¿VOLVER A LA MERITOCRACIA?
Ya nos lo dijo el columnista Barrera Tyzka esta semana. Es un drama
nacional que la improvisación haya ocupado espacios tan importantes en la
conducción del país. Tanto que al examinar nuestros fracasos ya ni nos damos
cuenta de cuanto deriva de una equivocada planificación fallida y cuanto es
improvisación pura y simple. Como los resultados terminan siendo malos en los
dos casos para los venezolanos, nadie se interesa en conocer cómo se produjeron
los descalabros, cada día más frecuentes y cuyo autoría el gobierno sigue
endosando cansonamente a fuerzas externas imperiales.
Seguir improvisando en materia petrolera, por ejemplo, va a llevarnos a
una irreversible destrucción de nuestra economía. Ya el gobierno actual se
equivocó de plano y muchos de los anteriores también, al no haber creado las
condiciones para que otras actividades económicas en el terreno de la
industria, del comercio y de los servicios fueran complementando al petróleo
como cimientos de nuestro bienestar y crecimiento.
Si echamos una mirada retrospectiva al sector petrolero mundial,
encontraremos el escenario generado por la OPEP cuando en el año 2014 tomó la
decisión de defenderse como oligopolio, con una política de eliminación de los
productores más costosos que para el momento eran los petróleos de esquistos a
través de la tecnología del fracking. De
esa manera, la organización pensó sacar de la competencia a las producciones
más costosas. Sin embargo este tipo de explotaciones altamente tecnológicas
siguió avanzando para que al final la OPEP y Rusia decidieran recortar su
producción en el año 2016 en 1.200.000 barriles diarios. Ello significó un gran
triunfo para la nueva y eficiente tecnología del fracking la cual ha logrado
abaratar sus costos de producción a lo largo de los últimos años.
Desde que aumentaron los precios del petróleo como consecuencia de los
recortes, la producción de fracking en los Estados Unidos ha subido 135.000
barriles diarios por mes. Hoy por hoy la producción petrolera en Norteamérica,
nuestro mejor cliente, excede con holgura los 9 millones de barriles cada día.
Este boom de los esquistos se convierte en un verdadero reto para
Venezuela, ya que el mercado norteamericano, el más rentable para nosotros,
representa más de un tercio de la producción petrolera local. Esto se complicará aún más con la puesta en
marcha en los tiempos por venir de los dos oleoductos que la política de Barack
Obama había mantenido inactivos, los de Canadá y de North Dakota. Estos
entrarán en directa competencia con los crudos venezolanos en las refinerías
del Golfo de México donde tradicionalmente han sido colocados.
Es claro hoy que las mejores mentes de que dispongamos y el mejor
conocimiento formal de la evolución de las técnicas de producción,
procesamiento y comercialización deben estar al servicio de la causa petrolera
nacional. Hay toda una nueva filosofía del manejo petróleo que ha sido puesta
en marcha en el mundo entero y ello no se enfrenta con cambios cosméticos en la
administración de la industria petrolera ni con la inclusión en sus filas
directivas de nuevas charreteras.
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Internacionalista
El Nacional
Miranda - Venezuela
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