NECESARIA ACTITUTES UNITARIAS
En un contexto nacional, donde la
gestión del gobierno (¿?) experimenta un rechazo superior al 85% e igualmente
un 71,3% considera que N. Maduro debe salir inmediatamente del poder, no deja
de causar una atormentante estupefacción (asombro exagerado) la existencia
de un binomio entre: (i) la sumisión del
pueblo (acción de someterse, sin cuestionarlos, a la autoridad) a un mal
gobierno y (ii) los ataques permanentes a cualquier plataforma
institucional de acción
oposicionista conjunta (llámese MUD o
como fuese) negándosele toda posibilidad
de perfectibilidad (susceptible de mejorar sus cualidades) al tiempo de
“juzgarla” con perfil de gobierno al
extremo de ser “imputada” como una de
las “causas de la crisis” (¿?) facilitando, como “cómplice necesario”, el
manejo comunicacional oficialista para inducir una “responsabilidad compartida”
gobierno-oposición.
Permítaseme acompañar este artículo con algunas citas: “Ningún gobierno
puede mantenerse sólido mucho tiempo sin una oposición temible” (Benjamín
Disraeli); “Estamos demasiado acostumbrados a sufrir y hay que aprender a
resistir, a oponerse” (Laurent Gounelle); “El poder emplea el concepto de
“oposición” para definir la más grave acusación que se puede pensar: es
sinónimo de la palabra “enemigo”. Acusar a alguien de “oposición” es como decir
que proyecta derribar al gobierno” (Václav Havel); “Es un enorme error pensar
que el gran cambio tiene que venir desde los partidos políticos. No, tiene que
venir desde cada uno. Los seres humanos tenemos que aprender a respetarnos a
nosotros mismos y después respetar a los demás” (Mercedes Sosa).
En lo atinente al caso venezolano,
debería incluirse una cita como:
En un Estado de libertad y justicia, el pueblo y los partidos políticos deben
oponerse a un mal gobierno, quien por
aspirar permanecer en el poder hace uso de los principios democráticos para
¡destruirla! A tenor de ello, ha de asumirse que oponerse a un mal gobierno no
implica de forma alguna oponerse a la Constitución; que como bien han expresado
algunos analistas: “El peor vicio civil de un pueblo es tolerar un mal gobierno.
La mejor virtud civil es derrocarlo. Someterse a un mal gobierno jamás será
mejor que rebelarse hasta aniquilarlo”; situación que en la Venezuela actual se
convierte en desesperante necesidad habida cuenta de la intención
“revolucionaria” de alcanzar la sumisión pusilánime del soberano y de las
organizaciones políticas, imponiendo explícitamente con perfil tiránico el
deber de obediencia civil, soslayando el mandato según el cual los gobernantes
se hallan instituidos, no para su propia conveniencia, sino para la del pueblo
quien tiene el derecho a cambiarlos (¡revocarlos!) si las circunstancias lo
aconseja, en el entendido que nada es tan invencible como decidirse a no
obedecer a un “proceso” que marcha hacia una dictadura comunista; lo cual es
equivalente a decir: prometer fidelidad al Estado venezolano no implica
prometérsela a un desgobierno.
Hemos de aceptar, que no se
experimentarán cambios en la política (y mucho menos en el gobierno) ni se
alterará ninguna antigua ¡hasta que en voz alta lo pida el pueblo! Si tal
afirmación es válida, no es menos cierto que para oponerse a un mal gobierno no
es necesario que un grupo de Patriotas se sienten alrededor de una mesa ( con
posibles “Realistas” encubiertos) para
“explicarnos” lo que está sucediendo en el país
lo cual es bien conocido por el pueblo (al margen de “formación”
política y académica) por estarlo viviendo en forma directa; como por ejemplo
que se está “criminalizando” la actividad político-partidista, que en el país
durante los tres últimos años la economía no ha “funcionado” (recesión), que
nos hemos convertido en el país más pobre de América Latina al punto que un 82%
de los hogares vive en la pobreza (desde un 48% en 2014), que un 52% se
encuentra en pobreza extrema, que 9,6 millones de ciudadanos come 2 o menos
veces al día (Encovi, 17/02/17), que más de un 90% no cubre con el “salario
integral” su gasto en comida y por ende
en medicamentos, que la “gente se está muriendo por falta de medicinas” (Federación de Farmacéuticos), que la “clase
media” está “saltando” al menos una comida diariamente, que durante 2016 hubo
unas 28.479 muertes violentas, cerca de 25 secuestros diarios de personas, y
unos 29.524 robos genéricos, 508 saqueos; todo ello en un ambiente de
inseguridad generalizada tanto personal como jurídica, “complementado” con una
vergonzosa corrupción de vieja data que en su oportunidad denunciaron dos
Exministros “chavistas” en relación a la asignación a “empresarios amigos” del
proceso de divisas preferenciales por unos $ 300.000 millones luego malversados
como importaciones fraudulentas y “ficticias”; al igual que el desfalco por $
69.000 millones denunciado ante la Asamblea Nacional (26/05/16); así como el
muy reciente caso denunciado por el gobierno de EEUU (febrero 2017) sobre
operaciones inmobiliarias por más de $3.000 millones realizadas por un
testaferro con activos financieros de origen “dudoso”, provenientes de un presunto narco Estado.
Reflexión de cierre: Un atenuante en la sumisión al mal gobierno por
parte de una significativa mayoría de la población socialmente menos favorecida
(no aplicable desde la clase media “enchufada” en adelante), pudiere
encontrarse en la “percepción” que tienen de unos actores políticos que
prefieren ser “lideres” de una mesa resquebrajada en lugar de enfrentar el
“miedo” que representa ser gobierno de un país en crisis, al punto de
propiciarle a los más débiles el temor a perder unas “Misiones” que al menos
les garantiza ¡¡una pobreza tranquila!!
Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
@jesusalexisgon
Observatorio 2012
Miranda - Venezuela
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