Luego Evo Morales hablando sandeces promulga la paz con justicia, algo que ni ellos mismos se lo creen y, soltó su disco rayado de mentiras prefabricadas y anacrónicas del antiimperialismo.
Luego Maduro elogió a su fraude electoral reciente como una victoria de honestidad. Concluye ofendiendo y ridiculizando al opositor al que llamó derecha imbécil. Ese es su espíritu ofensivo leninista. La falacia, demagogia y sofisma es su discurso cínico e hipócrita, cristalizado ese mismo día con el pescador de río revuelto José L. Zapatero. Para ellos –Maduro- todos los años es el de las soluciones económicas del país. Ahora está preconizando una nueva guerra fría, idea inventada en la mente castrista para desviar su terrorismo. Lo más cínico fue el discurso de Zelaya, quien decía que rechazaba el Fraude electoral y la dictadura y es lo que más llevan a la praxis. La protesta es reprimida con violencia y muertes.
Para Nicolas Maquiavelo (1469-1527, diplomático, funcionario, filósofo político y escritor italiano), el ansia de conquista de los pueblos es un sentimiento natural, común, pero, no todos pueden lograrla, sino los que pueden, antes que ser censurados por ello, son alabados. No obstante, el florentino aclara: si intentan hacerlo a toda costa, sabiendo que no se debe, entonces –la protesta- la censura es lícita.
Se debe entender que esta ansia de poder es propia de gente que ha estado relacionado con el ámbito gubernamental, político, o genuino de individuos de conductas megalómanas. Los primeros derivan de ambientes donde desde la infancia al individuo se le administra una cuota educativa haciendo hincapié de su descendencia jerarca, ej.: los faraones del antiguo Egipto, los monarcas europeos, los mandarines chinos y o bien los adoctrinados en corrientes hegemónicas como el caso de los King jom nor-coreanos. Otros como Fidel Castro, Hugo Rafael Chávez, Daniel Ortega, Josif Stalin, Hitler etc.
En las colonias –el pensador florentino- no se gasta mucho, y con esos pocos gastos, se las gobierna y conserva y sólo se perjudican a aquellos a los que se le arrebatan los campos y las casas para darlos a los nuevos habitantes, que forman una mínima parte de aquel estado. Y cómo los damnificados son pobres y andan dispersos, jamás pueden significar algún peligro, y en cuanto a los demás como por una parte no tienen ningún motivo para considerarse perjudicados, y por la otra temen incurrir en falta y exponerse a que los suceda lo mismo que a los despojados, se quedan tranquilos (…) Ha de notarse que a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves de las grandes no pueden; así que la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse. (…) si en vez de colonias se emplean la ocupación militar, el gasto es mucho mayor, porque el mantenimiento de la guardia absorbe las rentas de Estado y la adquisición se convierte en pérdida, y, además, se perjudica y se incomoda a todos con el frecuente cambio de alojamiento de las tropas. Incomodidad y perjuicio que todos sufren, y por lo cual todos se convierten en enemigos, y son enemigos que deben temerse, aunque permanezcan encerrados en sus casas. La ocupación militar es, pues, desde cualquier punto de vista, tan inútiles como útiles son las colonias.
Pasados cinco siglos y tenemos lo siguiente. Esas colonias las llevan a la praxis los castros desarrollando una especie de trata de blancas, con doble propósito, el principal es invadir con agentes de toda índole entrenados con diferentes propósitos de investigación in situ y espionajes a las naciones a las cuales les ofrecen “su colaboración” mediante convenios cooperativos – como le califican a esa praxis- los agentes son previamente escogidos de personal con títulos de medicina, entrenadores deportivos y con otros títulos incluyendo informática.
Los mismos además de su profesión que es siempre al inicio de su llegada al país, son colocados por insinuación de la embajada en puntos estratégicos, de modo que se ponen al tanto de toda clase de infraestructura económica, de defensa, educativa, militar; tanto física como administrativas. De lo cual dan parte cotidianamente a su base en Cuba.
En segundo lugar, atienden al aporte económico que obtienen por asesorías en las instancias donde son colocados los agentes especialmente en medicina, deporte y asesoramiento militar y político. Esto último directamente con los mandatarios y sus séquitos o personal de confianza. Sucedió en Angola hasta que el pueblo mismo los sacó mediante un gran ataque, masivo pero clandestino y solapado. En Venezuela se inició desde el 2003 a consecuencia de la baja imagen del gobierno relacionado con el teatro de golpe practicado por Hugo Chávez, para reconocer adeptos y posibles enemigos para hacerles una purga masiva y atacarlos de la forma más efectiva, acusándolos de todas clases de felonía, las más de las veces inventadas.
La experiencia enseña que solo las repúblicas armadas –defendidas por sus propios ejércitos-pueden tener progreso respecto a la seguridad de los estados y, que las armas mercenarias solo acarrean daños. Y es más difícil que la ciudadanía someta a una república que está armada con armas propias, que armada con armas extranjeras.
Por eso se rodeó de militares mediocres a los cuales manejó a su antojo y ahora lo hace Nicolás Maduro, aunado a los colectivos, conformados por delincuentes y resentidos sociales de los barrios de caracas, sumado a una suerte de ejército de desadaptados, holgazanes y ancianos que emulan a las camisas pardas de Hitler incluso los uniforman de Kaki color pardo, llamados milicianos. Por otro lado, la contratación de mercenarios terroristas, de oriente medio y de países árabes anti USA.
La prodigalidad, según Maquiavelo, practicada de manera que se sepa que se es pródigo es perjudicial. No obstante, si se practica como se debiera, con virtud, no se reconocerá. Esta última forma es el altruismo. Cuando la gente capta la prodigalidad, aun cuando sea con fines filantrópicos piensa que es un vicio contrario. Sin embargo, quien quiere hacer oficio de pródigo no puede pasar por alto la suntuosidad, es decir, darle lo mejor a quienes quieren deslumbrar. Por ende, por tal motivo llegará el tiempo que dispensará y gastara riquezas propias y de otros, en el caso de los gobiernos de las repúblicas ese dispendio será la malversación del erario y los bienes públicos. Derivado de esta actitud pronto si quiere conservar su reputación ante quienes disfrutan de sus dádivas, se verá en la necesidad de imponer excesivos tributos, cobros –ficales- rigurosos, y toda clase de procedimiento para hacerse de dinero. Lo cual, lo torna odioso ante los ojos de sus súbditos y nadie ya lo estimara, por la pobreza que ha causado a la república y a sus habitantes.
El erario de Venezuela lo despilfarró Hugo Chávez para crear una geopolítica fraudulenta que apoyara su capricho de títere.
Joise Morillo
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela - EEUU
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