Para guardad su
historia Francia quiso aprehenderla,
resguardarla, verla y así vivirla en El
Arco de Triunfo. Que cada quien se
interrogara más que sobre su monumentalidad, sobre sí mismo ante la magnitud y de símbolos de tan sobrio monumento. Es un resumen cierto de su historia y la
historia de Francia es en gran parte la historia de la humanidad, porque su cultura, su pensamiento es esencial en su lucha y conquista de la libertad. Contradictorio y complejo
proceso que ha sabido de eras de intolerancia extrema, absolutismo, de
terror, hasta convertirse en el centro democrático del mundo mediante la puesta en práctica de los perennes
y trascendentales valores de la vida: libertad, igualdad, fraternidad.
Este arco es un símbolo de múltiple significación, debajo, bajo su
inmenso peso, para que jamás pudieran levantarse, quedaron la intolerancia, el
dogmatismo, las teocracias, inquisiciones,
absolutismos y Francia en el
centro de Europa, ilumina al mundo con lo que ha de ser siempre los elementos
inseparables, correlativos de la democracia. Liberté, égalité, fraternité Sin esa trinidad la vida muere, la
cohabitación desaparece sumergida en miedo, terror, sumisión, necrofilia,
sadismo. Y, cómo negarlo, también de
masoquismo.
Muchas mas cosas de imposible
medición puede uno escoger según uno es
para hablar de Francia, su Universidad, La Sorbona señera y sabia, el Louvre
donde reunido se halla el mundo, sus nuevos espacios para el arte y la
ciencia, sus otros monumentos. Vienen a
mi la Tour Eiffel, Los Campos Elíseos,
para retratarse y demostrar que se estuvo en Paris; pero Francia y París es
mas que todo eso, una país y una ciudad, donde cabe el universo entero, su
lengua, su cultura, tal vez con la
Boheme de Aznavour y un bien vino de Saint
Emilion, casa de Charlet y Antonio, pueda yo resumir mis instantes de
ver París sin méritos para exclamar, ver
París y morir después. Y con mas vinos, versos de Valery y reflexiones de
extranjero con Camus, pueda decir, a media voz y casi ebrio de contentura y
razón, Vive La France.
Esa Francia, quiero decir esta
de esta era, las del estado laico, la de
las mil tendencias que convergen en diálogos, reflexiones, arte, tecnologías,
ciencia, amores, ilusiones, huéspedes,
ha sido mancillada, ultrajada, masacrada, por el terrorismo que recorre
la tierra en nombre de Alá. Es regresar
a estadios primitivos donde la violencia, el terror, el odio a la libertad, al
pensamiento, el fundamentalismo sin límites que hace del terrorismo, los
asesinatos más crueles, indescriptibles por su monstruosidad, sin
discriminaciones de edades, sexos, cosas, artes… el camino para imponerse con la destrucción,
la muerte su manera de ver el mundo y ser en él sin que nadie se salve, todos
iguales sin formas de pensar solo la
obediencia ciega, sin mas modo de ser que el ser esclavo. Nada y nadie ser.
El presidente François Hollande,
sin duda conmovido, dolido de los huesos al alma, indgnado también, con la ira
del justo, empero, no fue la histeria
del miedo, el terrorismo, la respuesta.
Así habló: “Francia hará todo lo posible
para destruir ese ejercito de fanáticos que cometió ese crimen”. Y
afirmó para salvar la duda, “Francia no cambiará, si necesitamos un motivo para seguir en pie,
para luchar por nuestros principios, para defender los valores de nuestra
República, lo encontraremos en su recuerdo (a los asesinados por el ISIS) los
venceremos todos juntos, con nuestras fuerzas,
nuestras armas, que son las
instituciones, el derecho” y concluyó con esta magnifica sentencia, “quienes
murieron el 13 de noviembre encarnaban nuestros valores y les debemos hacer
vivir esos valores. No cederemos al miedo ni al odio. Si nos invade la cólera
la canalizaremos en defensa de la
libertad y de hacer de Francia un país orgulloso de su pasado, de su manera de
vivir, de su destino”.
Qué decir que allí no esté bien dicho,
nada falta. Es una lección de un
presidente de verdad, de un estado de verdad y de una cultura de verdad consciente de que la barbarie no se derrota
por la fuerza, sino por la razón, la consonancia y la fuerza necesaria que ha de estar guiada por
principios donde la venganza carece de espacio y la justicia, la equidad
imperen.
Donde yo vivo, quiero decir donde existo a escondidas de la muerte que
libre se desplaza como parte del terrorismo de estado que se ejerce con tal
fuerza que sus jerarcas, jeques, disectores, déspotas, presidente, tiranos, todos, empecinados, a como dé lugar en imponer un modo único de
existir sin pensar, bajo la hegemonía
del miedo sin “esperanzas”, sin Ala, sin Mahoma su profeta y sin el Corán y a sus
imanes. Desde luego que nada ni
nadie puede justificar el terror que el
yihadismo impone mediante la
destrucción, la muerte, que lo copa todo y se implanta en todo, desde la vida
elemental del sexo, en la cotidianidad, en las relaciones del hombre y el
estado teocrático hasta las supuestas relaciones con su dios y su profeta… El fundamentalismo que habita en Miraflores y en los programas
de Vladimir Villegas, JVR, todos los medios y por sobre todo, la presidencia, y
en la AN, CNE, TSJ, Fiscalía, Defensoría….
está vacio de eso que pudiéramos llamar ideas, fundamentos, de modo que stricto sensu es una
contradicción llamarlos fundamentalistas, es la barbarie, son barbaros,
barbaros son! Con mucho del Tirano Aguirre, de Funes, con trazos de Zamora. Con
mucho mas de Atila y Alarico solo que
con mayor fortuna. Ni una idea sola ni una sola idea. Lugares comunes,
estupideces, engordan el Libro Azul y el plan de la Patria, con olor a islamismo y nazismo por mera mimesis y si grotesco suena, es
porque es grotesco.
Este terrorismo originario, participativo, protagónico, creación de su autor que se asumía dios, Hugo
Chávez, entra a la escena política con la violencia, con la fuerza, con la
muerte. Ni una idea. Sus delirios son
los sueños del socialismo “utópico”
de Kleber Ramírez, de quien ya hemos hecho algunas observaciones, luego estaría Norberto Ceresole y Heinz Dietricht, mas tarde el propio Giordani redondeará su credo, la necesaria
destrucción del hombre “viejo” para la creación el nuevo, tal su particular
“humanismo.” Socialismo, patria o muerte” consigna tomada de Fidel. Ni una idea ni una sola idea, una propuesta
moral y una moral circunstancial: La corrupción es miseria humana si sus
beneficios alcanzan a otros, pero
santificada si son los revolucionarios sus beneficiarios.
Pues bien, en esta tierra tan fracturada, tan desvirtuado su devenir
siempre accidentado, una de sus mayores victimas es el Cuartel de la Montaña..
Obra de ingeniería de Chataing con
“retoques” estéticos del arquitecto JM Rosales
Bosque. Esa obra está entre tantas otras de este ingeniero
sabio. Edificación de singular belleza estaba destinada a ser la Academia
Militar, lo cual ocurrió con altibajos, pero,
allí se quedaría por siempre su símbolo, transformar la concepción del
caudillo por un militar académico y a la par, ser testimonio de la complicada
historia militar de Venezuela. Empero, el 4F la convirtió en un bunker donde se resguardaron los asaltantes
de la república y bajo su peso, se enterró la academia. Desde ese entonces, tan noble espacio
fue, como todo lo bello y bueno del
país, sometido a la constante destrucción, tal como ocurre con El Teresa
Carreño, la UCV…
Si bien la agresión abominable de Chávez
contra el pensamiento abierto de Bolívar para convertirlo en un títere
de su “socialismo” autoritario,
tiránico, que arranca con la transformación de la Academia en un centro de conspiración, de ignorancia, el
asalto y absoluta destruición del valor histórico, cultural, académico, simbólico y fines del Cuartel de la
Montaña, es obra del Maduro y secuaces
(de secuator!) y de la insania ética y estética del arquitecto Fruto Vivas,
autor del proyecto para la conversión de esa magna obra, francamente de esa
obra abierta, en el mausoleo, sarcófago donde viviría el eterno, comandante
supremo, Hugo Rafael Chávez Frías, altar
de adoración al Supremo.
No me quejo de que Fruto Vivas haya obtenido sus mejores frutos
de sus vivezas en sus relaciones con el poder.
La historia de la arquitectura del mundo, sus grandes obras, está ligada
al poder. Pero, con todo, las grandes
catedrales, basílicas, iglesias, palacios, plazas, fuentes, castillos, ciudades, etc.…trascienden porque de una u otra manera
el arte supo burlar la vanidad del poder, como igualmente y maravillosamente ha
ocurrido con la música. Pero, en el caso, la cursilería idolátrica que se da a
sus “elementos” que componen la
orquídea, (fuego, aire, agua, la
tierra…originalísimo del señor vivas) no tiene proporciones en nuestra historia
y, me atrevo a afirmar, en la historia de la humanidad. El viento, que esparce la libertad intrínseca
del 4F, de la revolución. La tierra, la
fortaleza del pensamiento de Chávez.
Firme como una roca. El agua, el
amor que brota del alma de Chávez para su pueblo. Y el fuego, el valor de los ideales de Chávez herederos de los ideales del Libertador.
Permítame, caro lector, poner un bello contraejemplo. El arquitecto CR
Villanueva tuvo buenas relaciones con Medina y mas tarde con el régimen de
Pérez Jiménez, pero…pero sea su magna obra la UCV, la casa para buscar la
verdad, para hacer ciencia, arte. Y echar a andar al hombre tras la libertad e
ir con ella. El ingeniero Chataing tuvo,
no lo se exactamente, buenas relaciones con Castro y Gómez… pero en su obra no están Castro ni Gómez…
En estos días, bajo este proceso, la idolatría a Chávez llega a su
máxima expresión. Chávez vive, los
candidatos de Chávez… y se multiplica su abominable estilo. Su hijo se encadena y lo penetra el pajarito,
aquel que lo conduce como el lazarillo que vuela, solo que el pajarito no sabe
volar y menos a donde ir. Su hijo maldice, condena, amenaza. Se agotó su
libido… La libertad renace. De la
opresión a la libertad, cosa de opción.
Americo Dario Gollo
Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
Zulia - Venezuela
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