HABLA LA CONCIENCIA
EMPOBRECE ASÍ DOMINAS
Quienes se imaginan que por los
caminos de la violencia es que saldremos de este gobierno están cometiendo un
gravísimo error. Admitimos que la
confrontación es totalmente desigual; el
uso abusivo de la fuerza pública, el irrespeto
a la Constitución, el desconocimiento a la autonomía de los poderes, el
encarcelamiento de la disidencia y el cierre forzoso de medios de comunicación
contrarios a la línea editorial del
régimen, nos indican la diferencia excesivamente marcada.
La cárcel y el exilio son muestras
irrefutables, ya que en los 18 años de gobierno traducidos hoy en una
dictadura, cientos de hogares sufren la separación de seres queridos en el
exilio y muchas lágrimas se han derramado sobre el recuerdo inolvidable de los
caídos.
Pudiéramos consentir que las contradicciones entre los factores de la
Unidad Democrática, han quebrantado ilusiones en esa población ansiosa de un
cambio de gobierno en nuestro país¸ pero no se trata de calificar el
comportamiento de los cuatro de ayer o los nueve que conforman hoy la Mesa
Unitaria, sino de revisar la actitud de la totalidad de los venezolanos frente
al desastre de un modelo político que está acabando con nuestro país.
La política del régimen y su revolución se soportan en el engaño y la
demagogia. Mientras el pueblo sufre una
severa crisis de hambre con personas que escasamente logran comer una sola vez,
los personeros oficialistas se jactan de las bolsas de los CLAP, cuya fuente de
corrupción es una vergüenza.
El país está en un limbo y no hay gobierno que le ponga freno al
desajuste: inflación por las nubes, escasez impresionante de medicinas,
violencia inimaginable en la calle como consecuencia del hampa desbordada. No hay venezolano - sea de una acera o de la
otra- que no esté sufriendo las penalidades de esta situación. De Nicolás Maduro como responsable principal
de todos esos males, solo se encuentran
evasivas que alientan la decepción.
Una entre sus obras como Jefe de Estado es, "el carnet de la patria", tamaña
grosería para una población cuya identificación principal y valedera es la
cédula de identidad.
Este es el cuadro real: el gobierno podrá tener cañones, tanque y
fusiles, pero un pueblo que se disponga a tomar las calles de forma pacífica, recuperará la libertad de su país. Los venezolanos somos pacientes, pero no
cobardes: el 350 nos llama.
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo - Venezuela
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