Si la pandemia sigue bajo control, conviene ir pensando en opciones para que el alumnado retome el contacto con su plantel así sea de modo parcial.
Sabemos que es negativo perder la vinculación con la institución educativa durante mucho tiempo, y ya nosotros llevamos desde el 16 de marzo en esa situación.
Hay que considerar la posibilidad de abrir algún acceso a las aulas en julio o agosto: esperar hasta octubre resulta demasiado largo.
Por una parte, por supuesto, porque el estudio es más intenso, continuo y efectivo en el plantel, junto a la presencia y apoyo de docentes y compañeros. Pero no se trata solo de eso. Para un grupo importante de liceístas perder el contacto con su institución educativa durante meses puede significar que ya no regresarán: son estudiantes de los últimos años de la educación obligatoria, quizás con necesidades económicas fuertes, o que viven lejos del centro de enseñanza, y que acudían al aula con sacrificio: acostumbrarse a no ir, dedicándose a otras actividades, puede implicar el no retorno.
También conocemos a otras y otros, de todos los grados, que ya venían con problemas de rendimiento y para quienes la cuarentena ha significado una desconexión con el estudio y sus rutinas que puede empeorar su situación a la hora en que se abran de nuevo normalmente los planteles. Y están los más pequeños: las niñas y niños que cursaban primer grado y que les va a tocar iniciar segundo grado con menos solidez en su formación de lo que es habitual.
Por eso me parece importante considerar la posibilidad de un acercamiento por etapas, quizás a partir del 15 de julio o el 1 de Agosto, que permita retomar el nexo con la institución educativa antes del inicio regular del próximo año escolar.
Podría empezarse convocando a las y los estudiantes de sexto grado de Educación Primaria, y primer y cuarto año de Educación Media. Con asistencia dos días por semana, en turnos alternos, a fin de evitar aglomeraciones. Y para dedicarse a iniciativas de refuerzo y avance, que los prepararan para cursar mejor su próximo año escolar.
Podría aprovecharse para realizar actividades y asignar tareas menos tradicionales y más creativas, combinadas con juegos y deporte. Desde luego, todo esto solo es posible si la Covid-19 se mantiene en una curva aplanada, como esperamos.
Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
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