A lo largo de la historia, el combate por la
democracia y por los derechos humanos ha alumbrado las relaciones entre los
pueblos. La soberanía y el principio de la autodeterminación han modulado sus
formulaciones clásicas y en el Derecho Internacional ya se admite como una
verdad incontrastable la supranacionalidad de la promoción y defensa de la libertad, de los derechos y valores democráticos.
En el recién publicado libro “El Control Parlamentario
de la Política Exterior”, que coordinó el internacionalista Edmundo González
Urrutia, se analizan, por varios autores, aspectos de la política exterior en
general y muy especialmente de la política exterior de nuestro país.
Los gobiernos están obligados a respetar los
convenios, tratados y pactos internacionales que hayan suscrito, tal como lo
establece el artículo 23 de la Constitución venezolana vigente: “Los tratados,
pactos y convenciones relativos a derechos humanos , suscritos y ratificados
por Venezuela, tienen jerarquía constitucional
y prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas
sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta
Constitución y en las leyes de la República, y son de aplicación inmediata y
directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público”.
Como señalo en el trabajo que me tocó presentar,
vivimos en un mundo interdependiente, un mundo en el que se amplían y
profundizan las relaciones entre los países por el proceso de globalización.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las relaciones
internacionales han tenido cambios importantes. Hay una nueva realidad.
Trascendiendo su dependencia colonial, decenas de países han conquistado su
independencia para incorporarse a la escena mundial. Las armas atómicas han
transformado en holocausto la posibilidad de una nueva guerra mundial. De allí
que la ONU en su Carta enarbolara la bandera de la paz y consagrara la defensa
de los derechos humanos y principios para el progreso social de los pueblos y
un trato justo en las relaciones internacionales. Igualmente la OEA sostiene
que “la solidaridad de los Estados Americanos y los fines que con ella se
persiguen, requiere la organización política de los mismos sobre la base el
ejercicio efectivo de la democracia representativa”.
Carlos Canache Mata
canachemata@hotmail.com
@CarlosCanacheMa
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