Ser libres supone estar dispuestos a diseñar formas que no se están dando en el presente, un atreverse a romper con paradigmas establecidos, actuar en función de un futuro distinto, superior. Buscando responder a los requerimientos, a las solicitudes que el presente plantea.
Es ese posible ejercicio de la libertad, lo que nos hace humano, fue lo que nos permitió salir de las cavernas y construir el mundo que hoy disfrutamos. Atreviéndonos con audacia, a romper con lo establecido, poniéndonos como meta un mundo mejor y accionar para construirlo.
Estamos programados genéticamente como animales, pero no como humanos, con la posibilidad de ser libres, ejerciendo el libre albedrio, eso no está en nuestros genes, está en nuestra parte espiritual, oculto en algún rincón nuestro, pero acceder a esa parte requiere de cierto valor, ir más allá de nuestros instintos animales programados: los mero instinto de supervivencia,
Emanuel Kant, escribió un artículo, titulado “Que es la ilustración”, en el cual afirmaba que el hombre ilustre no era el culto o el inteligente, sino, los capaces de pensar libremente, sin el tutelaje de otro, como personas mayores de edad, sin permitir que el presidente de la republica, el jefe del partido, el pastor de la iglesia o el Papa tutele su pensamiento.
Loa pensadores de la ilustración inglesa pensaba que ser ilustre estaba relacionada con la búsqueda de cada individuo, de poder accionar libremente en función de sus propios intereses, emociones y simpatías, y que la función del Estado consistía en crear espacio para la conciliación y convivencia de intereses variados.
Puestos en piloto automático, tendemos a dejarnos llevar por la inercia, soñar nuevas maneras supone un esfuerzo personal por desprogramarnos, para ser libres, para ejercer la gracia suprema con la cual Dios nos hizo humanos: “El Libre Albedrio” pero el miedo nos contamina, nos paraliza en muchas oportunidades..
Qué, sino eso, explica ese aferrarse a formas que han fracasado, de manera reiterada y contundente en el pasado. Es eso lo que nos impide soñar maneras de vida, formas de organización que de manera reiterada, según todos los indicadores de gestión, garantizan mejor calidad de vida, mejores ingresos, mejores programas sociales y mayor nivel de libertades públicas, menos Estado- El miedo, a abandonar lo conocido nos lleva a rechazar y temer a todo aquel que pretenda sacarnos de nuestra zona de confort.
La historia del hombre no es la historia de la lucha de clase, como piensan los comunistas, sino la lucha por lograr cada vez mayores niveles de libertad, que culminara con un mundo de hombres y mujeres libres y responsables de sí mismos y de sus pares, con Estado que se limitara a conciliar la voz de todos, bajo el solo reino de Dios
Capitalismo y democracia de poderes limitados para Venezuela.
Raul Zapata A.
raulzapataa@hotmail.com
@RaulzapataA
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