Con motivo del ejercicio gubernativo iniciado desde 1999, en Venezuela, producto de la llegada del teniente coronel de Sabaneta al poder, hemos visto y apreciado como quienes nos hemos abrogado ser los supuestos líderes de la oposición democrática, esbozado y propuesto diversas estrategias, planes y proyectos para darle un vuelco a la situación imperante y tratar de ponerle fin a la comparsa de delincuentes que integran el socialismo del siglo XXI, y que han convertido al país en un narco estado.
Ha sido también común escuchar el planteamiento de algunos de esos supuestos conductores del archipiélago de partidos, que integramos la oposición, cuando diseñan una nueva estrategia, la frase: “Estamos al lado correcto de la historia”; y esta se ha convertido en un ritornello para todos ellos, con el pretendido fin de demostrar a sus adeptos y seguidores que están haciendo política y buscando que no decaiga en sus huestes la desesperanza, por los desaciertos y errores cometidos.
El caso es que prácticamente Llevamos 22 años de gobierno chavista, dentro del lado correcto de la historia, pero estamos en la penurias de la oposición, observando la paulatina destrucción del aparato productivo del país, en todos sus ordenes, gracias al ejercicio de la antipolítica puesta en práctica desde 1999, por esa parranda de narco delincuentes, apoyados por esa estructura de la peste militar, que aprovechó la orfandad del teniente coronel, en el ejercicio gubernativo y políticas administrativas, para agarrar los mangos bajitos y posesionarse de diversos estamentos de la estructura económica y productiva de nuestro país.
El caso es que, quienes han dirigido el gobierno en nuestro país, dejaron a un lado el libreto de la política formal y constitucional, para marcar un nuevo trazado gubernativo, fuera de todo contexto racional y abusivamente han soslayado el uso del poder, para actuar despóticamente.
Mientras en el contexto de la oposición, a pesar de la experiencia de los 40 años de democracia representativa, ejercida por líderes y dirigentes con sentido de patria y apegada a la institucionalidad, hemos visto como quienes a partir de 1999, asumimos el rol conductor, en la mayoría de los partidos tradicionales y en los nacidos producto de las divisiones de los anteriores, con conductores bisoños, y como diría Luis Herrera Campins, sin burdel político, las marchas y contramarchas en los diversos procesos electorales que hemos vivido, que reflejan el desconocimiento de la política y también han contribuido a fomentar la antipolítica en nuestro país.
Y esto lo decimos debido a que la primera demostración de no actuar apegados a la política lo vimos en las elecciones parlamentarias del 2005, cuando quienes dirigiamos los partidos políticos, en vez de actuar dentro del contexto de la ruta electoral, abandonamos los espacios, para que el gobierno se adueñase totalmente del Parlamento.
Así estuvimos dando bandazos y en 2010, se retomó la ruta electoral con la MUD y en las elecciones parlamentarias, la oposición logró cambiar en el pueblo la intención del voto y obtuvo el 52% de los sufragios emitidos. Luego en las elecciones del 2015, nuevamente con la MUD, se obtuvo el contundente triunfo del Parlamento, lo cual sembró de esperanzas a la mayoría de la población venezolana, que percibió, que se abría la luz al final del tunel y que se le podría poner fin a la debacle venezolana originada por el teniente coronel.
Pero algunos dirigentes de nuestra oposición, se engolosinaron con el triunfo parlamentario y en vez de seguir la ruta electoral trazada constitucionalmente, se pusieron a buscar recovecos y atajos, como si ellos eran los dueños de la cancha de futbol y desconocieron que el juego es entre dos equipos. Lo cual concitó y cohesionó al gobierno, el cual como fiera herida, utilizó todos sus instrumentos, que le dan el ejercicio gubernativo y el control de todos los poderes, para actuar con saña y alevosía, contra los embriagados viejos y noveles dirigentes de la oposición, para desmontar todos los atajos de las alternativas propuestas, a pesar del ritornello asumido, que estamos al lado correcto de la historia.
Así, hemos observado, que desperdiciamos la oportunidad de ganar las elecciones de gobernadores y de alcaldes, y de la presidencia de la república en el 2018, porque un sector radicalizado, de nuestra oposición y que democrática, esbozó la tesis de la invalidez del Consejo Nacional Electoral, el mismo con el cual se ganó la elección parlamentaria del 2015, porque estamos en el lado correcto de la historia, pero seguimos en el lamentable lado de la oposición.
Ahora estamos nuevamente en la víspera de una confrontación electoral, y todos los estudios de opinion señalan que somos más del 80% de la población que rechazamos las políticas del gobierno y que ansiamos un cambio en la conducción del país, pero algunos de los encumbrados líderes opositores, quieren seguir al lado correcto de la historia, esbozando la tesis, que es menester cambiar el Consejo Electoral Nacional, para poder participar en una nueva elección y se niegan a participar en las elecciones parlamentarias, dándole así el gran chance a los dirigentes del narco gobierno a que asuman el control de La Asamblea Nacional, sin importarles la situación que confrontamos quienes integramos este pueblo sumido en la desesperanza y agobiado por la hiperinflación que nos devora el salario, que no encuentra medicinas ni centros de salud para paliar sus enfermedades.
Todo esto nos lleva a pensar entonces, cual es el lado correcto de la historia, porque yo no quiero seguir en la oposición y haré todos los esfuerzos y ejerceré mi condición de sufragante para tratar de sacar del poder, a estos narco delincuentes que destruyen a mi país.
Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras
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