BITÁCORA INTERNACIONAL
“La edad de piedra no se acabó porque se acabaron la piedras”. La cita
célebre del Jeque saudita Yamani tiene ahora más vigencia que nunca para
Venezuela, donde casi un siglo de nuestra vida ha girado alrededor de la renta
del “excremento del diablo” (Pérez Alfonzo, dixit)
Pero también hay logros. Con el
petróleo la democracia prosperó, el país se modernizó y los venezolanos se
educaron, las enfermedades endémicas se abatieron y la cultura floreció. Tanto
que nos creímos a un paso del primer mundo. Nos industrializamos y se construyó
una infraestructura, envidia en la región. El petróleo estuvo en manos
extranjeras hasta 1976, cuando Carlos Andrés Pérez lo nacionalizó y se creó
PDVSA. Ahora no solo el Estado venezolano recibía las regalías e impuestos (50/50) sino que todo lo que se producía era
de Venezuela.
Se intentó “sembrar el petróleo”. Y se logró que la dependencia del
mismo pasará a ser 68,8% del valor de lo exportado en 1998. Pero ya para 2012
se había revertido a 95,7%. Con el chavismo tuvimos el mayor ingreso petrolero
de nuestra historia, oficialmente $1,2 billones, o 2 billones
extraoficialmente, y terminamos arruinados.
El régimen ha apostado al aumento de los precios del petróleo para su
supervivencia y han aumentado casi un 100%. Lo que apenas hará la caída menos
rápida puede ser la puntilla letal al negocio petróleo venezolano. Pues el
aumento acrecentará la producción del petróleo de esquisto y la oferta, lo que
a su vez controlará los precios -cerca de $60- según los expertos.
Además, Trump buscará la autosuficiencia petrolera, desregulará la
producción doméstica y expandirá la exportación. Aprobó el oleoducto desde
Canadá y Dakota, que llevará petróleo más barato al Golfo de México. Con lo que
nuestro mercado natural se nos cerrará aún más. Ahora EE.UU. recibe el 20% de
lo que exportamos. Los mercados “ideológicos” de China e India reciben 40% y
20%, respectivamente. Solo que el tramo chino es para pagar deudas.
Cuando EE.UU. logre una mayor autosuficiencia energética no solo ese 20%
se esfumará sino que las importaciones que recibe desde de los países del Golfo
(75%) también y entonces ese petróleo comenzará a derivar con mejores precios y
cercanías hacia China e India.
Se han dejado de producir casi un millón de barriles diarios desde que
llegó Chávez al poder y su recuperación en lucha por los nuevos mercados será
difícil. Para cuando se rescate la economía nacional con un cambio del régimen
el mercado petrolero será muy diferente. Nuestro comprador natural habrá
desaparecido y nuestro petróleo tendrá que competir en mercados lejanos, con
mejores crudos y productores más eficientes que nosotros. Eso para no hablar de
las nuevas fuentes de energía que se están desarrollando muy rápidamente.
Quizás la maldición del “excremento del diablo” haya terminado. Y Venezuela de
haber sido “el más importante productor petrolero del mundo occidental”, hace
años 70 años, pase a ser uno más.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Internacionalista
Canada
Caracas - Venezuela
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