EL GRAN TEÓLOGO QUE LUCHÓ CONTRA EL SOCIALISMO
Y EN FAVOR DE LA LIBERTAD
Michael Novak en la reunión de la MPS en Santiago de Chile, junto a
autoridades y ex alumnos de la UFM de Guatemala y el Director Ejecutivo de HACER
- Foto: Archivo HACEREl 17 de febrero de 2017, a los 83 años de edad, falleció
Michael Novak, uno de los teólogos católicos más influyentes del siglo XX y
XXI, quien defendió el capitalismo como el sistema económico que puede derrotar
la pobreza, despertar la innovación y vitaminizar la creatividad para obtener
los bienes espirituales que nos den satisfacción.
Nacido en 1933, sus estudios en teología en la Universidad Gregoriana en
Roma y en Harvard, y sus años en el seminario de la Congregación de Santa Cruz
en Notre Dame lo convirtieron en un muy respetado analista de temas católicos,
llegando a ser consultado por dos de los sumos pontífices: Juan Pablo II y
Benedicto XVI, además de cubrir los
eventos del Concilio Vaticano II, dejando plasmada su visión de la nueva
iglesia en sus publicaciones en el National Catholic Reporter. En las mismas,
respaldó la renovación de algunas de las posturas de la Iglesia Católica,
promoviendo que se diseñen soluciones prácticas en base a los problemas humanos
y se opuso a la prohibición de la anticoncepción.
Escribió: “la Iglesia Católica – y sin duda, la humanidad entera – está
comprometida a liberar a los pobres de la tiranía y la tortura, a través de la
democracia; de la pobreza, a través de una economía creativa, basada en el
derecho a la iniciativa económica personal, y de la opresión de la conciencia,
las ideas y la información, a través de una cultura libre y abierta […] Hoy
día, toda verdadera democracia sobre este planeta tiene en su base una economía
capitalista. […] Una economía capitalista conduce hacia una clase media cada
vez más vasta, cada vez más educada, que pronto demanda la autodeterminación y
se resiste a ser gobernada por los militares. En la práctica, típicamente viene
primero la economía libre”.
Michael Novak junto a Juan Pablo II - Foto: michaelnovak.netFue
particularmente crítico con la “teología de la liberación” que encontró
epicentro en América Latina, donde sus peligrosos argumentos llegaron a afirmar
que justificando la violencia “la iglesia debe proveer la liberación económica
de los pobres a través de las ideologías políticas de izquierda”.
Novak puso especial énfasis en la errónea concepción de una supuesta
“perfección humana” intrínseca en la ideología socialista, que desconoce la
importancia del egoísmo humano y busca concentrarse en una perfección natural
del hombre a través de la sociedad, que no es posible ni realizable”. Ya que
“el socialismo -dice Novak-, se ha
convertido en una religión secular, pues pretende el bien imposible: la
felicidad terrenal”.
“El verdadero espíritu capitalista no es la codicia o afán de adquirir,
sino la creatividad, la capacidad de asumir riesgos, de emprender, de
desarrollar para el futuro. Todo esto requiere espíritu de sacrificio,
disciplina, responsabilidad, control, paciencia, cooperación y prudencia. Estas
son virtudes propias del cristianismo, que enseña que la creación fue confiada
al hombre para que éste la desarrollase, con libertad y responsabilidad. La
pasividad no es suficiente: somos co-creadores”.
Ronald Reagan y Michael Novak - Foto: michaelnovak.netLa antipatía del
catolicismo hacia el liberalismo -postula Novak- es desafortunada, pues son
complementarios. Acusa al socialismo de prometer demasiado y acabar en la
tiranía al concentrar el poder en el estado-custodio. La enseñanza social
católica normalmente reclama la justicia social: “Un gran ideal, pero la
pregunta clave es: ¿Qué instituciones de política económica la harán posible?
La Iglesia ha sido siempre ambigua sobre este punto. Los mejores modelos
encontrados hasta ahora son los de la democracia liberal. La Iglesia debería
mirar a las instituciones desarrolladas en las sociedades libres, y no a la
ideología del liberalismo. El aspecto que presentan estas instituciones es alentador:
un orden social que encarna los ideales cristianos de fraternidad, amor,
libertad y paz”.
“La línea de la creencia y la incredulidad no se dibuja entre una
persona y otra, normalmente, sino más bien por nuestras almas, el interior de
todos nosotros” afirmó.
Preocupado siempre por la realidad del ser humano, estimó que ”la
amenaza más importante a nuestra libertad es el fracaso de apreciar el poder de
la verdad.” Engañados por postulados relativistas no vemos más allá de nuestra
propia realidad. Porque “durante los últimos cien años, la pregunta para los
que amaban la libertad era si basándose en las virtudes de nuestros pueblos
podríamos resistir los ataques de gran alcance desde el exterior. Durante los
próximos cien años, la pregunta para los que aman la libertad es si podremos
sobrevivir a los ataques más insidiosos y la duplicidad, desde adentro, de los
que socavan las virtudes de nuestro pueblo, contribuyendo de antemano a la obra
del señor de las tinieblas. Es un grave error explícales a los más pequeños
cosas como: “No hay tal cosa como la verdad” o “La verdad es servidumbre”.
Margareth Thatcher y Michael Novak durante la ceremonia del Premio
Templeton - Foto: michaelnovak.netNovak nos explica que las sociedades que
piensan: “Crea lo que le parezca bien a usted”, “Hay tantas verdades como
individuos”, “Siga sus sentimientos”, “Haga lo que quiera” tantas veces
repetidas por nuestros filósofos mediáticos, “se preparan para las cárceles del
siglo XXI. Ellos contribuyen al trabajo de los tiranos”. Quizás en ese lenguaje
de las sociedades modernas, en lugar de señalar un camino de libertad, estamos
cayendo en una sociedad libertina, alejándonos de la verdadera libertad que nos
hace responsable de nuestros actos.
Por sus admirable contribuciones académicas, Michael Novak recibió en
1993 un doctorado honoris causa de la prestigiosa Universidad Francisco
Marroquín de Guatemala, por su defensa constante a las ideas y los valores de
la libertad, y luego el Premio Templeton
en los Estados Unidos en 1994, por sus excepcionales contribuciones en la
afirmación de la dimensión espiritual de la vida, entre muchos otros premios de
importancia. Novak se inspiró con las enseñanzas de los pensadores griegos, de
Jesús de Nazareth, de Alexander Hamilton, de James Madison, de John Jay, de
Santo Tomás de Aquino, de John Locke, de Adam Smith, de Max Weber, de Alexis de
Tocqueville, de Friedrich A. Hayek y de
Ludwig von Mises, entre otros. Consideraba que la libertad “tiene tres partes
iguales: libertad política, libertad económica y libertad moral y cultural. La
libertad política requiere de la libertad económica. Y esas dos libertades
requieren de la libertad moral y cultural”, y que una sin la presencia de las
otras, no funciona, “es insuficiente” para lograr sus objetivos. “Son los
propios seres humanos la principal causa de la riqueza de las naciones. La
creatividad humana es el recurso fundamental de la naturaleza. Suprimir los
controles institucionales que ahora sofocan esa creatividad es la tarea enorme
a la que hoy nos llama la ética católica”.
Novak nos ha dejado como enseñanza que construir una sociedad libre que
supere los retos que el estatismo diseñó desde la planificación central
socialista, es una empresa a la que todos debemos contribuir. Y sólo resaltando
la condición humana en su realidad y desde su dignidad como tal, se conseguirá
desde un capitalismo democrático desarrollar una sociedad donde los ciudadanos
puedan crear, innovar, edificar, crecer y vivir en forma libre y responsable.
Nos despedimos entonces de un gigante de la libertad. Muchas gracias por todo
lo enseñado. Descanse en paz.
“La línea de la creencia y la incredulidad no se dibuja entre una
persona y otra, normalmente, sino más bien por nuestras almas, el interior de
todos nosotros” afirmó.
María Celsa Rodríguez
maricelrm10@gmail.com
Fundación HACER
@ebiglione
@ChacoRealidades
Argentina
maricelrm10@gmail.com
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