viernes, 24 de febrero de 2017

PANCHO AGUILARTE, SOFIA IMBER

EN CONCRETO

En estos días falleció Sofía Imber, una venezolana de origen Rumano que supo ganarse un nombre en la sociedad nuestra. Más por sus conocimientos del arte en todas sus manifestaciones que por la simpatía que nunca tuvo y que nunca tuviera que fingir para ganarse el reconocimiento de los demás. Sus programas de opinión junto a su ex esposo Carlos Rangel eran de obligada audiencia para quienes gustaban del debate y la profundidad de ideas. Imposible no recordar su sarcástica sonrisa ante la debilidad de sus entrevistados, a quienes convertía en oponentes o partidarios según fuera el caso. Aunque sus inclinaciones eran totalmente de "derecha" su espacio era abierto para los que pregonaban una ideología distinta. Famoso fue aquel programa donde invitó a Teodoro Petkoff para desde el inicio mismo descalificarlo por su pasado guerrillero y subversivo, a pesar de que el Catire del Batey ya se había distanciado del Socialismo Real y daba pasos concretos hacia una izquierda democrática y respetuosa de las opiniones divergentes y disidentes. Por supuesto que los caracteres de ambos hicieron que el programa terminara con duras expresiones de parte y parte.

Nos hizo recordar su muerte la valía de los estudios de Carlos Rangel, sobre todo la tesis esbozada en su obra "Del buen salvaje al buen revolucionario" que furibundos ultraizquierdistas quemaran en los pasillos de la Universidad Central de Venezuela, emulando posiciones similares al nacional socialismo nazi en aquella famosa cruzada contra la cultura y la lectura que avergonzarían por muchos años a la intelectualidad alemana. No podemos decir hipócritamente que nos encantaba Sofía Imber pero no podemos dejar de valorar sus conocimientos de la artística mundial y su contribución a la difusión y conservación de valiosísimas obras de arte desde la dirección del Museo que distinguiera su nombre y al que la revolución más ignorante y malévola que tocara tierra en estos espacios latinoamericanos arrebataría para dejarla doblemente lastimada ( A Sofía y al museo de arte) con la pillería de sus exhibiciones y exposiciones permanentes.

Ciertamente la Imber no se distinguía por su compasión tolerante con el necio ideológico. Era totalmente elitesca en su concepción del fenómeno intelectual y académico pero con una claridad de criterios y de la posición libertaria que debe acompañar a quienes aspiren dirigir la sociedad latinoamericana, venezolana y mundial.

La obra de su ex esposo "Del Buen salvaje al Buen Revolucionario" resume la tragedia del liderazgo de "Izquierda" al intentar posicionar una utopía en la América de Bolívar, Santander, San Martin, O'Higgins y tantos otros que dieron al discurso forma y acción en  la liberación de nuestros pueblos.

Hoy América Latina vuelve por sus propios caminos sacudiéndose ella misma de la visión populista amateur y contraria a la naturaleza humana y a los valores consustanciales del homo sapiens, resumidos en
Libertad, Propiedad Y Fraternidad.

Se fue Sofía, satisfecha de su aporte y fama artística. Se fue sin ver a su patria liberada del yugo ignorante que la esclaviza y la oprime pero sus ideas y las del gran Carlos Rangel han tomado cuerpo en los pueblos de la América Hispana para regresar por los caminos correctos que transita la historia a pesar de los accidentes temporales que la hacen detener en el devenir eterno de sus concreciones materiales, espirituales y humanas.

Juan R. Aguilarte T.
panchoaguilarte@hotmail.com
@P_aguilarte
Anzoategui - Venezuela

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