Otro 23 de Enero glorioso como el de 1958,
ha sido la decisión de la unidad opositora encabezada por el Diputado Juan
Guaidó, como Presidente de la Asamblea Nacional de asumir bajo juramento la
conducción –interina- del Estado, acompañado multitudinariamente por el pueblo
venezolano en todas las ciudades del país y las más importantes del mundo, así
como su inmediato reconocimiento por los países democráticos del universo
encabezados por Estados Unidos, dejó fuera de sí a los oficialistas.
Nadie se lo esperaba, por lo cual, el
factor sorpresa enloqueció a Maduro y sus secuaces, quienes quedaron sin
palabras, para luego balbucear improperios huecos y vacíos que ya nadie
escucha, ni teme.
En su desesperación, ahora esgrimen
argumentos ¨jurídicos¨ para intentar acusar a Guaidó y a la unidad opositora de
¨golpista¨! Hay que tener piel de caimán para acusar a otros de lo que ha sido
su conducta habitual, esto es, la violación sistemática de todas las reglas,
especialmente las de rango constitucional.
Baste recordar que con la derrota que les
infligimos el 6-Dic/15 con motivo de las elecciones parlamentarias, ya sin
legitimidad decidieron el 23/12/15 –cual malandros de barrio- designar a un TSJ
chimbo para ponerlo a su servicio y anular cualquier iniciativa de la Asamblea
Nacional, y maniatar con ello a la oposición.
Utilizaron a unos jueces penales corruptos
sin competencia, y anularon la convocatoria del referéndum revocatorio de 2016;
encarcelaron a dirigentes de la oposición; inhabilitaron a varios líderes
importantes; en fin, secuestraron todas las instituciones y las pusieron a su
servicio para seguir en el poder a cualquier precio.
Impusieron una Asamblea Nacional
Constituyente contra toda lógica constitucional; y con ese mamotreto, también convocaron
elecciones fraudulentas para la presidencia de la república, gobernadores,
alcaldes, concejales. Todo esto demuestra quienes son los golpistas y
violadores de la Constitución.
Incidieron –ex profeso- en la
división de los esfuerzos opositores, aprovechando indebidas posturas, y
errores del liderazgo de la MUD, para desilusión del pueblo venezolano que se
sintió desamparado.
Con este nuevo impulso de las fuerzas
democráticas venezolanas, absolutamente apegadas a derecho, se renueva la fe
del pueblo venezolano bajo el liderazgo del presidente Guaidó, y la ayuda de la
comunidad internacional.
La tercera premisa marcada por Guaidó en
su discurso de asunción de la presidencia de la AN, es decir, el acompañamiento
de la FAN al sistema democrático, está en veremos; pero la verdad es que el
alto mando ha estado –con poca emoción- del lado del usurpador Maduro, hasta el
presente. Valdría la pena recordar el refrán, que dice: ¨el amor es eterno,
hasta que se acaba¨.
Lo cierto, es que más allá del alto mando
militar, también hay unos cuadros medios y bajos que sufren las penurias de la
crisis económica creada por el régimen comunista de Maduro, que con toda
seguridad estarán del lado de la Constitución en el momento preciso.
Debemos seguir apoyando decididamente al
liderazgo encabezado por Juan Guaidó, y empujar democráticamente para crear los
mecanismos de resolución pacífica de esta crisis generada por Maduro y su
incompetencia para administrar.
El balón está del lado del gobierno para
responder al golazo que le metió la oposición, tendrá que ofrecer alguna
respuesta más allá de los consabidos insultos ridículos a que nos tienen
acostumbrados. Constancia y paciencia deben ser nuestras consignas inmediatas.
Para salir de la crisis presente, quedan
pocas opciones posibles. Una de ellas, la lógica a nuestro juicio es que se
negocie la celebración de elecciones generales libres; con observación
internacional y un CNE distinto.
La otra, es la violencia, y no creo que
Maduro tenga con qué. Chao Nicolás!
Román Ibarra
@romanibarra
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