Escribir algunas ideas en la madrugada del viernes 04 de diciembre,
sobre el ejercicio ciudadano a realizarse el domingo seis, sin lugar a dudas
que es una acción invitando a la reflexión, separada de sesgos y ambiciones
personales. Diciembre es un mes para el reencuentro, y la oportunidad se tiene
en dos días.
La importancia del voto reside en la elección que los ciudadanos
realicen para seleccionar a sus representantes en los cargos de elección
popular. La constancia y esfuerzo por acertar en el posible elegido, debe estar
alejado de expresiones manipuladoras como “la economía del voto”.
Votar a ciegas es permitir a quienes nadan en el populismo y sin plan de
acción coherente, llegar al poder para luego devenir en frustraciones.
Los diputados son representantes de sus electores, y deben en
correspondencia rendir cuentas de la acción parlamentaria adelantada. El
centralismo hay que vencerlo desde la periferia, para alcanzar niveles
decisorios de relevancia en la vida de los estados y en consecuencia en el
bienestar de sus ciudadanos.
El voto es una fuente de inspiración democrática, y debe preservarse con
los requerimientos de las decisiones de las mayorías, sin permitir su
manipulación.
Votar es la oportunidad de elegir al representante que se parece a
usted; que convive con usted; que siente y padece lo mismo que usted. Lo que no
está permitido es dejar de votar, eso no favorece la democracia, al contrario
la debilita.
El domingo seis de diciembre, levántese con alegría, entusiasmo y salga
a votar. Hágalo por quien dicte su conciencia. Hay dos modelos de país en
disputa, según mi opinión:
1) el sistema colectivista, depredador, corrupto, centralista,
auspiciador de la economía de estado, representado en Venezuela por el llamado
Socialismo Siglo XXI. En los países donde ha imperado, ha dejado desolación,
rencor y pobreza a granel, con preeminencia de lo militar en la toma de
decisiones.
2) el sistema de libertades, con deficiencias, pero bajo el imperio de
la democracia, la pluralidad, el respeto a la propiedad, la economía de
mercado. En este anidan dos corrientes:
2.1) la centralista, toma de decisiones desde el centro con obediencia
de la periferia. Tiende a parecerse más al primero, aún guardando sus distancias.
No aceptan voces de disidencia y pretenden pulverizar a quien ose desafiarles.
Tiene aires autoritarios. Miente con frecuencia. Toman del primero lo que les
favorece, y payasean con el segundo, para atraer incautos.
2.2) el descentralizador en lo político-administrativo; auspiciador de
las regiones como factor fundamental para el desarrollo y crecimiento de los
espacios locales. Respetuoso del resguardo nacional en aspectos de relevancia y
pertinencia a favor de la República. Promotor de planes y programas con alcance
nacional para el desarrollo de las distintas áreas socio productivas.
Decisiones locales para solventar problemas locales.
Hay actores políticos a quienes les da piquiña la descentralización. Ya
en una oportunidad optaron por defenestrar del poder a quien se atrevió a dar
un paso con la elección de gobernadores y alcaldes. Les quitó un tolete de la
torta. Votar con conciencia es la mejor opción. Hágalo por quien usted quiera,
pero hágalo por Venezuela.
Josue Arturo Molina
Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira - Venezuela
Candidato a Diputado
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