No se si
estarás leyendo este artículo o cómo has podido llegar hasta el, de lo que si
estoy completamente seguro es que, si eres capaz de leer unas cuantas líneas
más y te relacionas con el apasionante mundo de la política, la comunicación o
el marketing político, esta puede ser tu GUÍA, tu ARTÍCULO, tu mejor AYUDA para
entender que está pasando ahí fuera.
Pero antes,
debes decidir si me acompañas en estas líneas, ojalá que sí.
¿Es
importante hoy en día tener por objetivo político el ganar las elecciones de
cualquier lugar? Créeme, ya no es prioritario. En estos nuevos campos de
batalla electoral y con la aparición de nuevos competidores políticos, la
obsesión por ganar confunde y hace perder la perspectiva a los representantes
políticos y a sus colaboradores.
Esto ya no
va de ganar, sino de ser más competitivos y ser más realistas. Es la
competitividad política la que lleva al éxito electoral, pero claro ¿cómo se
explica esto? siéntate un momento y sigue leyendo.
Los partidos
políticos tienen que avanzar, formarse y trabajar concienzudamente en una serie
de factores que hasta la fecha han sido en muchos casos olvidados, no se les
había dado la más mínima importancia y en el mejor de los casos, a la cola de
las prioridades políticas. Seguramente haya más protagonistas en esta “película
política”, muchos más actores en el reparto y también más o menos importantes,
pero estos son los SIETE MAGNÍFICOS:
LA
FIDELIZACIÓN DEL VOTO
“He
trabajado para hombres que me daban mucho… pero jamás he trabajado para alguien
que me lo diera todo…”
En este
nuevo planteamiento de ideas, organizaciones políticas, confusión de medios de
comunicación y el estado de ánimo de la población, el primer objetivo que debe
contemplar un partido político es atender y mejorar la relación con su votante
a fin.
Los partidos
políticos tienen que conseguir afianzar y estrechar lazos con las personas que
históricamente han sido fieles a las siglas, no pueden permitirse perder un
voto más, ni uno solo.
Pero
fidelizar al electorado hace cambiar formas de trabajo en los equipos
políticos, el primero de ellos: saber quienes me quieren tal cual soy, quienes
son capaces de darme su confianza aún no estando muy conforme con nuestra
gestión política, esos que siempre dan otra oportunidad.
Es la
psicología del votante la que nos obliga a conocer más sus hábitos, sus
necesidades y sus inquietudes. Una vez sepamos quienes son, dirigirnos a ellos
y explicarles que forman parte de él, que son parte importante del nuevo
proyecto político, que ellos también son componentes y partícipes de la marca
política.
No te
acuerdes de ellos solo a abrirse un periodo electoral, se detallista con ellos
todos los días.
LA
NEGOCIACIÓN POLÍTICA
“¿Por qué
tuvo que tocar su pistola? Era una negociación entre caballeros…”
Vayámonos
acostumbrando a negociar, negociar y negociar, con otros colores políticos, con
nuestros propios miembros del equipo, con el electorado. Cada vez habrá más
pactos, salvo que se cambie el sistema electoral, con otras formaciones
políticas o candidatos de otros partidos.
Negociar en
política implica tablas en la oratoria, conocer bien el lugar donde se entabla
la negociación, el estado de ánimo de la otra parte, la negociación conlleva
una preparación en técnicas de persuasión, de saber hasta donde se puede llegar.
La negociación es ceder y exigir, para esto hay que estar muy preparados.
Lo que se
negocia debe de tener un cierto tinte de confidencialidad, si, eso que acabas
de leer, confidencialidad y no lo que vemos normalmente con declaraciones a los
cuatro vientos o conociendo por los medios de comunicación que hablan los
partidos o candidatos sin haber cerrado ningún acuerdo.
Pero
negociar no solo con otras siglas políticas, también se puede llegar a pactos
con otro tipo de agentes y personas como pueden ser los propios compañeros y
dirigentes de partido, incluso la propia ciudadanía.
LA CLARIDAD
DEL MENSAJE POLÍTICO
“Oh, es el
mejor disparo que jamás vi. El peor, yo apuntaba al caballo…”
Se acabó el
“políticamente correcto”, no creo que a estas alturas se deba explicar que el
ciudadano quiere decantarse por ideas y mensajes nítidos y claros. Ya no cuelan
los mensajes ambiguos, vacíos de contenidos y sin compromiso real sobre la idea
que se quiera transmitir.
Ponte en el
lugar de quien escucha porque ha llegado el momento de la verdadera empatía, el
mensaje incoloro ha perdido su razón de ser, la escala cromática de los
argumentos políticos debe de asentarse en una idea fundamental.
Una idea y
mensaje único del que cuelguen el resto de los conceptos, pero siempre MUY
DEFINIDOS, si confundes, la gente optará por el candidato con el mensaje más
comprensible, que afortunada o desgraciadamente no siempre es el más
conveniente.
EL CANDIDATO
IDEAL
“Lo nuestro
no son las palabras, lo nuestro es el plomo…”
La luz que
va delante es la que alumbra. Cada vez se hace más difícil conformar equipos de
gobierno y partidos, sobretodo a nivel local o en ciudades. La aparición de
nuevas formaciones en política hace que la selección de componentes para una
candidatura sea más disputada, sobretodo aquellos que apuntan buenas
sensaciones, eso que llaman la “plancha ideal” la más preparada para llegar a
la cima.
Y es dentro
de ese conjunto de cualidades, aptitudes, actitudes y otras características
donde una figura tiene que sobresalir o verse empujada a la conducción del
transatlántico donde todos y cada uno de los miembros de la tripulación es
importante.
Un candidato
político que cada día que pasa tiene que estar actualizado en el uso de nuevas
tecnologías, además, tiene que trabajar todos los días por ser una persona más
preparada en todas las facetas de la vida pública, un ciudadano más, pero con
altura de miras.
No es mejor
candidato quien tiene más cosas que ofrecer, sino aquel que es capaz de hacer
predominar sus virtudes por encima de sus defectos.
LA
COMPETENCIA ELECTORAL
“Hay que
pelear la batalla que tenemos enfrente, no atrás…”
Ya no están
solos aquellos partidos políticos tradicionales y aquellas siglas esporádicas
que muchas veces participaron de las urnas con mayor o peor éxito electoral.
Ahora aparecen y están en el mercado electoral muchas más opciones de gobierno,
toca ser más competitivos ¿recuerdas?
Es esta
competencia la que provoca y libera un mercado de votantes desconocido hasta la
fecha, así que o buscas la diferenciación y la auto mejora de tu producto
político o caerás en picado en todas las competiciones electorales, en este
caso elecciones políticas. ¡Ah! y no te obsesiones en criticar y estar
constantemente mencionando a tu competencia, ya no funciona como antes, en
realidad nunca funcionó.
La tarta
electoral se ha dividido en más pedazos, de ahí lo de intentar ser mejores y no
los más grandes. Me da que ese dicho de “El sol sale para todos” ha llegado a
la política. No soy capaz de atisbar, al menos de aquí a unos años, la
posibilidad de implantar el sistema de segunda vuelta en estos sistemas
electorales donde han entrado tantos equipos a competir, tampoco lo descarto.
El arte de
la guerra política se compone de muchas estrategias, de muchos apartados a tener
en cuenta, de conocer y ser consecuentes con nuestros actos, de asumir nuestras
limitaciones y de ser valientes.
LA IMAGEN DE
MARCA POLÍTICA
“Les ha
obligado a tomar demasiadas decisiones. Conmigo sólo han de tomar una: hacer lo
que yo digo…”
El talón de
Aquiles de muchas siglas políticas. Mientras las marcas comerciales gastan
enormes cantidades de dinero en publicidad e imagen de marca y establecen el
uso exhaustivo de los diferentes manuales de identidad corporativa, el mundo de
la política vive ajeno a la imperiosa necesidad de cuidar su imagen, su
identidad política en los diferentes canales de comunicación. En recientes
encuestas publicadas, muchos electores han declarado desconocer en algunos
casos a quien ofrecían su apoyo en las urnas.
Y eso que en
el territorio político el candidato va de la mano de unas siglas a modo de
referencia, porque si no fuera así, los resultados serían seguramente peores o
todavía más cambiantes. La marca política es la esencia de cualquier proyecto
político y no se puede estar cambiando nombres, colores, formatos y otros
contenidos tan a la ligera y sin ningún tipo de control
¿Se imaginan
a IKEA que cada vez que abriera un centro nuevo en una ciudad cambiara su
logotipo, sus colores corporativos, incluso el nombre? ¿Quién ha dado la
autorización o por qué se asume tal atribución para usar las siglas de un
partido político para apropiarse de ellas y utilizarlas como se crea
conveniente? ¿Acaso en la política no debería mimarse y cuidarse de igual
manera el uso de marca en toda su organización?
LA LOGÍSTICA
DEL PRODUCTO POLÍTICO
"Un
muro nuevo no me impedirá entrar, es para impedirte salir…"
Estamos
cegados en la actualidad con las redes sociales, como si no hubiera otra forma
de hacer llegar el programa de gobierno, la gestión municipal y a los políticos
hasta la ciudadanía. En el mejor de los casos se siguen utilizando las
plataformas más tradicionales como las siempre bien agradecidas televisiones,
radios y otras.
Por eso
quiero usar la palabra logística, hay cientos de definiciones y no quiero ahora
hablar de tecnicismos, por eso me quedo con aquella que la define como el
puente o el nexo entre la producción y el mercado, la encargada de unir
producción y mercado a través de sus técnicas, en política, la que consigue
acercar el candidato y su producto al mercado electoral.
En la
política actual la logística conlleva planificar y gestionar bien los recursos.
Entre sus funciones principales está implantar mecanismos para controlar toda
la cadena de distribución del mensaje político, desde su emisor hasta el
consumo por parte de la audiencia, siempre con un ojo en que se haga bajo el
menor coste posible.
No hay peor
sensación en la comunicación política que aquella que se transforma en eco.
Por cierto,
los siete magníficos es uno de los westerns clásicos por excelencia de los años
sesenta, una de las décadas de la historia más convulsas con una ciudadanía que
protestaba y criticaba ferozmente a sus gobernantes políticos: movimientos de
protesta contra la guerra de Vietnam, la invasión de las tropas soviéticas en
Checoslovaquia, las muertes de John F. Kennedy, Malcolm X, no se a que me suena
todo esto…
Isaac M.
Hernández Álvarez
Consultor de
Comunicación y Marketing Político
contacto@isaachernandez.es
www.isaachernandez.es
Isaac
Hernández
@IsaacMHA
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