Javier Tarazona, presidente del Colegio de
Profesores de Venezuela, en el programa “Primera Página” de Globovisión del
pasado 14 de noviembre, analizó detalladamente la dramática realidad que viven
nuestras fronteras, lo cual corrobora que en nuestra Patria, en estos veinte
años de desgobierno chavista y madurista, no sólo se ha comprometido gravemente
la libertad y el bienestar de nuestro pueblo sino que se ha puesto en grave
riesgo la soberanía nacional. El profesor Tarazona describió como los diferentes
grupos armados de la subversión colombiana y del crimen organizado, el ELN,
disidentes de las FARC, el Ejército Popular de Liberación, Los Rastrojos, Los
Boliches, Las Aguilas Negras, Los Urabeños, las Autodefensas gaitanistas de
Colombia…, operan con absoluta libertad por nuestro territorio y ejercen
control sobre la población y el territorio en diferentes áreas de nuestra
geografía, con la seguridad de que las autoridades civiles y militares, por ser
sus cómplices, no actuarán en su contra..
Ese control sobre
nuestro territorio lo ejercen los grupos guerrilleros no sólo por la fuerza,
sino utilizando métodos psicológicos muy bien orientados con la finalidad de ir
sembrando ideas “revolucionarias” en
niños y adolescentes que
faciliten su reclutamiento como combatientes apenas tengan una edad suficiente
para empuñar el fusil. Igualmente, les permite reemplazar en algunos municipios
fronterizos a las autoridades venezolanas, por inexistentes o ineficientes, en
sus funciones de gobierno, resolviendo infinidad de aspectos administrativos
como la reparación de obras de infraestructura, entre ellas escuelas y liceos,
llegando hasta transformarse en garantes del orden y la justicia. Ese tipo de
acciones lo acompañan con un control rígido de la educación que dictan en las
escuelas y liceos, acompañados de regalos de todo tipo, entre ellos útiles
escolares, revistas para colorear, libros de edición bolivariana. Para ello
cuentan con el dinero proveniente de sus actividades delictivas.
El profesor Tarazona
afirmó que le había informado al general Vladimir Padrino López la ubicación de
los asentamientos guerrilleros y paramilitares, recordándole que él había
garantizado su expulsión. De igual forma sostuvo que en el Táchira opera el
frente Gustavo Villamizar, el cual tiene control sobre varias zonas, incluyendo
los municipios García de Hevia, Panamericano, Ayacucho y Lobatera. Además
señaló que el ELN reparte las cajas CLAP “la guerrilla llega con miembros y
carros del Gobierno. Pareciera que existe un acuerdo bilateral entre la
guerrilla y el gobierno de Maduro para esta distribución que ocurre cada 22
días”. También señaló que el ELN tiene en funcionamiento, desde hace varios
años, diferentes emisoras: Antorcha Stereo, 96.7; FM, La Voz de la Libertad, 95.5
FM, y Antorcha Elena, 90.1 FM. y recientemente salieron al aire: 105.5 FM y
94.7 FM. Exigió que la Comisión Nacional de Comunicaciones las bloqueara. Estoy
convencido que no lo harán.
La presencia de
irregulares colombianos se ha expandido en nuestro territorio al pasar de la
frontera occidental, Táchira y Zulia, a la frontera Sur, Apure y Bolívar, para
obtener ilegales beneficios de la criminal explotación contra el medio
ambiente, de oro, diamante y coltán en el área que el gobierno madurista ha
denominado “Arco Minero”. Las mafias venezolanas, colombianas y brasileras han
empezado una fuerte lucha por el control de ese territorio… La reciente
emboscada en contra de la Guardia Nacional, con el doloroso saldo de 3 guardias
nacionales muertos los sargentos Alfredo Guevara, Robert Artahona y José
Martínez y 10 guardias nacionales heridos en el sector Picatonal del estado
Amazonas así lo indica, como también la detención del colombiano Luis Ortega
Bernal, peligroso cabecilla del ELN en la zona. Es sorprendente que hasta el
presente no se haya ordenado una operación militar de la envergadura necesaria,
con la misión de capturar y someter a la justicia al grupo irregular causante
de esa acción militar.
Esta actitud
complaciente de la dictadura madurista con la guerrilla colombiana, establecida
como estrategia por Hugo Chávez, desde el inicio de su gobierno, al reconocer
como fuerza beligerante a las FARC y afirmar que Venezuela limitaba no con
Colombia sino con un territorio
controlado por dichas fuerzas guerrilleras, se ha mantenido invariable en estos
últimos años. La firma del acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno
colombiano desplazó el respaldo del gobierno madurista al ELN, el cual ha
utilizado ampliamente nuestro territorio, inicialmente, como zona de alivio
para poder atacar unidades militares colombianas y recientemente para cometer
delitos de diversa índole en suelo venezolano y obtener beneficios por la
explotación ilegal de nuestros minerales preciosos. El liderazgo democrático de
ese país ha denunciado permanentemente la existencia de esta creciente amenaza
a la estabilidad de sus instituciones, señalando que esos grupos guerrilleros
han abandonado totalmente su visión ideológica para transformarse en grupos
armados al servicio del crimen organizado.
En verdad, al hecho de
que Venezuela se ha constituido en santuario para los grupos irregulares que
actúan en contra de las instituciones colombianas, se agrega la tragedia
humanitaria que sufre nuestro país gracias al desastroso gobierno de Nicolás
Maduro y que ha traído como consecuencia una gigantesca diáspora que se ha
transformado en una amenaza, más grave que la misma subversión, para la
estabilidad de diferentes países de la región, pero comprometiendo
especialmente la de Colombia. En ese contexto no es de extrañar que el gobierno
colombiano critique permanentemente al régimen bolivariano y propicie su final.
Hasta ahora esas diferencias se han mantenido en el campo diplomático. Sin
embargo, no se puede descartar que eventualmente, en virtud del agravamiento de
la crisis, Colombia decida considerar una acción militar.
En esa indeseable
circunstancia, Colombia contaría con el apoyo político y militar de los Estados
Unidos y Brasil y el apoyo diplomático de Argentina, Perú, Chile y Paraguay por
coincidir sus intereses nacionales; Venezuela, con el respaldo político de
Rusia, China, Irán, y Turquía, cuyas Fuerzas Armadas no estarían en capacidad
de ofrecer un apoyo militar por lo lejano del teatro de operaciones.
Igualmente, sus posibles aliados latinoamericanos, Bolivia, Nicaragua y Cuba,
no tendrían suficiente capacidad para tomar parte en un conflicto militar de
esa magnitud. Esa es la razón por la cual considero que es una gran
irresponsabilidad someter a Venezuela a ese tipo de tensiones internacionales.
Comprometer nuestra soberanía, como lo viene haciendo Nicolás Maduro con la
dolorosa anuencia de la Fuerza Armada Nacional, es un acto de traición a la
Patria.
Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com.
fochoaantich
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