viernes, 5 de junio de 2020

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, VENEZOLANOS EN HIBERNACIÓN

La situación política se encuentra estancada, pero las condiciones de vida aceleran su descomposición. La gasolina, que venía dando tumbos desde hace más de 3 años, terminó de sucumbir ante el espectro gubernamental, la destrucción de Pdvsa y las sanciones como resultado de la retención ilegal/ilegitima del poder, nos han costado “cruentas horas de dolor” como dice el tango gardeliano.

El régimen y la oposición son ineficientes a la hora de solucionar las parvedades que aquejan a los venezolanos, al contrario, día a día parece que ambos bandos abogan al empeoramiento de todo. El coronavirus fue la guinda de la torta, viene a entorpecer nuestra agónica economía, además de interrumpir las acciones internacionales tendentes a la solución de nuestro conflicto, los gobiernos del mundo están abocados a afrontar internamente al covid-19.

Es harto difícil los venezolanos podamos enfrentar un régimen castrista solos, ha quedado demostrado en 2002, 2014, 2017 y en la actualidad, al chavismo no le tiembla el pulso para utilizar todo tipo de fuerza/violencia, incluso la “atroz”, tal como la definiera el mismo ministro de defensa en las protestas nacionales contra el intento constituyente. El régimen tampoco puede solo, depende de sus aliados internacionales, mismos que comparten la concepción patrimonial del poder y respectivas sanciones, los habitantes de Venezuela estamos a merced del mundo.

La prospectiva luce negativa, el régimen no pierde tiempo, aún en estas circunstancias de alarma sanitaria continúa con su agenda política, acelera la elección del un “nuevo CNE” con alma roja de la mano de los denominados “diputados Clap”, bajo la inamovible meta de las elecciones parlamentarias, proceso electoral que será perpetrado bajo mismas condiciones que, desde 2017, se vienen desarrollando las elecciones en el país; el chavismo aparta con desafueros a sus verdaderos rivales e impone a conveniencia electores, partidos, candidatos y resultados, no olvidemos la misma Smartmatic así lo confesó inmediatamente después del intento de constituyente.

La gran estratagema del chavismo es que ha logrado desmantelar a Venezuela, no hay identidad nacional en un país ajeno a su historia, costumbres y tradiciones… como venezolano cuesta un mundo identificarse con el país que habitamos, somos inmigrantes en nuestra propia nación, los que se han ido no quieren regresar a “esta Venezuela”. La cruenta realidad económica obliga a cada quien enfocarse en lo personal/familiar, en esta coyuntura impuesta el concepto nación es casi inexistente.

Así, Venezuela es un foco de incertidumbre e inestabilidad propia y regional, lo poco que hoy la sostiene se debilita diariamente. Lo económico, político y lo social es un caos sin precedentes, los actores del mundo involucrados dinamizan los hechos provocando especulaciones en todos los terrenos. Lo único claro es que tras el agitado paso de las horas todo empeora y la sobrevivencia se complica.

Los venezolanos pareciéramos estar en hibernación, aislados en nuestras realidades individuales consumiendo lo que aún nos queda, esperando todo lo que envuelve al país genere los cambios requeridos “naturalmente” por aquello de los ciclos naturales de la política, por aquello de una nación con las características que presenta Venezuela es “imposible” se sostenga en esta parte del mundo, por aquello de lo terriblemente innatural que es esta Venezuela desdibujada, ficticia, a empujones. 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango

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