lunes, 23 de enero de 2017

SUSANA MORFFE, MES COMPLICADO,

ENTRE CIELO Y TIERRA 

El verbo que mejor define la situación del país es, complicar. De él se derivan todas las actuaciones que ha hecho el régimen y la oposición indefinida, ya que para muchos no está claro de qué lado están hoy o mañana. Es un vaivén muy complicado.

Los venezolanos en ese supuesto letargo, que muchos dicen ha caído la población, no es otra cosa sino la perplejidad ante los rápidos cambios que suceden día a día, debido a las improvisadas y pésimas ejecuciones en la toma de decisiones para salir (o entrar) en las complicadas maneras de gobernar de cada funcionario, estructurado con un chic  para crear el caos. Es el “leitmotiv”  de la revolución.

Leía un interesante planteamiento de un articulista que lleva por título: “La claridad mental es la clave para el éxito”, de Francisco Alcaide Hernández, quien afirma: “la claridad mental te lleva a conducir todas las energías hacia lo importante sin despistarte ni dispersarte”. Que bonito se lee, pero en la práctica, en el caso de Venezuela, es una utopía, porque la clave del desastre no es la claridad mental para llegar al éxito. Se trata de crear el caos para destruir y esclavizar. En ese laberinto estamos todos sometidos y dirigidos por un incapaz.

Sin duda que tenemos, todos, el cerebro bloqueado por la invasión de basura que cae desde el poder. En ese maremágnum de inmundicias, algunos sobreviven, otros fallecen. De eso se trata el caos.

Ahora, por qué tenemos que seguir viviendo en un país gobernado de forma complicada; la única razón para ello es que así se gobierna mejor, evaporando lo bueno para permitir la ebullición de lo malo en toda las estructura del Estado. Solo hay que echar un vistazo a los organismos y empresas del país.

El autor del artículo nos aproxima a un método que él considera funcional. El aporte, ya que ni la MUD ni el régimen saben por dónde se debe comenzar, se lo dejamos aquí para repensar sobre la complicada salida del caos en Venezuela y la manera  “sencilla” de crecer con el estudio de la consultora Mckinsey  y sus tres elementos:

1. OBJETIVOS. Pocos objetivos y poco complejos. Hace algunos años le pregunté a un directivo del equipo de Florentino Pérez en el Real Madrid que había aprendido trabajando codo con codo con él. Me dijo varias cosas, pero una de ellas fue la siguiente, que reproduzco literalmente: «Tiene siempre 3-4 ideas fuerzas que guían su estrategia, y luego es muy insistente en esas tres-cuatro ideas fuerza hasta que están absolutamente asentadas e interiorizadas. Los procesos de asimilación no sólo tienen que ser lentos sino que deben de ser muy insistentes; por eso no se puede hablar de veinte cosas a la vez».

2. ESTRUCTURAS. Carlos Slim, uno de los personajes incluido en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 10ª edición) decía en cierta ocasión: «Estructuras simples con mínimos niveles jerárquicos. En definitiva, operar con las ventajas de la empresa pequeña, que son las que hacen grandes a las grandes empresas». La burocracia es el drácula de la empresa; la burocracia aniquila muchas iniciativas, quita mucha energía, genera muchos conflictos y otros muchosderivados.

3. PROCESOS. La ejecución es la clave de todo, y los procesos son los que facilitan u obstaculizan que así ocurra. Procesos simples, directos y en menos tiempo. ¿Has visto la web de Hawkers? Sencilla. ¿Y sus productos? Sencillo. ¿Y su proceso de compra? Muy sencillo. Lo mismo pasa con Amazon. Puedes comprar en un clic sus productos directamente. Todo para facilitar la decisión (impulso) de comprar.

Al leer estos tres elementos, pensé  en su aplicación sin necesidad de diálogos internos y foráneos, marchas, cambios de monedas, menos bolsas de Clap-pobreza, etc. Si persiste la resistencia de eliminar a individuos del gabinete económico, esta fórmula es menos complicada, para no tener que  sujetarnos al descalabrado país cuando lo que realmente falta es claridad mental.

Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
Nueva Esparta - Venezuela

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