CASO ECUADOR
Los ecuatorianos acuden a las urnas para elegir nuevo presidente de
la República. Su actual presidente
Rafael Correa fue elegido en el año 2006, habiendo sido reelecto
posteriormente. Para estas elecciones no aceptó las sugerencias de sus partidarios
para que se postulara una vez más, no obstante que, según las encuestas,
triunfaría nuevamente. Es encomiable su
decisión de no aferrarse al poder.
Históricamente Ecuador ha vivido en permanente convulsión política, con
frecuentes cambios de gobierno por golpes de Estado militares o de civiles con
apoyo militar. En casi doscientos años apenas tres o cuatro presidentes han
culminado su mandato, siendo Correa uno de ellos.
Correa ha gobernado Ecuador con la bandera del Socialismo del Siglo XXI
aunque en forma muy distinta a la aplicada en Venezuela y, por supuesto, con
resultados totalmente diferentes. Al inicio de su gobierno, Ecuador sufría una
grave crisis económica, política y social. En su campaña Correa atacó
fuertemente al neoliberalismo a quien culpaba de los males que padecía el país.
La economía estaba dolarizada desde que en el año 2000 el dólar estadounidense
era la moneda de curso legal y único medio de pago. Su programa económico se
sustentaba en el Socialismo del Siglo XXI al cual lo aliñó con la denominación
de Revolución Ciudadana, dándole así una
identidad propia más nacionalista y auténtico.
En el último decenio Ecuador ha progresado dentro de un esquema
pragmático sin acogerse a estrictos dogmas ideológicos. Ha mejorado el nivel de
vida de las clases populares sin acudir al clásico populismo improductivo,
generador de crisis y déficits fiscales. Actualmente está en proceso la
desdolarización de la economía para lograr la ansiada "soberanía monetaria y cambiaria".
Es evidente que en Ecuador el llamado eufemísticamente Socialismo del
Siglo XXI, ha dado resultados positivos muy distintos a los obtenidos en
Venezuela que fue el país que puso de moda
este concepto en Latinoamérica. Ello se debe a que en cada país su
aplicación ha sido muy distinta. En Ecuador la inversión pública y el apoyo a
la iniciativa privada, han sido factores decisivos para mantener una tasa de
crecimiento constante y bajas tasas de inflación; se ha mantenido y estimulado
el desarrollo del sector privado nacional y se ha incentivado la inversión
extranjera; se han desarrollado programas masivos en las áreas de educación y
salud; la ejecución de obras públicas se
ha desenvuelto en forma eficiente; la política fiscal se ha manejado con
prudencia, logrando mantener un ligero déficit público a niveles razonables.
Como es natural, en Ecuador todavía existen muchos problemas
económicos por resolver. La caída de los
precios de exportación del petróleo en los dos últimos años ha afectado
sensiblemente las cuentas fiscales
La organización institucional del Estado y la preparación técnica de los
principales funcionarios ha sido factor decisivo en la recuperación económica.
En general se ha mantenido un equipo ministerial con pocas modificaciones y con
profesionales conocedores de las respectivas áreas de su competencia. Todos
ellos formaron un equipo de trabajo coordinado, priorizando su función pública
por encima de apetencias económicas o aspiraciones políticas o personales.
Solo así se puede ejecutar un programa coherente de gobierno, adaptado a
la situación del país, con metas concretas y ajustado a las posibilidades de
financiamiento. Es la mejor forma de evitar que los gobiernos actúen bajo la
improvisación o inspiración personal de sus gobernantes que toman decisiones
impensadas, contrarias a las necesidades colectivas.
José Vicente Rodríguez Aznar
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
@econsinsecretos
Miranda - Venezuela
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