El Socialismo del Siglo XXI y sus creadores prometieron un sistema súper moderno y avanzado en materia de transporte y lo que han hecho es acabar con el Metro de Caracas y no concluir los proyectos que habían anunciado, para el cual se entregaron los recursos y los venezolanos no se han visto beneficiados.
Actualmente, el caos con el sistema de transporte público se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza y piedra de tranca para muchos trabajadores, que dependen del servicio para poder trasladarse hasta su lugar de trabajo.
Lamentablemente, la majestuosa obra inaugurada en 1983 y que fue ejemplo para muchos países, hoy pasa a ser un servicio que muere a paso de vencedores. Las constantes fallas, no solamente son a nivel eléctrico, sino de vialidad, personal y de cultura de pertenencia.
El Metro era la alternativa para muchos. Da dolor ver las condiciones en que este se encuentra de suciedad, abandono, ruina... y así se refleja desde el cartón con el logo de Metro de Caracas que funge como boleto, hasta los milicianos-torniquetes; escaleras mecánicas clausuradas y casillas de venta o información ausentes de personal. Lo que si abunda son vendedores ambulantes y personas enfermas pidiendo ayudas económicas -a según- para comprar medicinas o poder comer.
En fin, son más de 20 años de farsa revolucionaria en la que acabaron hasta con los mitos creados por ellos mismos.
Decían por ejemplo, que supuestamente comíamos perrarina en la mal llamada cuarta república. Los bebés tomaban de tetero el agua de la pasta, cuánto cuesta hoy la pasta. Y es que no hay ni agua, acabaron con todos los servicios, arrasaron con todo, y lo peor es que también acabaron con la dignidad de un pueblo que hoy se arrodilla para recibir migajas de un papá Estado que arruinó y abandonó a sus hijos.
En definitiva, este régimen ha vivido durante estas dos décadas de excusa en excusa: 2002 paro petrolero, 2013 guerra económica, 2016 culpa de la Asamblea Nacional “burguesa”, hoy son las sanciones de EEUU, donde el colapso en el Metro también se lo atribuyen a las sanciones, pero los usuarios están claro que la decadencia de ese sistema de transporte, -antes modelo-, tiene tiempo y es hija de la piratería y corrupción roja.
Nadie se podía imaginar que en medio de la mayor bonanza petrolera, íbamos a llegar a este estado de pobreza, hambre y miseria, en la que no hay un solo sector en nuestra Venezuela que medianamente funcione. Es la salud, la educación, los salarios, la seguridad ciudadana, la vialidad, la justicia.
Omar A. Ávila H.
dip.omaravila@gmail.com
@OmarAvilaVzla
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