Es parte de la tragedia nacional. Porque no se trata
nada más de la típica labor de exterminio y esclavitud por parte del socialismo
a partir del 11 de abril de 2002. El asunto es mucho más complejo cuando
observamos desde ese entonces la negligencia criminal de una dirigencia
demócrata que salvo virtuosas excepciones sigue negada a propender en el
restablecimiento pleno del orden constitucional venezolano, ello con la
inmediatez requerida tratándose de un genocidio en curso ya certificado por
todos los organismos internacionales con experticia en la materia.
Así entonces va adquiriendo sentido el permanente
apaciguamiento impuesto por esa dirigencia demócrata aún en las etapas más
cueles de esta lucha por la liberación nacional, obviando siempre la inmediatez
inherente a cualquier resolución de la crisis humanitaria vigente en Venezuela.
Se trata de una conducta política aprendida, probablemente originada en la
experiencia socialista tan común a la casi totalidad de los partidos políticos
criollos.
Esto es algo del todo inaceptable cuando incluso en el
Nº 2243 del Catecismo de la Iglesia Católica, en su aparte dedicado a la
¨resistencia a la opresión de quienes gobiernan¨, corrobora la necesidad del
pueblo venezolano por restablecer plena e inmediatamente el orden
constitucional, cumplidas como han sido todas y cada una de las condiciones
taxativamente exigidas para recurrir legítimamente a las armas, a saber:
1) en caso de violaciones ciertas, graves y
prolongadas de los derechos fundamentales;
2) después de haber agotado todos los otros recursos;
3) sin provocar desórdenes peores;
4) que haya esperanza fundada de éxito;
5) si es imposible prever razonablemente soluciones
mejores.
A todo evento, el artículo 187.11 de la CRBV continúa
vigente ¡Viva la República de Venezuela! Ora y labora.
Ronny Padrón
caballeropercivall@gmail.com
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