SOCIEDAD DE CÓMPLICES
Cuando
en el país había problemas que aparentaban afectar la estabilidad política o
económica, mi padre exclamaba “esto se lo llevó mandinga” que era como decir,
por aquí estuvo de paso el diablo y ha
causado grandes males.
Ahora
ha vuelto y se ha quedado. No me cabe duda de que el ilegítimo es la
personificación de mandinga, del demonio, de satanás que destruye todo lo bueno
que existe. No es que antes del chavismo Venezuela fuera el paraíso celestial,
pero era un país próspero. No había alcanzado la plenitud del desarrollo pero
iba en ese camino. Había pobreza, pero no miseria. La gente no hurgaba la
basura para buscar algo que le mitigue el hambre. Había medicinas para curar
los males y las enfermedades. Había armonía entre los venezolanos Podía haber rivalidades pero nunca odio como
el que le han inducido a la población desde las altas esferas del poder. Los
recursos naturales con los que Dios prodigó a Venezuela permitían avanzar,
quizás a paso de cangrejo – un pasito p’alante y otro p’atrás” - pero el país
se mantenía habitable Ahora Venezuela está en la “carraplana” por obra del
ilegítimo y de su predecesor. Antes se respetaban los valores morales. Nunca
hubo una ausencia de moral como la que el régimen gobernante ha implantado en
todos los niveles de la sociedad. Se respetaban los sitios de culto de cualquier
religión y su clero merecía también respeto y consideración. La vida ha dejado
de tener valor y a diario nos enteramos de
crímenes odiosos, execrables y abominables que nunca se habían visto en
este país. Desde aquella patente de corso que el führer le otorgó a la
delincuencia para que robara si tenía necesidad, el país quedó en manos de
forajidos y de los fulanos colectivos, provistos de armas más modernas y
poderosas letales que las de las fuerzas de seguridad y del propio ejército. Y
encima de eso, pagados, financiados por el régimen. Roban, matan y quedan
impunes Lo que es más grave es que esa patente de corso la aprovechan por igual
los corruptos de la alta dirigencia. La permisividad delincuencial beneficia no
solo a los delincuentes sino también sirve para asegurarle al ilegítimo contar
con la fidelidad, o más bien con la connivencia, con la complicidad de sus
títeres, y, lo que es más triste, con el amancebamiento de la alta jerarquía
militar.
Ahora
el demonio ha venido para quedarse. Es Mefistófeles en persona, satanás,
lucifer, que no descansará hasta ver a nuestra noble patria convertida en
andrajos.
En
él están congregadas todas la maldades concebidas y las por concebir. El odio,
la insensibilidad, la maldad, la perversidad, la crueldad, la sevicia, la
perversión, el abuso, la iniquidad. En fin, todo lo que hay de depravación y de
satanismo en este mundo está presentes en este patibulario que usurpa el sillón
de Miraflores
Y
a él, como dicen, “le rueda”, le es indiferente o se hace el ciego ante todo lo
que ocurre a su alrededor. O es una mula con gríngolas que no ve sino en la
dirección de su perpetuación en el poder o es una marioneta manejada desde
Cuba, que no quiere perder esa presa que le sirve de sustento. Para desgracia
nuestra esas dos opciones no son excluyentes. Su ambición de poder es
inagotable y no le importa ser la marioneta que sigue ciegamente las
directrices e instrucciones que le imparten desde La Habana.
Y todavía hay quien habla de diálogo. Parece
que quienes llaman al diálogo no se dan cuenta de que mandinga se burla
descaradamente no solo de nosotros, los venezolanos, sino de todo el que,
incluso el Santo Padre cree que se puede
llegar a un resultado por esa vía. Con el perdón del Papa y de los gobernantes que claman por el diálogo, se
necesita ser bien ingenuo para pensar
que es posible encontrar una solución dialogada a la situación del país.
Pero
el país está despertando. El ilegítimo está asustado. Cuando contempla las
imágenes de las marchas y concentraciones de la oposición sabe que se acerca el
momento en que a los venezolanos no le quedará otra alternativa que
sacarlo a punta-pies de Miraflores como hace exactamente 207 años sacaron del
Cabildo a Vicente Emparan y comenzó la vida en libertad en nuestro país. Este
artículo sale publicado el 19 de abril l y los venezolanos, al unísono,
debemos repetir aquel grito: ¡Fuera¡
¡Fuera¡ ¡No te queremos!
El
cinismo del ilegítimo es tal que busca mentes débiles dentro de la oposición para ofrecer elecciones a
cambio del cese de las protestas que cada día se hacen más multitudinarias. No
sé cuáles son esas mentes débiles, pero sea quien sea debe saber que ya no se
puede manejar a la población que está en la calle para quedarse hasta que se
cumplan sus exigencias, comenzando por la libertad de todos los dirigentes que
se encuentran en las mazmorras del régimen.
En
uno de los videos de la apedreada que le propinaron al ilegítimo en San Félix
se escucha la voz de una valiente mujer
que gritaba: ¡Maldito! ¡Maldito!. Todos
debemos sumarnos a ese repudio hasta que se convenza de que si no se va por las
buenas tendrá que irse por las por malas porque el pueblo no lo soporta más.
Hay motivos de sobra.
Nota
al margen del artículo:
Parece
que los chavistas disfrutan hacerse pasar por víctima de agresiones para
inspirar lástima. Recordemos el caso de la canciller de bolsillo cuando intento
presentarse en una reunión donde no tenía vela. Apareció luego en un video con
un brazo en cabestrillo, lo que llevó al ilegítimo a acusar al gobierno de
Argentina de haberla lanzado al piso y
de haberle causado una fractura. Inmediatamente después, en otro video aparece la misma señora sana y salva, sin
cabestrillo.
A
propósito de la apedreada, que le propinaron en San Felix no sé si mis lectores
vieron un video donde aparece el ilegítimo hablando animadamente en el vehículo
que lo trasladó de regreso a Caracas.
Decía: “Ya estamos llegando, dentro de poco estaré en Miraflores”. En ese video
el personaje estaba incólume, ileso. En otro video, creo que del mismo día aparece con una venda
que le cubría la frente y la cabeza. La venda tenía unas manchas rojas que
podrían simular sangre. El día siguiente fue difundido otro video del ilegítimo
en Las Granadinas, donde se presentó también sin haber sido invitado. Aparece
con el Primer Ministro de las Granadinas sin la menor señal de que hubiera sido
herido.
¡Basta
de cursilerías!
Adolfo Taylhardat
adolfotaylhardat@gmail.com
@taylhardat
Internacionalista
Caracas - Venezuela
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