Gloria Cuenca.- La
distinción entre las opciones planteadas, formal o material, requiere de espacio. No obstante, reflexionar sobre esto,
es apasionante y actual, lo abordo, esperando hacer una síntesis comprensible.
Reiteradamente he explicado el drama que afecta al marxismo-leninismo-maoísmo,
y demás ismos, con relación a la disciplina filosófica que nos ocupa. No habrá
ética comunista, sino cuando triunfen en todo el planeta. (¡¿) Entre tanto
impera la ética de la revolución. Por su parte, padres, madres, maestros,
abuelos, profesores, sacerdotes, preceptores y demás personas con criterio y autoridad,
con dedicación y empeño, enseñan, educan y forman a los niños, los jóvenes y
los ciudadanos dentro de la normativa de la ética familiar, en primer lugar, luego
la ética de la religión, (sí la hay) o la de la sociedad , para llegar
finalmente, si existe una carrera, a la ética profesional.
Lo que se busca es que,
el educando- desde temprano- sepa distinguir entre el bien y el mal, entre lo
correcto y lo incorrecto, entre lo honesto y lo deshonesto, entre lo verdadero
y lo falso. Enseñanza que debe ser constante y permanente. Todas las
generaciones tienen que estudiar, analizar, discutir y asimilar una postura
ética. Para eso son los valores, los principios y finalmente las normas,
algunas de uso social que pasan a ser de ética y las del derecho, éstas
obligantes. Los marxistas no creen en la ética que existe en la sociedad; ni en
la formal, tampoco en la material. Dicen que,
construirán todo de nuevo, por que
lo existente es negativo según ellos. Destruyen con furor, pero no construyen
nada. De allí los desastres en los países del socialismo real. En lo formal,
los comunistas-revolucionarios no respetan las formas. Se burlan de todas: uso social, principios, leyes y valores
incluidos. Sin embargo, Fidel Castro, no lo consideraba así: yo vi, en el Hotel
Nacional de La Habana, a un grupo importante de niños, más o menos unos 500,
que recibían clases de protocolo, para que supieran comer como se debe: les enseñaban
formas burguesas. Molestaba al “caballo” eructos y malas maneras en la mesa de
sus “adorados” campesinos y obreros. Después en su obsesión por el poder se
olvidó de todo. La ética, sea formal o material es importante. Para los
periodistas, es fundamental la formal: ¿cómo se dicen, se presentan, se
escuchan las noticias? Puede llevar al problema de la estética. Volveré con
estas ideas.
Gloria Cuenca
Profesora UCV
@editorialgloria
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