¿Será que Nicolás Maduro
cree que Venezuela es un juego de monopolio? Aunque el bolívar soberano más que
una moneda fuerte es solo un papel, no somos parte de un juego de mesa.
De soberano no tiene
nada porque, aun que lo nieguen está sujeto al dólar e hipotecada a los chinos,
los rusos y ahora a los turcos y, para colmo depende de las decisiones de los
cubanos.
Las medidas económicas
siguen siendo ineficientes y sus resultados nefastos. El gobierno sigue sin
dictar ninguna acción para proteger el salario, no incentiva la producción y no
se prevé, al menos “por ahora” un plan para recuperar la economía y frenar la
hiperinflación.
Y es que luego del plan
Maduro tenemos más depreciación de la moneda y del poder adquisitivo, más
inflación y por ende mayor contracción del consumo y de la actividad económica.
En fin, hoy el reto del
gobierno permanece intacto: Implementar la liberación cambiaria que prometió y
no aplicó, la disciplina fiscal que no implementó, el ajuste de gasolina, que
su incapacidad de implementación se comió, el anclaje monetario que jamás
ocurrió y la búsqueda de recursos frescos que no llegaron y siguen buscando
desesperadamente. Los 500 millones de dólares que recién le prestó la CAF no
son nada. China, Rusia y otros gobiernos aliados están presionando para que
apliquen el ABC básico de la economía para poder garantizar cobrar.
Es una realidad que con
la crisis, no solo la hiperinflación sigue aumentando, sino que también se
incrementa el control y la dependencia del gobierno sobre la mayoría de nuestro
pueblo.
Siguen tejiendo
relaciones clientelares y de control social. Los juguetes de Navidad: El
pernil, los ingredientes para las hallacas, los bonos. Son insuficientes pero
es lo único que esa población depauperada, económica y moralmente, tienen
seguro para seguir sobreviviendo.
Los trabajadores cada
día están más pobres, pero no es menos cierto que hay una mayor dependencia de
la población a los repartos subsidiados del gobierno, quien por esta razón, por
ahora aumenta su control social.
La verdad es que 15 años
de controles han sido de las causas de la profunda crisis, pero el gobierno
insiste y fija otra vez los precios acordados, que no son más que una ficción.
Esta vez, ordena a los comercios vender la carne en BsS 420, precio que no se
equipara con la realidad y que no se encuentra ni en sus tiendas Clap.
Producto de esta
hiperinflación devastadora hasta el dólar ha perdido prácticamente el 100 % de
su poder de compra en menos de un año.
Este año la economía
terminará con 1.370% de inflación. El año próximo se prevé que aumentará aún
más.
Venezuela se venció ante
los imperios rusos y chinos. Somos colonia cubana. Murió la nacionalización y
nació la entrega de nuestros recursos naturales. Seguimos entregando nuestras
riquezas a imperios y nunca producimos internamente para crecer como nación.
Termina otro año y
Nicolás Maduro, aun cuando no tiene ni popularidad, ni carisma y una
legitimidad y nacionalidad en entre dicho, sin capacidad intelectual, académica
y mucho menos moral, sin embargo sigue ocupando el cargo para el que,
“supuestamente”, resultó electo. Hay que preguntarse ¿Por qué?
Omar A. Ávila H.
@OmarAvilaVzla
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