El hermetismo que existe en los hospitales públicos nacionales, omitir el poder saber del doliente la causa de la muerte de su difunto y su estado morboso, es algo que da evidencia de un proceso de tener el desconocimiento de la verdad de lo que ha sucedido con el paciente, la escasez y el poco acceso a los medicamentos, la preselección de pacientes para aplicar las medicinas y el tratamiento, además de la poca cantidad de insumos para realizar cirugías, para realizar tratamientos, para tratar al enfermo; son muestras de un proceso de ocultamiento de la verdad actual respecto a la administración de la cosa pública contemplada en la Constitución Nacional que segura, y ordena la salud y la higiene del pueblo en todo caso del público. Esto último es el verdadero espíritu de la política.
Este escenario, tiene como objeto ocultar la verdadera causa de la situación que acontece y afecta negativamente al venezolano, eso es un genocidio silente.
El control alimentario, el control del combustible y de las fuerzas energéticas para producir, el control del agua, el control del gas, son muestras de un proceso de sometimiento a la dependencia del gobierno en contra del país nacional, en contra del pueblo. Es una traición contra el pueblo, una traición contra quién los puso en el poder, es un parricidio platónico, yo particularmente, lo bautizó genocidio silente.
El gobierno según lo denunciado por uno de sus ex
adláteres Guaicaipuro Lameda en el marco de una entrevista televisada luego de
experimentar una gran indignación al enterarse de la verdad del proceso dizque
revolucionario emprendido por Hugo Rafael Chavez y patrocinado por Fidel
Castro, quien según sus palabras, el tirano cubano le dijo en una
entrevista “ En Cuba, para mantenernos,
necesitamos unos 4.000 millones de dólares al año. Más de eso ‘estorba’, la
gente empieza a vivir bien y se acaba el discurso de la pobreza”.
Lo que dijo Giordani al momento de confrontarlo -”al
pueblo hay que mantenerlo pobre, esa es nuestra base para mantener la
revolucion”- confirmó, según Lameda, que ese mismo concepto fue trasladado a
Venezuela. Desconozco cuál es la cantidad más allá de la cual el dinero estorba
aquí. Pero lo cierto es que por eso se regala la plata al exterior sacándole
doble provecho: “Se quema el dinero” y se compra apoyo y silencio político
internacional. Por eso se le ha pagado a las transnacionales para que se vayan.
Así no hay producción nueva sino que se usa el dinero para hacernos dueños de
un negocio que ya existe.
Esa es la misma razón por la cual se derrocha dinero
en satélites que financian, en realidad, la investigación y desarrollo de los
chinos, quienes ganan en su carrera contra “el imperio”, mientras Venezuela les
sirve de base de apoyo para una posible penetración continental en el largo
plazo.
La estrategia político-económica para mantenerse en el
poder es fácil de explicar. Primero, el Gobierno se declara defensor de los
pobres con dos intereses: Ser el adalid y semi-Dios de los pobres y derrotar al
adversario. En este sentido, la revolución divide al país en dos toletes: sus
amigos, los pobres; sus enemigos. “escuálidos, majunches, oligarcas, golpistas,
pitiyankees” o como convenga llamarlos según la circunstancia.
Es muy fácil contentar a gente con tantas penurias. Se
les convence de que su mayor riesgo es perder lo que ahora tienen. Se destinan
los recursos para ellos y se pasa una “raya” a partir de donde están los
enemigos: de los empresarios y la clase media (sectores A,ByC). Procurar
satisfacción a estos sectores es más costoso, así que se les dedican más bien
privaciones a fin de provocarlos y mantenerlos como un enemigo del gobierno y,
en consecuencia, enemigo de los únicos amigos del gobierno: los pobres.
Lameda afirma: La táctica es que te ofrecen vivir
mejor desde ya, te regalan lo básico que necesitas y te prometen a futuro, para
algún día. Esa promesa es como la lotería: pocos se lo sacan pero muchos lo
juegan.
El elemento vitalizador de la esperanza es el proceso
electoral. Es allí donde se afinca la revolución para dar, prometer y remolcar.
Recuerdo que en el revocatorio PDVSA otorgó 600 millones de dólares de crédito
a los campesinos. En ese entonces yo era copropietario de una finca en Guárico.
A algunos le dieron maquinaria a crédito, a otros le dieron insumos a crédito,
a otros le dieron un tremendo negocio (venderle a los campesinos los insumos
que compraron a crédito). El Gobierno estaba seguro de que ninguno de ellos se
convertiría en un verdadero productor. Entregaron todo fuera de tiempo de
siembra, para ser aún más perversos…
Para ilustrar la estrategia Lameda expone: “en la
guerra militar siempre se prepara un plan para engañar al enemigo. Ese concepto
ha sido muy bien trasladado al ejercicio de la política en Venezuela. Así opera
el gobierno de Chávez. Engaña para distraer, ganar tiempo y posicionarse de
mejor manera. Luego sorprende.”
Me dio mucha tristeza ver cómo la revolución comenzó a
operar al estilo de la mafia: te involucras en asuntos hechos de manera ilegal
y después no tienes salida, so pena del castigo de ley. Así, los que se quedan
trabajando con la revolución no tienen más opción que seguir operando al margen
de la ley y, a su vez, sacando provecho propio y guardando los secretos de sus
camaradas para protegerse a sí mismos.
Este contubernio y agavillamiento revolucionario
creció a tal punto el pobre lo que ve es: que hay una clase política que se
parece a él (la mayoría de los funcionarios de este Gobierno no terminó sus
estudios, tienen poca preparación, son seres humanos que cometen muchos
errores) pero que tiene mucho poder y utiliza ese poder para “defenderlo” del
rico a quien se le ridiculiza permanentemente. Los pobres se auto convencen de
que los ricos se quieren meter con su protector porque no los deja hacer más
riqueza. Sin embargo el pueblo está sumergido en la miseria creyendo que la
culpa es de otros y no del gobierno y el pueblo mismo por -aunque engañados-
apoyarlos.
Concluyen: para que lo tengan los ricos, mejor es que
lo tengan los nuestros, el Gobierno.
Guaicaipuro Lameda defendiendo a la democracia -
imperfecta que teníamos- dice en contra del chavismo: Este -el chavismo- es un
proyecto que aspira un cambio en la forma de pensar del venezolano. Es hacer
que los venezolanos nos “convirtamos” a la que ellos creen que es la ideología
correcta.
Están convencidos que eso sólo será posible mediante
la continuidad prolongada en el ejercicio del gobierno y el control de todos
los poderes públicos. Ese lavado de cerebro es el que tiene al pueblo sometido,
los jóvenes se acostumbran a vivir como miserables y los viejos desaparecen de
mengua o mueren enfermos porque no hay recursos en la parte más afectada de la
población para poder recuperarse.
Hay dos posiciones que hay que analizar, o el Covid le
cayó como anillo al dedo al Chavismo y a Nicolas Maduro o es parte de la
conspiración china en complicidad con el comunismo castrista para extender la
miseria y el hambre en nombre de una revolución polinomial pero que le ha dado
las riquezas de los pueblos latinoamericanos al gigante asiatico. Peor que el
Holodomor, que el holocausto ucraniano o el genocidio de Pol Pot contra en
pueblo de Camboya, esta sucediendo en Venezuela, porque es silente y diseñado
para el manejo de la ignorancia. Solo se compara con los mas de 100 millones de
muertos que ha producido el comunismo al cabo de 114 años de aparecer como
asesinos crueles con el asesinato de una familia inocente, la de Nicolas
Romanov en Rusia 1917.
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