jueves, 16 de febrero de 2017

NEURO J. VILLALOBOS RINCÓN, LAS FAUCES DE LA DICTADURA

 “El centro de la moral pasa porque el ser humano debe considerar a los otros individuos como fines en sí mismos y no como instrumentos.” I. Kant

Las infelices declaraciones del ministro de la defensa de que se quiere “utilizar el voto con fines desestabilizadores” y de seguidas las del jefe de la bancada del PSUV que para ellos “no son una prioridad las elecciones regionales”, son la expresión más contundente de que en el gobierno no existe, ni los ha animado nunca un sentimiento democrático. El voto es para ellos, un instrumento que se puede utilizar a conveniencia desde el poder pero jamás la manifestación voluntaria y libre del ciudadano; es un maquillaje para enmascarar el afán posesivo de mantenerse en él.

Esas declaraciones, antidemocráticas unas, reafirma la sentencia de Savater de que sin antimiltarismo  no puede haber política decente, y anticonstitucional las otras, confirman el perfil dictatorial del régimen , cuya estrategia ahora, es hacer elecciones cuando se hayan eliminado las opciones de participación democrática de la oposición; dicho en otras palabras, cuando logre inhabilitar a la MUD, con la ayuda del TSJ, e impida el proceso de registro e inscripción de los partidos políticos de oposición como órganos de soporte de la democracia.
Lo complicado de la situación es que del lado de la oposición se observa una fragmentación suicida por ausencia de un ideal de patria, que les  dificulta el análisis de escenarios y su abordaje estratégico, ante un oponente diabólico que es capaz de usar las argucias más degradantes con tal de sostenerse en el poder.


La falta de coherencia en el pensamiento y de cohesión para la acción pone en peligro el uso de los mecanismos que nos quedan para rescatar la democracia: las elecciones y el voto. Esa falta de cohesión social entraba la posibilidad de convocatoria para que todos participemos en la reconstrucción del país. Para que consideremos y asumamos con convicción tanto los mecanismos de inclusión social (los derechos, el empleo, la educación, el bienestar social) como los comportamientos y valoraciones que generen confianza en las instituciones y fundamentalmente en los partidos políticos; que nos insufle el sentido de pertenencia y solidaridad; que nos impulse a la aceptación de normas de convivencia y la disposición a participar en espacios de deliberación y en la ejecución de proyectos colectivos. El liderazgo democrático que cohesione es hoy una imperiosa necesidad ante las fauces abiertas de la dictadura.

Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin
Zulia - Venezuela

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