El
gran secreto del chavismo ha sido la desinstitucionalización del país, hacer de
lo público agencias del partido de gobierno. Por tal motivo, cuando el exfiscal
General Javier Elechiguerra acusó a Chávez de haber malversado el Fondo de
Estabilización Macroeconómica (FIEM) a principio de su gestión, inmediatamente
fue depuesto en el 2000 por el parlamento de mayoría chavista, designando a
Isaías Rodríguez como sucesor, públicamente chavista.
Poco
tiempo después, el país tuvo que padecer la tragedia del conflicto político
desde 2002 ante la negativa de Chávez de medirse en un referéndum consultivo
con un CNE que no controlaba totalmente. No fue sino hasta 2004 cuando Jorge
Rodríguez fue nombrado presidente del CNE que finalmente aceptó. Luego del
revocatorio, Rodríguez fue premiado por su labor siendo nombrado por Chávez
como vicepresidente de la nación. Al poco tiempo, 2006, quienes en terreno de
lo civil debían resguardar la constitucionalidad sucumbieron, los magistrados
TSJ vociferaron en acto oficial “Uh ah Chávez no se va”… la institucionalidad
formalmente había fallecido.
Una
notoriedad del momento, fíjense: En la recientemente ocurrida “Toma del
Capitolio de EEUU”, inmediatamente se tomaron medidas como toque de queda,
búsqueda, detención y procesamiento de los detenidos, posible destitución de
Trump, entre otras acciones. El 5 de julio 2017 hordas chavistas vinculadas a
Jorge Rodríguez tomaron la AN ocasionando daños, heridos, lesiones a los
parlamentarios y NO HUBO ninguna acción del Estado… es la diferencia entre lo
que llaman primer mundo y las repúblicas bananeras… esto, como simple ejemplo
de lo que ocurre cuando no hay constitucionalidad, cuando las instituciones del
Estado se convierten en parcelas partidistas.
2021
comienza mal, con una oposición legítima muy cuestionada, pero siendo sinceros,
con margen de maniobrabilidad cero dentro del país, ejercer oposición
partidista o ciudadana es un terreno muy cuesta arriba cuando la represión del
régimen contra toda disidencia es atroz.
Este
año, el régimen una vez más tratará de desviar la atención del país hacia lo
electoral, un terreno donde su control absoluto sobre las instituciones del
Estado le augura no perder ni perdiendo, con un escenario mucho más favorable
en cuanto la comunidad internacional tiene sus propias preocupaciones con el
covid-19 y sus secuelas económicas-políticas.
La
mejor estrategia opositora ha sido la abstención ¡sumarse a ella! pues la
abstención no es ordenada por éstos, sino que es el sentimiento más sublime
enclaustrado en los venezolanos como rechazo, justamente, a la
desinstitucionalización del país, donde el voto desde hace mucho tiempo no
premia, no castiga, ni genera cambios. Sin embargo, la abstención por si sola
no basta, se debe acompañar con otras estrategias aún ausentes.
Entiéndase,
lo electoral/abstención ya dio sus frutos, para generar cambios Venezuela
necesita un liderazgo político muy capaz y decidido, donde “formalmente” el
chavismo tiene todas la de perder porque todo lo que detenta es ilegal e
ilegitimo, pero en la “práctica” es amo y señor del país al controlar a su real
placer no solo las instituciones del Estado, sino sus recursos y armas. Es una
estrategia que, queramos o no, involucra a los aliados internacionales de los
venezolanos y del chavismo.
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
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