La vocería oficial establece como estrategia
política el sostener el diálogo como la
mejor forma de demostrar su disposición a buscar soluciones a la complejidad
que afecta la operatividad gubernamental, obviando que en sus manos tiene los
elementos adecuados para hacer los cambios necesarios para mejorar la situación
nacional, con solo derogar una serie de decretos y leyes causantes de la
complejidad que nos envuelve.
No obstante adelantó decisiones que le permitan
salirse de una buena parte de las empresas estatizadas que se le han convertido
en un dolor de cabeza financiero, finalmente después de largos años de pérdida
de recursos públicos en tratar de sostener a las empresas estatizadas, se ha
visto en la necesidad de empezar a transferir a inversionistas privados parte
de ellas.
Las expectativas creadas son diversas, van desde
aquellos que opinan con recelo sobre esta estrategia oficial que solo busca
salidas a su conveniencia para ganar tiempo y así seguir sosteniendo su modelo
político, otros lo consideran una puerta abierta para lograr soluciones a la
crisis que afecta al país y al conglomerado empresarial privado. Para los
buscadores de negocios con beneficios rápidos ven una oportunidad para adquirir
empresas que presten servicios que las puedan convertir en rentables a corto plazo
o aquellas con potencial para exportar productos que procedan de materias
primas de cualquiera de las decenas de minerales que tenemos en abundancia.
Lo que no se observa es un cambio de la estrategia
política que ha venido siendo aplicada, que ha conducido al país, a una
reducción pronunciada de buena parte de la actividad de los sectores económicos
nacionales exceptuando el comercio importador que tiene un sostenido
crecimiento.
Este modelo político tiende a sostenerse y lo
observamos en la estrategia pública de llevar adelante el denominado estado
comunal, creando expectativas de nuevas metas de producción sostenidas en
programas productivos así como inversiones sociales con el uso de grandes
recursos públicos, repitiendo planes anteriores cuyas experiencias no han dado
los resultados esperados.
Lo que el país nacional espera son decisiones que
permitan en el corto plazo, el aumento de la producción nacional así como la
generación de empleos, que den soluciones a la complejidad social por la cual atravesamos.
La cual se observa en los actuales niveles de desempleo, donde la informalidad
alcanza a más de la mitad de la fuerza laboral del país, estimándose en unos 9
millones de Venezolanos los dedicado a esta actividad. Observándose que para
muchos el mantenerse ejerciendo cualquier actividad eventual se ha convertido
en el principal medio de obtener sus ingresos. Sus consecuencias en la poca
cantidad de Venezolanos que no cuentan con empleo estables se refleja en los
elevados niveles de pobreza que tenemos y la caída del consumo sobre todo en
los alimentos esenciales.
Lo que se observa en la opinión pública es que los
llamados a diálogo, tienen que ser precedidos por decisiones que demuestren la
voluntad política de que si se buscan soluciones reales a la problemática que
nos afecta y no en una estrategia oficial que les permitan ganar un nuevo round
en el combate político.
Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución Vicente Brito
Venezuela
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