Finalmente hemos llegado a la fecha que consolida el robo de la elección presidencial, en un acto que debería avergonzar a todos los hombres de buena voluntad que aman esta nación, los EU. Ya cabalgando sobre el siglo 21, se ha llevado a cabo un golpe de estado en el país que, en sus más de 200 años de vida, jamás hubiera sufrido una agresión como la que ya se ha consolidado en lo que, algunos sufriendo de miopía histórica y política, piensan es un final feliz. A pesar de todas las evidencias que no se pueden explicar, menos negar, exhibiendo una soberbia que solamente en México habíamos atestiguado en figuras como Echeverria y Lopez Portillo, robando la voluntad de la gente ante el escaparate del mundo entero.
Sin
embargo, algo que poco se ha sabido es la participación de Barak Obama en este
acto que rompe todos los niveles violatorios de la constitución, las leyes
federales, estatales, municipales, leyes y reglamentos de electorales. Un
proceso que dio principio hace 12 años cuando se iniciara el primer periodo de
su presidencia, con la encomienda de sentar las bases para una toma total del
país de parte de lo que ya se conoce como el Marxismo Aristócrata y Monárquico.
Así, sembró jueces marxistas por todo el país, al partido demócrata lo
convertiría al marxismo, durante los primeros 4 años instalaba sus
“representantes” en todos los bancos que “rescatara”. Nunca se había visto a un
expresidente tratando de sabotear la labor de quien lo sustituyera.
EEUU
cae ahora bajo una nueva monarquía con el esquema socialista, en la cual la
figura del monarca ahora sería representada por una elite domiciliada en la
parte superior de la nueva pirámide social. El segundo piso de esa pirámide
sería ocupado por los grupos más allegados a los nuevos monarcas, el lugar que
en Europa era de la aristocracia con todos los privilegios que eso conlleva. En
el tercer piso estarían los que en el pasado monárquico se conocieron como los
señores feudales en cuyas tribus contarían con los políticos profesionales para
operar el gobierno de acuerdo a los mandatos de los nuevos monarcas.
Finalmente, la base de la pirámide sería la región de lo que se pudiera
considerar como los modernos siervos, precisamente para, como su clasificación
lo indica, servir a los aristócratas y a los monarcas.
En
2008, inspirados por la teoría marxista original, para apuntalar a su nuevo
prospecto, Obama, y facilitarle la tarea encomendada, necesitaban una crisis y
poder sentar los cimientos de la nueva prisión para EU cuando la gente, ante el
terremoto financiero, entraba en ese estado que aman los tiranos, explosiones
de pánico, inseguridad, ansiedad y, como el Chapulín Colorado, preguntaran
¿ahora quién podrá ayudarnos? Esta horrible crisis financiera, estructurada por
mentes diabólicos, había iniciado su desarrollo desde la presidencia de Bill
Clinton cuando decidió que todo mundo debía ser propietario de su vivienda.
Establecía a su amigo Henry Cisneros como responsable del proyecto a la cabeza
de Fannie May y Genie May, para abrir la compuerta del dinero para tan generosa
política de casa para todos, sin los requisitos que debe llevar el crédito
sano.
Pasaban
luego a forzar bancos, fondos de inversión, compañías de seguros, a comprar el
papel que surgía de las hipotecas con la garantía del gobierno federal. Todo
mundo acudía a solicitar préstamos y hubo gente que comprara tres o cuatro
casas abusando de la falta de supervisión. Los bienes raíces aumentaban de
valor en los que presagiaba una burbuja. Los bancos y fondos se peleaban por
ese papel “sin riesgo” y se iniciaba el desarrollo de una crisis bien planeada,
que tendrían lista para explotarla en el momento que se necesitara. Bush II se
sumaría al plan y recibía la estafeta continuando el cocinado de la crisis. Al
final de los 8 años de Bush, el EP decidía que Obama estaba listo para la tarea
presidencial. Para asegurar la elección y, más importante, entregarle el campo
listo para ejecutar lo que le ordenaban. Aprovechaban el pánico de la gente
para iniciar la ejecución del plan y encadenar al país en donde el New Deal
luciría como creación de Hayek.
Y,
así, en medio de ese infierno, aparecía el Chapulín Morenito para llevar a cabo
los monstruosos rescates con el Fed operando la imprenta las 24 horas del día.
Muy pocos se dieron cuenta que no los estaban rescatando, los estaban
aprisionando cuando todo el aparato productivo del país vendía su alma a un
acreedor más peligroso que Mefistófeles. Durante los 8 años de Obama el
gobierno, vía impuestos, regulaciones, mandatos, se apoderaba del 60% del PIB
cuando en los años 50 solo llegaba a un 15%, y al inicio del siglo 5%, ante los
aplausos de los monos de organilleros elevando sus plegarias dando gracias por
el envío de este San Martin de Porres tan milagroso. No se daban cuenta que
este santo los ensillaba, les ponía un freno atravesado, un bozal tejido con
cerdas de cola de mula, y los dejara listos para que los caballeros con
espuelas llegaran para montarlos ¡Y el morenito cumplió!
Pero
hubo alguien que si se dio cuenta de la trampa que le tendían al país y lo que
habían avanzado. Y se lanzaba al ruedo tras la presidencia en lo que le daban
una posibilidad en un millón. Pero, ante la sorpresa del mundo ganaba la
elección y entonces los apanicados eran ellos y surgía la necesidad de
eliminarlo. Lo intentaron por todos los medios y no pudieron. Se daban cuenta
que en una elección libre nunca podrían derrotarlo. Pero, se les prendía el
foco de eureka y, aprovechando la gran relación de Biden en China, había que
provocar una crisis similar a la del 2008. Y la crearon sin importarles la
destrucción de la economía que todavía no pasa la factura, pero, lo hará y
tendrán que pagarla.
El
más apanicado de todos era el morenito de Porres porque sus crímenes alcanzan
niveles de lesa humanidad y van desde relaciones y financiamiento de
terroristas, negocios con Irán siendo presidente. Y era seguro que en un
segundo mandato de Trump emergería el misterio de su certificado de nacimiento,
de sus notas universitarias que no existen, quienes financiaron sus estudios en
las universidades más caras del mundo. Sus sociedades con los Clinton para
vender armas a terroristas, vender Uranio a Rusia y, en especial, por qué, en
un acto despreciable, dejaron morir al embajador Stevens en Benghazi y miembros
de las fuerzas especiales, en lo que se sabe fue para guardar el secreto de su
negocios en ese país. Y, lo más grave, su sociedad con Biden para exprimir
dinero por todo el mundo en relaciones que alcanzan niveles de traición.
Y
su cola es tan larga, sus temores eran tan grandes, que debían de destruir a
Trump, aunque comprometieran a otros países y hasta al Vaticano. Ahora van a
gritar, el rey ha muerto, vivan los usurpadores y traidores. Y en donde se
encuentre Thomas Jefferson llorará al ver cómo se equivocó cuando afirmara: “El
árbol de la libertad debe regarse, algunas veces, con la sangre de los
patriotas y de los traidores, porque es el mejor abono”.
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@elchero
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México-Estados Unidos
El
mercado libre no ofrece garantías, privilegios especiales, favores, monopolios,
oligopolios, subvenciones, ventajas, protecciones, subsidios, apoyos,
tratamientos especiales, distinciones, dádivas, cancelación de deudas, en pocas
palabras, como lo afirmara Milton Freedman, no hay free lunch. Por eso es tan
impopular y por muchos odiado.
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