LOS MITOS, MITOS SON
"No subestimemos al pueblo y la ansiedad de toda una nación en
revertir la anarquía y la inmoralidad. Con más violencia no habrá
salida..."
Los venezolanos-a tope de incertidumbres-debemos aliviar la carga
legendaria que nos inmoviliza.
Lugar-comunes convertidos en fábulas urbanas e inducidas-que refuerzan la
desesperanza y el pesimismo aprendido. Paradigmas que desfavorecen los ímpetus
para impulsar el cambio impostergable. Mitos que nos llevan por una vía: la
polarización, el apocamiento y la
fractura social.
Los Cubanos son los reyes del mambo…
“El gobierno está mejor
asesorado” Son Goebblesianos, Maquiavélicos, Orwellianos, Mefistos, en
fin. “Los Cubanos son más inteligentes,
más ingeniosos y experimentados”. Los Castro son los verdaderos eruditos del
poder eterno, por lo cual será imposible salirnos. Aseveraciones que parten de un
falso supuesto predecible. Cuba, ni cultural, social, política, histórica y
geográficamente, es comparable con Venezuela. Cuba es el resultado de un
prolongado proceso secesionista de intervenciones norteamericanas,
protectorados y repúblicas inconclusas. Venezuela fue un parto libertario cuyo
padre fue Bolívar, con desenlaces republicanos muy definidos en cuanto a la
composición del Estado y sus ciudadanos…En Mayo de 1902 nacería la República de
Cuba con la toma de posesión de su primer presidente, Tomás Estrada Palma. En
1909-presidencia de José Miguel Gómez-sale
la intervención norteamericana, no sin antes-julio/1903-firmar el
arrendamiento de la base de Guantánamo aún poseída por los EE.UU. Desde su
accidentada independencia, Cuba ha sido una seguidilla de traspasos de poder
donde no se sementó la democracia. Un poder frágil de Estrada a Machado a
Céspedes a Grau a Batista. Y llegó Fidel.
Chávez no es Fidel y Maduro no es heredero...
Nuestro proceso de movilización social desde los años 50 ha sido muy
distinto al proceso Cubano (que no lo ha conocido). Venezuela es un país
continental, petrolero, pionero de la democracia en LATAM, educado en términos
liberales, cuya resistencia a dominios caudillistas, externos, dictatoriales u
ocupacionales, ha sido firme. En Venezuela no ha habido sucesión despótica, ni
de sables ni de parientes (salvo Guzmán Blanco), por lo cual una cadena de
mando decretada, no es sustentable. Tampoco los Venezolanos debemos hacer oda a
otro mito: “saldremos sólo con balas”. Sin militares, “no hay paraíso”. Afirmación falaz y peligrosa. No confundamos
factores de poder con el poder mismo. El cambio real será producto del reconocimiento
a fondo del problema social y el viraje de modelo económico. La reintegración
post institucional del pueblo venezolano no pasa por botas. Pasa por hacer
justicia y liberar el sistema, en lo cual nuestras FFAA deben ser custodios
pero no mando. Una ofensiva militar en un mundo moderno y globalizado en lo
económico, social, político y DDHH, seria torpe y catastrófico.
Juventud que no volverá.
Otro decir con ligereza es “que Venezuela no se recuperará sino en
décadas". Lo cierto es que tenemos una diáspora muy joven. Un 80% de los
Venezolanos en el exterior (2.200.000), salieron hace menos de 2 años, y un 70%
estarían dispuestos a regresar con un nuevo gobierno que garantice seguridad,
estabilidad y paz. Es un mito hablar de una fuga de talentos jóvenes (que por
ahora se han ido), sin retorno. Nuestros muchachos son los primeros en padecer
las dificultades de hacer vida en el exterior; conseguir estatus migratorio,
competir y ser reconocidos. Más Ahora. Venezuela además cuenta con reservas de
energía, recursos, clima y de dinero más abundantes de LATAM. Su retorno -tanto
forzoso como industrioso o humano- está a tiro de un evento: el cambio de
gobierno. Del fusil al lápiz, de la lucha de clases a la “lucha por los
libros”. De la ideología a la ley. Ahí va Colombia, Perú, la misma Bolivia,
Nicaragua, Brasil, Guatemala, Uruguay o Panamá, avanzando con solvencia. Venezuela no tendría limites en turismo,
reactivación industrial, comunicaciones, infraestructura y agro.
“No se irán por la buenas…”
No subestimemos al pueblo y la ansiedad de toda una nación en revertir
la anarquía y la inmoralidad. Con más violencia no habrá salida. Armas sin
instituciones son un salto a la nada…Un mito corsario y bucanero (las armas
primero), que enlaza con el síndrome del
dorado, donde todos vamos tras el botín (petróleo). Fábula desde la cual
hacemos uso del oro negro, como tesoro en que se embulle el filibustero. Y es
el pueblo quien queda violentamente desplazado, mientras aquellos se
emborrachan de lujos y poder. Esa es la verdadera violencia de la cual emancipa
la indignación popular. Históricamente no ha habido fuerza que la detenga…Al
decir de Uslar Pietri, el petróleo fue el gran “minotauro que se tragaría la
masada” Y lo hizo. Pero la buena noticia es que tendremos la oportunidad para
un nuevo despertar y visión, como en su peor momento lo hicieron Indonesia,
Singapur, China (de la hambruna), Colombia, Perú, Chile…
No más mesías a caballo. Los
hemos tenido y mucho los hemos sufrido. Madurar estos tiempos es la lección. Y
lo primero es ver lo que no queremos ver: que la solución está en nuestras
manos y los tiempos son nuestros.
Sembremos huellas de triunfo, no polvaredas de derrotas...!Derrumbemos
mitos!.
Orlando Viera-Blanco
ovierablanco@vierablanco.com
@ovierablanco
Caracas - Venezuela
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