ingenioso de George Lucas, somos agredidos como en un país en guerra, por los ataques feroces del hambre, la injusticia y la necesidad, en magnitudes nunca antes vistas.

Mientras trataba con dificultad de divertirme en el cine, con la nueva película: “Rogue One: Una historia de Star Wars”, mi mente daba tumbos de forma irremediable, con la sensación ingrata de ver al socialismo como la edificación de la “Estrella de la Muerte” y sus sistemas de seguridad inmutables.

Realmente hemos sido atacados por clones como en una de las cintas fílmicas de esta sempiterna saga, clonándose las desventuras cubanas como calceta. Probablemente deseen con sus despiadados propósitos, que tomemos actitudes más robotizadas que las de R2-D2 o C-3PO, yendo como droides astromecánicos a las desdichadas colas, no emitiendo profundas disertaciones sobre la desinflada economía y seamos programados para obedecer sólo a los indescifrables descalabros de los planes de la patria.

En nuestra nación, el wookie llamado Chewbacca no tiene los encantos de pilotar y reparar naves guerreras de la galaxia, sino se parece más al mono descomunal económico que el gobierno socialista les adeuda a varios países, a los cuales les debemos hasta el modo de andar.

Con la trastornada ofuscación que me impulsó a redactar este artículo de fantasía, pudiera también convocar a la Orden Jedi de la ciudadanía para erigir la Rebelión para la Nueva República, esta vez sin los arrestos de Han Solo, la perspicacia de la princesa Leia, las voluntades de Luke Skywalker o las enseñanzas de Yoda. Simplemente asumo el nombre del éxito fílmico: “Star Wars IV: Una nueva esperanza”, para llenarnos de una fe inquebrantable en Dios, siguiendo los pasos de la venturanza y los cambios trazados para esta grandiosa nación.  

José Luis Zambrano Padauy 
jzambranopadauy@yahoo.com 
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571
Zulia - Venezuela

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