viernes, 16 de noviembre de 2018

ERNESTO GARCÍA MAC GREGOR, CUERDA DE BANDIDOS

Dos noticias de prensa tomadas al azar la semana pasada atestiguan la magnitud de la corrupción existente en la dirigencia chavista. La primera se refiere a los 38 mil millones de dólares gastados desde 1999 hasta 2016 en los dos planes de desarrollo eléctrico nacional, cuyos resultados negativos están a la vista de todos, aparte del sobreprecio calculado en 23 mil millones de dólares.

Eso significa que el 61 % del dinero invertido en 15 años se lo robaron. La noticia es pertinente porque el ex viceministro de Chávez, Nervis Villalobos (2001-2006) fue detenido por segunda vez el miércoles pasado en España, por blanqueo de capitales. Le decomisaron la pequeña bicoca de 72 millones de euros.

El segundo ejemplo es la misión Agro Venezuela, que tenía previsto la siembra de millones de hectáreas para triplicar la producción agrícola, de pollos, huevos, carne y pescado según proyectos presentados. Para lograr este fin expropiaron granjas (de donde procedía el 50% del pollo y huevos que consumíamos), procesadoras de leche (Lácteos Los Andes), decenas de hatos donde se producía el 40% del consumo nacional de carne. Se adquirió maquinarias, vehículos, barcos de pesca, equipos e implementos de todo tipo por el orden de los 50 mil millones de dólares mediante créditos en bolívares y dólares preferenciales.

Hoy no se produce ni el 15% de lo que producían estas empresas cuando eran privadas. Sólo quedaron una cantidad de plantas, equipos, galpones, muelles, instalaciones a lo largo del país que no lograron arrancar ni producir aunque fuera una mínima parte de lo previsto. Es así como la Planta Procesadora de Soya por ejemplo, hoy está abandonada y sus instalaciones y equipos irrecuperables, mientras que miles de hectáreas están abandonadas.

Todo lo cual demuestra, que desde el principio de este comunismo, los ladrones de la dictadura se han estado robando, y lo siguen haciendo descaradamente, el dinero de los venezolanos, al tiempo que destruyen sistemáticamente al país.

La idea es robar y dejar robar para que se embadurne todo el mundo dejando una estela de complicidad que compromete desde el ambicioso magnate, pasando por el sinvergüenza sindicalista hasta el inútil obrero que nunca ha trabajado en su perra vida. Que oiga quien tiene oídos

Ernesto Garcia Macgregorgarciamacgregor@gmail.com@garciamacgregor

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