LLEGÓ LA HORA
Venezuela
atraviesa una crisis terminal de gobernabilidad, crisis solamente vivida en la
postguerra independentista a mediados del siglo XIX, tiempos aciagos vividos
donde los campos, cultivos y ganados quedaron diezmados con la tierra arrasada,
tiempos amargos dónde el bandolerismo y el caudillismo inundó el país entero,
época ruin en que la miseria, las enfermedades y el hambre plagaron gran parte
del territorio nacional, mejor dicho, la historia se repite, se repite porque
dimos un salto atrás al siglo XIX. El ser humano es el único animal que se
tropieza dos veces con la misma piedra, lo dije en un artículo anterior
titulado” Venezuela Primitiva”, allí claramente expresaba que la decisión que
debíamos tomar en esos momentos anteriores al fulano diálogo, la decisión era
simple y densa, “o ellos o nosotros”.
Un
país como el nuestro donde la renta petrolera se usa para pagar arreglos,
financiar acuerdos, el ascenso y la promoción de los políticos desde los cargos
públicos. Un país donde el afecto y el apoyo político se compran con dineros
públicos siendo este el delito más común. Un país dónde el estado se confunde
con el gobierno, donde este invade los espacios que forman los poderes
republicanos. Un país donde los corruptos son respetados y aplaudidos. Un país
donde abundan los estadísticos y los políticos, pero escasean la ética y los
estadistas. Un país donde los militares prefieren los ascensos de su carrera y
los negocios a la defensa de la constitución nacional. Es Venezuela un país
dónde el Estado aplasta las libertades individuales utilizando la justicia para
criminalizar la protesta, confisca la propiedad privada frenando el progreso y
el desarrollo social. Por estas y otras múltiples razones es que vivimos una
crisis terminal.
Hemos
dicho hasta el cansancio que para sepultar la quinta república debía nacer la
sexta, que debíamos convocar al poder originario, invocar al poder
constituyente y aplicarle una extirpación y quimioterapia a estas células
malignas, atacar sin piedad a los tumores malignos que representan la banda
pseudobolivariana. La metástasis chavista invadió el corazón y el cerebro de
muchos venezolanos que prostituyeron su dignidad por dos lochas a cambio de
dinero y comida, en la actualidad todos sin excepción quedaron sin las lochas, sin
comida y sin libertad.
Un
país como el nuestro dónde un escaso alimento se convierte en misiles
culinarios para recordarle al intruso indocumentado que este país no es el
suyo, que los venezolanos de bien desde los más recónditos lugares del
territorio nacional reclamamos que se vaya, que está despedido, que entregue el
cargo presidencial. Desde la muerte de Chávez hasta el presente, los actos de
este sucesor de Chávez son nulos de
nulidad absoluta, nunca tuvo legitimidad de origen y menos de desempeño. Al día
de hoy un clamor nacional impera en cada avenida, en cada calle, en cada camino
polvoriento, “Maduro fuera, vete ya”.
Este
grito de libertad está avanzando indeteniblemente hasta el final del túnel en
el que hemos estado atrapados en los últimos 18 años, gracias a Dios el
monstruo venezolano despertó; despertó el espíritu democrático de los
venezolanos que construyeron la democracia para acabar con esta pesadilla,
espíritu que fue heredado por la juventud del siglo XXI, juventud que poniendo
el corazón, el coraje, que arriesga su vida y su libertad, ahora avanzan
arrolladoramente hacia la conquista del poder usurpado por un extranjero
dirigido desde Cuba por un gobierno senil e indigente.
Por
primera vez en los últimos 50 años, la agenda política no la tienen solamente
los políticos, esta vez. la agenda no es simplemente electoral, la meta es
salir del régimen desconociendo su autoridad, la dueña del momento histórico es
la sociedad venezolana dignamente representada por la juventud venezolana, esta
juventud es la generación del siglo XXI que con claridad histórica heredó el
postigo democrático para enfrentar y arrollar con su arrojo, su valentía
incansable y su flama libertaria a este régimen que vive los últimos estertores
agónicos de su mal llamada revolución bolivariana. Llegó el momento, llegó la
hora de expulsar del poder al régimen que vive una crisis terminal gracias al
presidente más inepto, malvado, mentiroso e incapaz de toda la historia
venezolana.
Jose Joaquin Urdaneta Castro
josejoaquinurdanetacastro@yahoo.es
@josejurdaneta
Zulia - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario