En la historia de los gobiernos del comunismo en el mundo, los rasgos más resaltantes en sus gestiones son precisamente los peores de la humanidad: Intento de perpetuarse en el poder por la fuerza; el secuestro institucional; sometimiento de la población por hambre y necesidad; persecución a la disidencia; destrucción de la propiedad privada, y la anulación hasta la destrucción del ser humano, si no está a su servicio incondicional.
Así ocurrió en la Unión Soviética, y en los países bajo su control e influencia; China; Vietnam; Corea del Norte; y Cuba, entre los más resaltantes por el grado de destrucción y control absoluto de la sociedad.
Venezuela no es una excepción, esta vez por la decisión y complicidad criminal de Chávez como enamorado de Fidel, y luego Maduro en su condición de segundón y mandadero de quienes dirigen, diseñan y controlan por encima de él.
Solo que el venezolano es probablemente el caso más doloroso, pues se trata de la destrucción y sometimiento total de un país con inmensas potencialidades, que venía de conocer y disfrutar de las bondades de gobiernos civiles a lo largo de 40 años, que llevaron a hacer creer que podría tratarse de una democracia sólida; de un sistema de libertades democráticas incluyentes dispuestas para el progreso y desarrollo.
Pero no, además de sus propios errores y vicios, siempre hubo detractores y desleales quienes se aprovecharon de sus instituciones y su gente para acecharla hasta acceder al poder, de manera inescrupulosa aunque electoral, toda vez que les fue ¨servida la mesa¨ por la ambición desmedida de un caudillo civil, prepotente e inútil para la democracia en las postrimerías de su vida.
Todos esos vicios de la democracia civil pudieron ser corregidos en el marco de la perfectibilidad constitucional y democrática de entonces, pero no fue así y buena parte de su liderazgo, en complicidad con sectores empresariales y sindicales dieron al traste con las posibilidades del sistema y la ciudadanía.
Eso, en resumen apretado, puede ser considerado el caldo de cultivo apropiado para el desempeño destructor y arrogante de los detractores de la democracia que hoy lamentablemente llevan más de 20 años ininterrumpidos acabando por la vía de la destrucción y el secuestro institucional con Venezuela.
El comunismo venezolano en el poder es más cruel e inescrupuloso; capaz de aliarse con lo peor de la criminalidad universal, si ello les permite perpetuarse en el gobierno. Es harto conocido que hoy forman parte no solo del Foro de Sao Paulo (Holding comunista dirigido por los Castro en Cuba), sino también del negocio del narcotráfico en alianza también con Cuba, y ejecutado por la FARC, y ELN, y los cárteles de Colombia; Bolivia; México, y Centroamérica.
Del mismo modo, han hecho alianza con el terrorismo internacional con los jerarcas de las tiranías de Irán, y Siria, así como con sus protectores dictatoriales de China y Rusia. En fin, se trata de una corporación internacional del crimen para controlar el mundo y la destrucción de occidente.
A pesar de que ello es una verruga protuberante, de este lado del mundo no queremos darnos cuenta, y no actuamos en consecuencia. Vivimos distraídos en otros asuntos lamentablemente.
Para Venezuela es de vida o muerte derrotar al comunismo y toda su estructura criminal. No obstante ello será imposible si no logramos construir una unidad de propósitos sincera; sin mezquindades ni megalomanías. Sin trampas y divisiones.
Es hora de pensar en los intereses del país, y no en grupos o personalidades; sin exclusiones odiosas, ni oportunismos indecentes.
Esto es un ruego a toda la oposición, y a todos los venezolanos de bien. Hagámoslo!
Román Ibarra
@romanibarra
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