En Venezuela existe la
tesis de que la dictadura es del hombre y no del sistema que lo sostiene, y he
allí la mayor de las tragedias
La tiranía de la
simplicidad
Algunos se molestan
cuando refuto las tesis de que el régimen está débil, que su líder ya está
listo y que viene avanzando la transición que todos anhelamos en la oposición.
Las miradas llegan a ser incluso de odio, cuando trato de explicar que no todo
es tan simple como un #Maduroveteya, se cumple el deseo y terminamos comiendo
perdices. La cosa empeora cuando digo responsablemente y no desde mi
epigástrico, que la oposición no va a gobernar “por ahora”, entonces esas
miradas se vuelven asesinas y hasta podrían quitarme el habla. Sin embargo, mi
visión no es pesimista, sino más bien creo que todo esta cambiando a pasos
acelerados y para el bien de los venezolanos. ¿Pero cuándo? Me preguntan. No lo
sé porque lo que va a suceder no necesariamente es lo que soñamos. Más me preocupa el “cómo”.
A mi juicio, vivimos
bajo el yugo permanente de la tiranía de la simplicidad. Hoy recuerdo que en el
año 2002 El Universal tituló una entrevista que me hicieron de la siguiente
manera: “Si será posible un chavismo sin Chávez”, porque las élites seguían
tratando de simplificar lo que estaba ocurriendo, sin entender que era Chávez
el que estaba buscando el golpe de Estado, de la misma manera que fue él quien
propició la crisis sindical, como fue quien también impulsó la crisis con
PDVSA, pues esa era la única manera que este hombre conocía para lograr
conquistar el poder, de la manera mas rápida y así dar inicio a la construcción
de su “sistema” copiado al carbón del que impera en Cuba.
Quería decir con esto
que el adversario no sería en el futuro Chávez, sino el “sistema” que estaba
por crear con la ayuda de sus socios extranjeros. Porque en Venezuela existe la
tesis de que la dictadura es del hombre y no del sistema que lo sostiene, y he
allí la mayor de las tragedias, pues la fortaleza del dictador depende
exactamente de las bases que lo sustentan. Y las bases inexorablemente
comienzan desde abajo hacia arriba.
La tiranía del simplismo
por ejemplo explica que la manera de comunicar del gobierno es “cínica” o que el
“carnet de la patria es un mecanismo de sumisión”. No hemos entendido y eso es
un problema, que el régimen no habla con usted ni el carnet es para Usted
aunque se lo saque, toda su fuerza comunicacional es hacia el sistema que ha
creado, sus bases todas dependientes y las redes de apoyo que han tejido a lo
largo de casi veinte años. ¿Qué es entonces el carnet de la patria? Nada menos
que un mecanismo de adherencia a su sistema. Un sistema que actúa como el
comunista, que por cierto se está cerrando. Es decir no todos reciben los
bonos, no todos reciben la comida, sino que el esfuerzo está diseñado para
atender los requerimientos de sus bases, vinculadas como bien lo explicó su
máximo líder, al carnet del partido. Entonces entienda que al poner un apellido
al asunto todo cambia, las familias “del partido” recibirán un bono de un
sueldo mínimo, recibirán la comida subvencionada en sus oficinas, recibirán los
créditos etc. Las familias “del partido” controlan la distribución, el control
y el dinero, pues toda acción del régimen esta diseñada para atenderlos a ellos
y no al resto de los venezolanos.
Quienes pertenecen a ese
sistema fueron en su mayoría, los que recibieron casas gratis, la línea blanca
y el saco de cemento, los motores y las embarcaciones, las unidades de
transporte, las seis millones de hectáreas, las cuarenta mil embarcaciones
pesqueras, los setenta mil tractores y los 480 mil créditos, también el que
recibe un sueldo vaya o no a trabajar, el que le dan una paga adicional por
pertenecer a la milicia o a los grupos de defensa, los que controlan las rutas
y los medios de abastecimiento.
Una familia “del
sistema” vive completamente distinto al resto de los venezolanos en todos los
niveles, son los que se mudan frente a su casa un buen día y Ud. se queda con
la boca abierta porque no le cuadra como llegó su vecino a vivir ahí. Ahora
bien, no debemos olvidar que es a este sistema al que va dirigido todo el
poderío comunicacional que lo culpa a Ud. y a todos los venezolanos que se han
negado a participar, como los únicos responsables de todos sus males, porque es
un sistema que ha sido alimentado con el odio y está alienado desde hace
dieciocho años. ¿Qué hoy esas bases están debilitadas por la crisis? Sin lugar
a dudas, pero existen, son poderosas y hay que tomarlas en cuenta a la hora de
entender a futuro la gobernabilidad.
A esa base del sistema
le siguen sus “conductores”, unos cincuenta mil “gerentes con sus
camionetotas”, como fueron calificados por su máxima autoridad. No son cuatro
gatos, pues las líneas de poder del gobierno se han atomizado y repartido a lo
largo y ancho de toda Venezuela y buena parte del poder económico, lo tienen
ellos. Son quienes contratan y sub contratan, tienen el control de las redes de
ese dinero del que no se rinde cuentas a nadie, son esos millones que llegan a
no poca gente y a algunos empresarios aún en pie. Porque el sistema está
diseñado para permear de arriba hacía abajo. ¿Qué hoy también están debilitados
por la crisis? De nuevo lo afirmo, sin dudas, pero ellos saben que todo cambio
significara la eliminación de su estilo de vida y como dije, no son cuatro
gatos, son decenas de miles.
Si imaginemos el sistema
como una pirámide, pues ubíquese bien porque quienes siguen en ésta son los
militares, si esos que Ud. ha esperado que aparezcan para salvarnos, bueno
permítame que le diga que en esa institución ya no hay oficiales en sus filas,
que no conozcan algo diferente al modelo chavista. Chávez sabía que eliminando
el rango de subteniente y reformando el sistema de grados, todos los tenientes
graduados desde que inicio este régimen ya son coroneles y en año 2019 formarán
parte de la generación que ocupará el generalato. Estos oficiales de la era
chavista, no saben que es la democracia, por ende no la añoran ni entienden ese
llamado desesperado de la sociedad, por el contrario ellos desconfían de un
sistema que no sea ese, donde se han desempeñado hasta el día de hoy y para
mayor desgracia nuestra, buena parte de sus cuadros han sido formados en Cuba,
creen que ese país es su alma mater, no saben que conviven con quienes en los
años sesenta masacraron a oficiales como ellos. Paradójico, ¿no? Estos
oficiales también llevan dieciocho años alienados en contra de la oposición.
Sumado a esto, el sistema económico y de cargos públicos creado para ellos es
increíblemente poderoso. ¿Qué sus bases están pasando trabajo y que desean un
cambio? Sin lugar alguno a dudas, pero no es un cambio, a mi juicio, que
precisamente espere y le guste a la oposición.
En la escala siguiente de
la pirámide están los políticos medios del chavismo, ésta burocracia ocupa más
de cinco mil cargos, cuya vida depende de subordinarse al sistema. Tienen todas
las gobernaciones, todas las alcaldías y muy pronto obtendrán buena parte del
poder regional y municipal. ¿Qué están conscientes del drama y afectados
profundamente? Por supuesto que lo están, pero les ocurre lo mismo que a los
demás, en un país donde nadie puede vivir de su sueldo, para ellos un cambio
significa el final de su estilo de vida, esto sin contar que son los mas
alienados en contra de la oposición.
Arriba de estos se
encuentran los cuadros altos que usted conoce y en perpetua lucha por el
control del sistema. De acuerdo a lo escrito por sus asesores extranjeros
están: primero: Los comunistas que “no quieren moverse ni un ápice de los
viejos postulados ortodoxos”, comenzando por el líder y buena parte de sus
cuadros constituyentes y de gobierno. Segundo: Los socialistas moderados
(militares y viejos cuadros chavistas) que persiguen nuevas “amistades
peligrosas” para lograr una gobernabilidad económica, una suerte de neo
socialismo bolivariano, al que le quieren incluir algo de “democracia”;
Tercero: Los que quieren hacerse pasar por neoliberales, es decir aquellos que
pretenden “hacer un viraje neoliberal en versión suave”, y por último y Cuarto:
El chavismo originario, sin poder político actualmente, este grupo se
caracteriza por no querer estar con los anteriores y pretende evaluar el
pensamiento de Chávez para reivindicarlo y ver si de este modo logran encontrar
otro camino.
Estos que algunos en la
oposición señalan como “chavistas demócratas” y son vistos como fórmula de
cogobierno, son lamentablemente, quienes carecen de poder de convocatoria
dentro del sistema.
Pero como vimos, el proyecto
esbozado por los asesores extranjeros simplificó bastante el asunto en lo que
se denominó: “la hora de la gran definición” que terminó con los socialistas
moderados y neoliberales detenidos y expatriados, mientras que el chavismo
originario ha sido prácticamente condenado al ostracismo. Quedando los
comunistas ortodoxos, junto a los perseguidos y sancionados a nivel
internacional, a cargo del poder total en Venezuela.
Por eso la tiranía de la
simplicidad es tan destructiva. Porque estos últimos están perseguidos
internacionalmente por los delitos ya por todos conocidos y en breve serán
acusados en la Corte Penal Internacional. Cuando me dicen que se van como se
fue Pinochet o Fujimori, lo que trato de exponer, es que quienes nos gobiernan
hoy ya saben que esos tuvieron el mismo final: ambos terminaron en prisión.
Saben perfectamente que perder su poder es prácticamente un suicidio, en otras
palabras, bastantes promesas hizo la oposición a Fujimori y a Pinochet para que
aceptara marcharse, pero la justicia les llegó igual y eso créanme, lo sabe
perfectamente el alto chavismo.
Dentro de ese problema
están también los cubanos. Y éstos aprendieron de su historia que cuando cayó
el comunismo, sus antiguos aliados se convirtieron en sus mas acérrimos enemigos.
No es que perdieron el mercado y el sustento, sino que Vaclav Havel, los
alemanes, o los checos, en fin las victimas del comunismo le pasaron la factura
mas brutal a los Castro, mucho más dura que cualquier “gusanera imperialista”.
De allí que la tiranía
de la simplicidad sea tan ingenua y a la vez peligrosa. A estas alturas del
partido los intereses son gigantescos, llamar a esto “gobierno corrupto” es no
haber comprendido que la corrupción fue diseñada intencionalmente para
asegurarse, llegado este momento, los apoyos internos y externos necesarios,
así como para tener suficientes recursos para alimentar el sistema. De allí que
si nos damos cuenta de lo que pasa con Kirchner, Lula da Silva, el presidente
Sócrates de Portugal y pare usted de contar, los apoyos extranjeros son más
parecidos a las complicidades entre bandas, que a los de las simpatías
ideológicas. Por eso Chávez, hipotéticamente hablando, podía si quería
atreverse a aparecer en cadena nacional fusilando a los opositores y de ellos,
sus cómplices internacionales solo se hubiese escuchado: “el diálogo es
necesario”.
Considero que en estas
horas aciagas, lo que hay que entender es que todos estos intereses de
supervivencia son los que se vuelcan a apuntalar a cualquiera, repito
cualquiera que se escoja para gobernar al sistema, mientras respete y nutra al
sistema. Por eso cuando me decían que esto se había acabado porque Chávez había
fallecido, respondí que se había acabado la luna de miel del mundo con la
supuesta revolución y sus soportes, pero advertí que el sistema iba a avanzar a
la fuerza. Ahora, cuando me dicen que Maduro es el problema y que se va, les
digo que eso es increíble que suceda y que en todo caso quedará, quien el
sistema decida que quede.
¿Que es factible salir
de este atolladero? Por supuesto. Creo que si la oposición hubiese entendido
que su lucha era contra un sistema y no contra un hombre, que era necesario
articular con la precisión de un reloj y jugar la política en todos los
tableros, con suficiente elección (sabiendo los alcances reales y posibles)
mucha calle y una buena y clara orientación, estaríamos hoy en una mejor
posición. Insisto que los movimientos están sucediendo aceleradamente por el
mensaje que nos envía a diario la comunidad internacional y probablemente sea
factible un cambio en corto plazo y hasta beneficioso para los venezolanos.
Pero no olviden esto que hay que repetir hasta el cansancio, ese cambio
necesariamente no tiene que gustarnos.
Es imperativo para los
venezolanos entender que para salir lo mejor parados de esto, lo primero que
debemos asumir es que no se trata de presentar un nombre, ni convocar a un
chavismo que no tiene poder ya o presentar un programa económico creíble. Se
trata de desarmar una gigantesca estructura, de llegar a acuerdos reales y un
sin fin de propuestas complejas y para ello, necesitamos primero que todo entender,
que no nos enfrentamos a un hombre, por más fuerte que éste nos parezca.
Thays Peñalver@thayspenalver
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