Sin
embargo, en materia electoral entramos en un dilema entre un trío de fuerzas
democráticas coincidentes: la que lideriza Juan Guaidó; por otra parte, un polo
minoritario también de oposición y, por último, la comunidad internacional la
cual, por cierto, respalda sin tapujos al presidente interino y presidente de
la legítima Asamblea Nacional. La
primera de las mencionadas está de acuerdo en participar en las venideras
elecciones de gobernadores siempre y cuando haya plenas garantías de respeto
por la voluntad del elector. Es decir,
que haya equivalencia entre las fuerzas actoras. La segunda, el polo minoritario de la
oposición que está de acuerdo con entrar en la contienda regional en las mismas
condiciones con las que se llevaron a cabo en las elecciones parlamentarias del
6 de diciembre; y, por último, la comunidad internacional que considera que
debe llevarse a cabo las elecciones parlamentarias y elecciones presidenciales
este mismo año, antes de la escogencia de los mandatarios estadales. Frente a
esta compleja disyuntiva, los que adversan al gobierno tienen el compromiso de
profundizar las conversaciones con la comunidad internacional con el propósito
de llegar a acuerdos, con la debida premura y el visto bueno foráneo.
Es de
interés -en esta lucha irregular- que esa mayoría evidente opositora le abra
las puertas de la unidad a estos grupos minoritarios para que se incorporen a
esta disputa en conjunto, pero pidiéndole a estas que reconozcan que lo natural
es que las minorías se sumen a las mayorías, nunca a la inversa. El panorama, mirándolo desde esa esquina,
está despejado. No hay nubes confusas
que se interpongan. Sencillamente, los
venezolanos no acudirán a votar si no hay garantías de respeto a la voluntad
del elector. No habrá fórmula divina que
logre convencerlos de lo contario. Están
recientes las elecciones parlamentarias del pasado mes de diciembre donde
nuestros compatriotas se resistieron ir a votar por una decisión íntima, pero
jamás fue consecuencia de llamados externos.
Solo que consideraron preferible actuar con mayor dignidad y abstenerse
que ser cómplices de un gobierno ilegitimo, que sería triunfador de todas,
todas. Para quienes no entiendan de un todo que en caso tal de obtener la
mayoría de votos, la oposición de todas maneras será perdedora, siempre será
vapuleada por la tramposería.
Final
redundante: hay que insistir con mucha fuerza y comprometer a la sociedad civil
a que exija también condiciones paritarias para participar en las elecciones
regionales. Nuestros compatriotas no
concurrirán a votar si previamente no se da la lucha por lograr mejores
condiciones. Pienso, del mismo modo, que
el diálogo-consulta sobre este tema con la célebre comunidad internacional es
supremamente importante. Luego, la unidad;
desunidos podemos hacer poco. Por
supuesto que la mayoría de los venezolanos deseamos ir a votar por una sencilla
razón: los votos los tenemos nosotros y en abundancia. Mesitas y alacranes son otras especies,
gusanos de la muerte…
garciamarvez@gmail.com
@RgarciaMarvez
Venezuela
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