HABLA LA CONCIENCIA
Que las señoras del Consejo
Nacional Electoral pongan obstáculos para impedir cualquier proceso que
confronte la voluntad de los venezolanos contra este gobierno represivo, se justifica. Las
dictaduras no se cuentan y es de suponer que en el PSUV hay personas con sus
cargas de intereses que ayudarían a
poner trabas saliéndole al paso, dado el
rechazo impresionante que lleva Maduro sobre sus hombros, lo cual es un
indicativo de que, si no es por la vía
de los votos, de igual manera será por la protesta de calle; esta dictadura tras el impulso de la fuerza
rebelde del pueblo, tiene sus días contados.
Comenzamos con las señoras, confesando que entendemos sus preocupaciones
no solo porque en ellas no exista el amor por Venezuela sino porque van de paso
con más penas que glorias. Cercano está
el momento en que desaparecerán del escenario político con el bochorno triste
de una misión funesta. Ejemplos con
aparatos conformados para los engaños electorales, abundan en el mundo; nuestro país es testigo de excepción y sin
retrotraernos a hechos escritos en la historia ni caer en algunas
consideraciones contrarias a la transparencia, podemos decir sin pasión ni
riesgos de equivocación, que después de la inequívoca primera victoria de Hugo Chávez, el resto de
las elecciones -incluyendo la de Nicolás Maduro- fueron producto de las más
vergonzosas trampas montadas por sus consecuentes y leales participantes de la
farándula revolucionaria.
Entrándole al tema que nos ha llevado a escribir esta columna,
comencemos por la inmunidad parlamentaria.
Más que el caso particular de uno que otro diputado que se le ha violado
su investidura, veamos el texto del Artículo 200 de la Constitución: "los
diputados y diputadas de la Asamblea Nacional gozarán de inmunidad
parlamentaria"; también señala:
"los funcionarios públicos o funcionarias públicas que violen la inmunidad
de los o las integrantes de la Asamblea Nacional, incurrirán en responsabilidad
penal y serán castigados de conformidad con la ley". Nos preguntamos: ¿la agresión de la Guardia
Nacional contra los diputados fue espontánea o la ordenaron quienes con obediencia perruna buscan congraciarse
con el presidente?
Estos procedimientos cada día son
más alarmantes en Venezuela, porque las acciones represivas muestran que
el presidente -vestido de verde en su elocuencia- nos está indicando que su gobierno va camino
al militarismo. El brillo de las peinillas fue una actitud mercenaria: misión
cumplida.
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo - Venezuela
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