REFLEXIONES LIBERTARIAS
En los últimos cien años de nuestra mal narrada historia, el mundo
entero ha caído en un mar de confusiones ideológicas que, en estos momentos ya
no podemos señalar hacia donde apunta el norte, el sur, este u oeste, de
nuestra extraviada geografía política.
Un importante ingrediente que ha llegado para incrementar este garabato
inentendible, es la debut de Donald Trump en el mundo de la política, y el
movimiento anti Trump que diariamente lo psicoanaliza y diagnostica. ¿EU ya no
es capitalista? ¿Es ahora populista? ¿Es mercantilista? ¿El renacer del
liberalismo clásico nunca fue? ¿Cuál es la ideología de Trump?
¿Cómo nos sumergimos en este remolino de confusiones?
Durante los siglos 18 y 19, Europa era arropada por las monarquías
absolutas, el mercantilismo, y una cruel división de clases sociales. América
Latina sufría una situación similar con sus Virreyes, el absolutismo de la
corona de España, y las castas superiores. Pero en Inglaterra, producto de la
Carta Magna, se había ya sembrado la
semilla de la libertad, a punto de germinar en mentes como las de John Locke y
Adam Smith.
Aun cuando el clásico pensamiento liberal se inició en Inglaterra, su
más importante desarrollo se domiciliaba en los EU. En las colonias inglesas
del nuevo mundo, sus habitantes con voracidad leían a John Locke, Thomas Paine,
Bastiat y Adam Smith. Al vivir en territorios en los que Inglaterra permitía
gran autonomía y libertad, el liberalismo clásico tuvo enorme soporte popular.
Se iniciaba el milagro de los EU.
Los EU nacían producto de una revolución libertaria en contra del
imperio, de lacerantes impuestos, monopolios del comercio, regulaciones,
militarismo, iglesias opresivas, y el poder ilimitado del ejecutivo. Ese
movimiento produjo resultados nunca antes atestiguados restringiendo el poder,
aun ante una fiera resistencia de las elites, representadas por Hamilton, que
exigían para el nuevo país un sistema feudal similar al de Inglaterra.
Durante el siglo 19 el liberalismo se siguió desarrollando en EU. Los
movimientos Jeffersionanos y Jacksonianos, a través del partido
Demócrata-Republicano y después del partido Demócrata, avanzaban para evitar se
estableciera la pesada carga de un gobierno intruso, y definían su estructura
ideal de la siguiente forma: “Un gobierno sin ejercito ni armada; sin deuda y
sin impuestos federales, con un tenue nivel impositivo estatal y gastos
controlados; que no controlara ni
regulara; que permitiera una moneda libre, fuerte y sin inflación”. En palabras
de Menken, “un gobierno que por muy poco escapara el concepto de que, casi,
casi no fuera un gobierno”.
El plan era liderado por el tercer
presidente de EU, Thomas Jefferson. Sin embargo, el proceso tendría su
primer obstáculo cuando, para romper un empate en el colegio electoral,
Jefferson hiciera grandes concesiones a los federalistas de Hamilton. Por ello,
en el segundo término de Jefferson aparecía el arrojo imperial que provocara
otra guerra con Inglaterra y, en opinión de los liberales más puros, ese arrojo
se definía claramente con lo que consideraban la ilegal compra de los
territorios de Luisiana. Ello le abría brecha a los Federalistas para
establecer su programa estatista de un expansivo e intruso gobierno federal.
Horrorizado con tales resultados, Jefferson se retiraba a su amado
Monticello para convertirse en la inspiración de dos jóvenes políticos, Martin
Van Buren y Thomas Benton, e iniciar la estructuración del nuevo partido
libertario, el Demócrata. Así pasarían a rescatar el país de las garras del
creciente estatismo, recuperando el espíritu Jeffersoniano y su programa.
Cuando estos dos jóvenes políticos hicieran conexión con Andrew Jackson,
considerado por ellos como el salvador, nacía el partido de la libertad, el
partido Demócrata.
Estos libertarios Jacksonianos tenían un plan: 8 años de la presidencia
de Andrew Jackson, 8 años de Van Buren, y cerrar con 8 años de Benton. Después
de 24 años de esa democracia liberal Jacksoniana, se aseguraría el gran ideal
de Menken para lograr un gobierno tan
pequeño que, casi, casi no lo fuera. Jackson tendría sus 8 años en los cuales
revocaba el banco central y pagaba el total de la deuda pública. Pero Van Buren
solo tendría 4, y aun así separaba el gobierno federal del sistema bancario. En
1840, ante una campaña política orquestada por el primer gerente en la historia
del país, de tales campañas, Van Buren perdía su reelección ante un desconocido
William Harrison.
Sin abandonar su ideal, en 1844 los demócratas llevaban a Van Buren de
nuevo a la presidencia para continuar el proceso libertario de Jefferson. Pero
el odioso tema de la esclavitud, la cual Van Buren rechazaba pero Jackson
apoyaba, dividía al nuevo partido Demócrata restándole gran parte de su fuerza
inicial, y la vela de la libertad reducía su llama.
Después, la guerra civil entre el norte estatista-mercantilista, y el
sur libertario, terminaba con la victoria del norte produciendo un sistema de
partido único, el Republicano, para orientar el país hacia un poderoso e
intruso gobierno federal, con autoridad para penetrar todos los ámbitos de la
sociedad. Los estados perdían sus autonomías y, más importante, su derecho de
secesión. Al terminar la guerra el partido demócrata retomaba su lucha
libertaria, pero ahora remando contra la corriente.
¿Qué fue lo que sucedió?
Hay que consideran que el nacimiento del liberalismo clásico,
representaba una gran amenaza a los intereses económicos y políticos de las
clases en el poder, que se beneficiaban del viejo orden: el Rey, nobles y
aristócratas, los comerciantes privilegiados con sus encomiendas, la maquinaria
militar, burocracias estatales. Es interesante señalar que, al inicio del siglo
19, las fuerzas Laissez-Faire eran conocidas como liberales, a los más puros
libertarios se les llamaba radicales, y la oposición tratando de mantener el
viejo orden feudal, eran conocidos como conservadores.
El movimiento conservador se afianzaba y modernizaba a principios del
siglo 19. Liderado por Bismarck en Prusia, la nueva derecha (en el parlamento
francés, los conservadores se sentaban en la derecha y liberales en la
izquierda del recinto) promovía un militarismo, proteccionismo, cartelización
de empresas—una gigantesca red de controles, regulaciones, subsidios, y
privilegios que pasaran a forjar esa gran sociedad del gobierno
intervencionista, con ciertos elementos de las grandes corporaciones que eran
favorecidas.
Antes de la emergencia del socialismo y comunismo, las fuerzas en
disputa eran el estatismo (Estado poderoso e interventor) y el liberalismo
(gobierno pequeño como protector, igualdad ante la ley). En los EU la primera
era representada por el partido Republicano. La segunda por el partido
Demócrata. Pero durante la primera mitad del siglo 20, las transformaciones de
ambos partidos, sumadas al desarrollo del socialismo, provocarían el inicio de
la confusión que hoy vivimos.
"Si pudiésemos correr el velo oscuro de la antigüedad [en lo
referente al origen de los reyes, del Estado y los impuestos] y pudiéramos
rastrearlos hasta sus orígenes, encontraríamos que el primero de ellos no fue
más que el rufián principal de alguna banda desenfrenada; su salvaje modo de
ser o su preeminencia en el engaño, le hicieron merecer el título de jefe entre
canallas. Incrementando su poder y depredación, obligó a los pacíficos e
indefensos a comprar su seguridad con frecuentes contribuciones." Thomas Paine.
Ricardo Valenzuela Torres
chero@refugioliberal.net
chero@reflexioneslibertarias.com
@elchero
México-Estados Unidos
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