Luego de la tragedia de Vargas, en los primeros meses
del año 2000, la UCV, realizó en la Sala E un evento para conocer por boca de algunos
protagonistas la situación de emergencia que confrontaba el estado Vargas.
Compartimos el escenario Alfredo Laya el infausto y deplorable gobernador del
estado, Ángela Zago la periodista que había escrito el libro La Rebelión de Los
Angeles, en el cual colocó a Chávez en el Olimpo de la Redención que iban a
vivir los venezolanos después del frustrado atentado del 4 de febrero, el Dr.
Rusvel Gutiérrez Presidente de La Asociación de Agentes Aduanales e
Industriales del Estado Vargas y mi persona, Secretario General de COPEI en el
estado Vargas, en representación de la comunidad.
Lo notorio e interesante de ese evento, fue el des
marcaje que hizo la famosa periodista y guerrillera del gobierno del felón de
Sabaneta y eso me indujo a pensar que, quienes creyeron en los cantos de sirena
del embaucador empezaban a conocer como era el monstruo por dentro. Luego
después de eso, la periodista con su esposo, quien todos los días ensalzaba en
su programa televiso al golpista, tuvieron que salir despavoridos del país.
Ya han transcurrido 19 años de dicho evento y así como
tuvo que salir del país la periodista, de una manera intempestiva y de
emergencia, observamos que muchos de los integrantes que se dejaron deslumbrar
por esos ángeles de Lucifer y que se sumaron al festín de Baltazar para
aprovechar y darle palo a la piñata, que el felón puso a disposición de la
peste militar que lo secundó, han tenido que huir porque la podredumbre del
régimen se hace insoportable ante la ignominia del Clan integrado por quienes
quieren perpetuarse en ese olimpo convertido en latrocinio.
La lista de militares ladrones es larga y podemos
mencionar entre otros a quienes iniciaron el festín como Cruz Wefer, Fariñas,
Rosendo, Lucas Rincón, Volta Tufano, los dos Osorio, y el actual ministro de
alimentación Rafael Coronado Patiño, El Pollo Carvajal, Mota Domínguez, Remigio
Ceballos y para no hacerla tan larga podemos cerrarla con el Capo mayor que
minimizó las historias de La Cosa Nostra y el cual se ha convertido en El
Padrino de todas las tropelías, al usufructuar y controlar durante los últimos
cuatro años el botín de la riqueza del país, mediante el dominio de lo
queda del estamento militar venezolano.
En el campo de lo civil, las castas sanguijuelas
defraudadas del régimen son variopintas, empezando por empresarios de la
televisión y medios impresos hasta personajes como Velásquez Alvaray, Aponte
Aponte, Rafael Isea, el general que alquiló y dijo que compró los ferrys y
ahora Christian Zerpa.
El caso es que personajes como los mencionados en el
último párrafo, expresaban una obsecuencia a la enésima potencia del
jalabolismo cómplice e infinito al felón y al chofer del metrobús, el cual en
algún momento se resquebrajó al no ser escuchados con la misma devoción o al
pretender estos sobrepasarse en sus intenciones con la mano que les consistió y
apañó los latrocinios cometidos.
El caso del magistrado exprés es interesante y digno
de atención porque ahora, después de su huida y ratificar lo dicho por Aponte,
que las decisiones del TSJ son tomadas por la antigua sumariadora de la PTJ,
convertida en primera combatiente y renegando del metrobusero, sale el convicto
presidente del TSJ a enumerar una serie de artimañas para tratar de tapar esta
nueva deserción y denuncia contra el narco hamponato.
Así son las cosas, a Christian Zerpa no le observaron
sus defectos cuando acompañó al iraní en los desafueros cometidos en La ULA por
el Grupo Utopía 78; así como tampoco cuando fue designado jefe del despacho
presidencial del felón durante los años 2007 al 2009, durante los cuales sirvió
de tránsito al iraní que estaba en el ministerio de interior y justicia para
tramitar los pasaportes venezolanos a los terroristas y fundamentalistas de la
media luna oriental. De igual manera tampoco se le vieron las costuras cuando
actuó como una de las focas que aplaudían los desafueros del régimen en su
tránsito como parlamentario desde el 2010 hasta el 2015, cuando se nominó y
auto postuló para ser magistrado exprés, después que el gobierno perdió las
elecciones parlamentarias en diciembre del mismo año.
Cuando el magistrado fugitivo elaboró la sentencia
para des proclamar a los diputados electos libérrimamente en el estado
Amazonas, los cuales le dan a La Asamblea Nacional todas sus facultades
constitucionales, al igual que cuando des proclamó a los estudiantes vencedores
de las elecciones estudiantiles de la universidad de Carabobo, fue visto por
quienes lo estigmatizan ahora, como el redentor que oxigenaba las angustias y
tapaba las miserias del socialismo del siglo XXI, pero después de pretender deslastrarse del
narco hamponato, es un tránsfuga vendido al imperio.
Así le paga el diablo a quien le sirve, pero es
importante observar que cada día el régimen sufre una deserción por la cantidad
de desafueros cometidos. Es difícil tapar situaciones como el cierre de
televisoras y medios impresos y radiofónicos, las muertes de Franklin Brito,
los hermanos Fadul, Oscar Pérez, Fernando Albán, el pemón Charly Peñaloza.
Prisiones como la de Simonovis y los policías, el sindicalista Rubén González,
la destrucción de PDVSA y las empresas básicas de Guayana la expropiación del
aparato productivo, la negligencia en mantener y preservar los servicios
básicos y el general Hambre que hace estragos en la población, ya que la necesidad
de comer induce a muchos ciudadanos en que se produzca una inversión de sus
valores que deben ser satisfechos mediante soluciones a veces no apropiadas
pero necesarias por la urgencia que se plantea dentro del núcleo familiar.
Por algo a pesar de la hegemonía comunicacional, se
cuelan las disonancias de José Vicente Rangel, Julio Escalona. Elías Jaua,
Giordani el destructor del aparato productivo venezolano, Elisa Osorio, Héctor
Navarro, Rafael Ramírez, entre muchos, quienes preconizan como cuando las ratas
abandonan al barco que se está hundiendo, que esa torre de babel construida por
este narco hamponato está llegando a su fin
Rubén Contreras G.
@RubenContreras_
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