BITÁCORA INTERNACIONAL
El presidente de Estados Unidos Donald Trump nos tiende la mano.
Arranquémosela. Su ayuda en nuestra lucha será clave.
La política de apaciguamiento de Obama
hacia el régimen feneció. Al incluir al vicepresidente Tareck El Aissami
en la lista Kingpin por narcotráfico, según palabras del nuevo Secretario del
Tesoro de EE.UU., “…Trump quiere enviar un mensaje claro al pueblo de Venezuela
de que EE.UU. está de su lado”. Mensaje que fue remachado inmediatamente cuando
Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, fue recibida por el mismo Trump,
quien “tuitió” en su estilo directo que como preso político lo debían liberar
inmediatamente.
Trump ha hablado sobre Venezuela no una, ni dos, ni tres veces sino
muchas más en el corto mes que tiene en la Casa Blanca, por ejemplo, con los
presidentes de Colombia, Panamá, Perú y Argentina. Su Secretario de Estado no
solo lo han hecho otros cancilleres, como el de Brasil, sino que ha emitido una
nota de prensa en la que llama a “restaurar la democracia” y “exige la libertad
de todos los presos políticos”.
Trump ha extendido la mano amiga. Está cumpliendo aquello que dijo: “Yo
defenderé a los venezolanos oprimidos que desean ser libres”. En Venezuela las
reacciones han sido inesperadas, por decir lo menos. Las del régimen han sido
tan fofas que Maduro declaró que no quiere pelear con Trump. Es la línea dada
por Raúl Castro que, a su vez, se ordena con el Kremlin. Ellos esperan que sino
zarandean al monstruo éste no se los comerá.
Por su parte, la variopinta oposición culipandeó. Quizás muchos siguen
imbuidos de ese antinorteamericanismo izquierdoso que hemos arrastrado por
siglos. Ese que los ha hecho caer en las manos de los Castro y justificar,
defender e incluso aplaudir a la revolución cubana. Y convertir nuestras
diferencias en barreras. Para no meterme en las acusaciones de componendas.
Ojo, el o los imperios son malucos (Rafael Poleo dixit) y como todo Estado, se
mueven por sus intereses y Trump no es santo de mi devoción.
Aplaudo a Lilian y a Mitzy por haber ido a hablar con Trump y su vicepresidente Pence, así como con los
senadores republicanos John McCain y Marco Rubio, tan cercano a nuestra causa.
Lamento que no haya ido Julio Borges o Ramos Allup. Es decir la MUD.
Trump nos tiende la mano. Arranquémosela. Su ayuda en nuestra lucha será
clave. Desde presionar a otros gobiernos, como a los del Caribe para que se
aplique la Carta Democrática hasta alertar sobre la catástrofe de un
narcoestado fallido en el continente, pasando por estar ojo avizor sobre los
compromisos extremistas del régimen. Pero no es solo eso, es que allá en
Washington ya están haciendo lobby los cubanos, los rusos y los chinos que
pujan por el mantenimiento de Maduro en el poder. Y hay que hacer un
contralobby. En lo doméstico, el debilitamiento y el desprestigio del régimen
también favorece el cambio. Como opina Rocío San Miguel: “Las sanciones
internacionales tienen un efecto devastador sobre la lealtad de mandos
militares medios a un gobierno debilitado”.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Internacionalista
Canada
Caracas - Venezuela
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