Finaliza la
semana anterior y comienza la actual con profusión de peculiares cabildos y
cabildeos aparentemente exitosos… ¡Es la moda! Como la semántica está en boga;
se anuncia la celebración de un “cabildo mayor” en Caracas a ser efectuado
pasado mañana (23 de enero).
Paradójicamente, tanto el gobierno y la oposición
celebran al alimón la fecha.
Hace apenas sesenta y un años (tal día como hoy)
se realizó una huelga general exitosa por 24 horas en todo el país. En la misma
participaron empleados y empleadores. Dueños, periodistas y trabajadores de la
prensa. Profesores y estudiantes: ¡La ciudadanía en pleno! Fue un primoroso y
esperanzador hecho. Las consecuencias de este contundente paro general
permitieron que los militares se manifestaran públicamente. Es decir, alzados
en sus cuarteles respectivos. Asumieron con “testosterona” una de sus
responsabilidades y atribuciones más conspicuas. Se expresaron en las distintas
guarniciones de ciudades donde estaban acantonados los cuerpos más importantes
del ejército, la marina, la aviación y la guardia nacional. En Caracas, La
Guaira, Puerto Cabello y Maracay (no en
el Perú, como pareciera ser la tendencia actual). Acudieron de madrugada a
Miraflores; en concordancia con algunos civiles avispados, procedieron a
constituir la Junta de Gobierno. En el ínterin, el obeso dictador y sus más
cercanos acólitos tomaron “las de Villadiego”. El mito de la unidad férrea de
las FAN se evaporó. ¡Como se desintegran la mayoría de todos los mitos
infundados por ser fabulados. En forma rápida, atildada y estruendosa.
La
robolución –como de costumbre- anuncia una marcha de sus correligionarios el
mismo día (muy parecido al “cabildo” opositor). ¡Más de lo mismo! Este
repetitivo modus operandi ha sido debidamente apuntalado, motivado, sustentado
y acicateado por dos declaraciones siniestras del “dúo dinámico”: Maduro y
Padrino. El obeso ratifica su decisión de encarcelar a “los guarimberos”. Ser
guarimbero, para Maduro y su combo,
significa que todo aquél que haga uso de la facultad de protestar
cívicamente en la calle (de acuerdo al uso permisivo, diáfano y preciso de las
garantías políticas constitucionales) comete un grave delito a ser sancionado
con cárcel. Por su parte el corifeo milico afirma, con su tradicional
desparpajo, que las fuerzas armadas qué
él indignamente mangonea están dispuestas a morir por Maduro y su entorno. La
frase está impregnada con ribetes grandilocuentes, muy “verborreicos” por lo
demás, de todas las tradicionales proclamas épicas. Provenientes de
revoluciones serias; pero también de montoneras aventureras.
Pero
detengámonos brevemente allí. Se hace necesario traducir de manera veraz e
impecable el falaz dicho para ajustarlo en sus justos y precisos términos. La
particularísima y sui géneris jerga del actual e inconfundible milico mayor así
lo corrobora. La jerga o caló de Padrino
es contradictoria, chimba, oportunista e hipócrita. Tal cual como lo corrobora
y ratifica una vieja fotografía suya, (ratificando aquello de que una imagen
vale más que mil palabras) donde aparece arrodillado, (¡rodilla no en tierra!
Sino aposentada en mullida alfombra”) en plan de “sigüi” empedernido,
obsecuente, sumiso y subalterno. ¡Para nada marcial ni prusiano! … Pero
cortesano por excelencia ante el ya decrépito Fidel Castro.
Establecida
la anterior y oportuna digresión; vayamos entonces a desmenuzar el significado
real de su lapidario y demagógico aserto. Aquello de “morir por Maduro”. La
mente humana suele nutrirse de reminiscencias provenientes de diversas creaciones literarias: “El otro yo
del doctor Merengue”, la dicotomía
extraña del “Dr. Jekyll y Mr. Hyde”. El de
plasmar simples intenciones subyacentes en el inconsciente. Producto de
inequívoca bipolaridad o de insanía mental. Creo en definitiva que su aserción
siniestra se circunscribe de manera única y objetiva a su mera “intención de
matar” a todo aquel opositor que osare testimoniar fehacientemente su oposición
al totalitarismo. No se trata de una simple balandronada. Es la reiteración
fáctica de la conducta asumida en disímiles ocasiones (de manera perversa y
reiterativa por cotidiana) por parte de
la FANB, el SEBIN y los demás cuerpos represivos. Circunstancias donde han sido
vilmente asesinados muchos compatriotas. Es decir, todas las víctimas acaecidas
por consecuencia de fusiles asesinos. Basta con rememorar solamente dos
ejemplos (por razones de espacio) de tan criminal conducta. Se trata de los
compatriotas “dados de baja” en las últimas protestas masivas realizadas hace
poco tiempo. De igual modo es oportuno recordar el cobarde ajusticiamiento de Oscar
Pérez y sus acompañantes. Crimen sin precedentes cometido a plena luz del día, transmitido en la web de
manera pública y con instrucciones expresas por parte de la superioridad
(¿Quién lo ordenó específicamente?) hace apenas un año en El Junquito. Estos
actos criminales, de lesa humanidad (casi de genocidio) y bochornosos se conocen dentro del ámbito académico (Para
quienes gustan del uso puntual de terminología apropiada y docta) utilizado por
abogados, constitucionalistas, politólogos, sociólogos etc., como lo es el
eufemismo denominado “Terrorismo de Estado”.
Decíamos y
ratificamos que la disposición de matar a mansalva ha estado, está y
estará presente; de manera amenazante y
campante, con plena impunidad (mientras la dictadura perviva) tal como ha sido
expresado y asentado mediante la inaudita doctrina y conducta habitual de
quienes dirigen la “Robolución del siglo XXI”.
Aceptada la
anterior premisa como cierta; se hace necesario concluir, entonces, que la
innegable, inequívoca y confesa disposición de matar está siempre presente.
Reiterada por el anuncio del jefe de la FANB y de los demás órganos represivos de la robolución. El ultimátum es
cierto e indudablemente sobrecogedor. Pero el mismo se encuentra a mil “años
luz de morir” como lo pavonea. Porque matar y morir son dos cosas distintas. Lo
de inmolarse de verdad no es para él una
opción ni se lo ha planteado. Ni siquiera como hipótesis. Consiste
sencillamente en amedrentar. Es una
frase de efecto sórdido. Producto de sus
fabulaciones y mentirijillas o muletillas para congraciarse y “continuar
apegado al apamate”.… “Del dicho al
hecho gran trecho”.
El
camarada Shakespeare (To be or not to
be) podría agregar en sus conocidos dramas que: “¡Matar es la cuestión. Morir
no es opción! Basta, para mayor ilustración, recordar la despavorida y cobarde
estampida realizada el pasado agosto. Efectuada por los “gloriosos” cadetes de
la Guardia Nacional y el de diversas unidades élite en presencia del comandante
en jefe y del alto mando militar y político en el acto aniversario de ese
componente. Están prestos y dispuestos a matar a mansalva; ¡pero a morir ni de
vaina!
Estoy
consciente de que a algunos no les agrada que se recuerden experiencias
pasadas. Sobre todo a quienes predican y practican de manera recurrente la
falacia de que en aras de eventuales transiciones acomodaticias es conveniente
utilizar el deleznable y anti ético
pragmatismo rupestre. La mayoría de ellos proponen cubrir de manera
indecorosa, injusta e ilegal con un manto de perdón y de perniciosa impunidad
(moral o legal) todos los crímenes y desafueros cometidos por los dictadores y
cómplices de turno.
El único
criminal y torturador que pagó con justa cárcel una vez muerto Gómez,
(1908-1935) fue un “cabo de presos” llamado Nereo Pacheco. Gracias a la
denuncia y acción judicial incoada por víctimas suyas en la cárcel “La
Rotunda”. Los asesinos y torturadores de la Seguridad Nacional, (1948-1958) que
saldaron sus cuentas con la sociedad fueron apenas los contados “esbirritos”,
(al decir de su jefe Pedro Estrada) apresados luego de la toma y saqueo de la
tenebrosa sede policial. Tarea de limpieza efectuada por el ejército y el
pueblo al alimón en aquella resplandeciente madrugada. Ni Pérez Jiménez, ni sus
ministros crápulas, fueron sancionados penalmente. Sólo muy pocos, con Tarugo a
la cabeza, fueron castigados administrativamente por causa de los delitos
cometidos en contra de la “cosa pública”. Como colofón resultó que parte de sus bienes adquiridos mediante trapacerías
fueron decomisados.
Este 23 de
enero pareciera ser auspicioso para el comienzo del proceso definitivo de
desmembramiento progresivo e inducido del totalitarismo… ¡Así será! No como
producto de ingenuos deseos o de vanas esperanzas utópicas. Para que cristalice
es necesario superar la actual etapa de cabildos. ¡Ya queda poco por cabildear!
Se requerirán nuevos hechos y acciones políticas cívicas. Pero contundentes,
valientes y aleccionadoras como factor de presión… ¡En la calle!
La simbología
del 23 de enero de 1958 fue plasmada y resumida en perfecta acción progresiva de veintitrés
días. Muy parecida procedimentalmente a “Fuente Ovejuna”. Se estrecharon las
manos los habitantes de “La Charneca”, con los del “Country Club”. Por ello la FAN apoyó resueltamente a la ciudadanía y a la
población en general… Entonces renació la democracia.
José Rafael Avendaño Timaury
Cheye36@outlook.com
https://jravendanotimaurycheye.wordpress.com
@CheyeJR
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