Desde la
arribada de Chávez al poder hasta la actualidad los problemas del país se
masificaron, la corrupción, el despilfarro, la desinstitucionalización llegaron
a niveles impensables, peor aún, se crearon terribles problemas nuevos como el
pranato, el bachaqueo, la hiperinflación, entre otros innombrables. Hoy por
hoy, Venezuela ocupa lugares cimeros en descalidad de vida, no solo en la
región sino a nivel mundial. La cultura política se elementarizó, se
cabernicolizó de la mano de una élite política infectada de uno de los
regímenes más ruines de la historia, el castrismo cubano.
Indicar sí
falta mucho o poco para que Venezuela comience su transformación tiene varias
aristas, comencemos por la más importante, el cambio del régimen actual. Para
que la transformación ocurra debe comenzar inexorablemente por la separación
absoluta del chavismo de la conducción pública, ello es indispensable,
difícilmente se puedan emprender mejorías cuando quienes conducen la nación son
los propiciadores del caos, muchos de ellos intencionales. En este particular,
con la actual crisis que afronta el régimen, nos atrevemos inferir ese cambio
ocurrirá sorprendentemente pronto, pues no solo está en el desaforado clamor de
la inmensa mayoría de los venezolanos, sino de la comunidad internacional
influyente/determinante, es un hecho.
De este
modo, es imprescindible la unión planificada de la oposición, entendiendo por
“oposición” esta inmensa mayoría social extrapolando los partidos políticos,
hablamos de gremios, sectores, comunidades, todo el tejido que conforma la
sociedad venezolana y ello estimados lectores está ocurriendo. Del mismo modo,
ante el secuestro institucional por parte del Psuv, para nadie es un secreto
que los pasos que está dando la oposición, con el protagonismo de Guaidó,
recibe no solo orientación criolla de alto nivel, sino fulgente asesoramiento
internacional, de manera de blindar cada paso asumido dentro y fuera de
nuestras fronteras.
Es necesario
acotar, absolutamente nada de lo ocurrido en los 20 años anteriores tiene que
ver con lo que hoy ocurre, esta coyuntura es inédita, el chavismo para los
demócratas nacionales y foráneos legalmente dejó de ser gobierno el 10 de enero
de este año ¡no es poca cosa! perdió toda protección y reconocimiento
diplomático, apoyos internacionales, está siendo tratado como sujetos de
derecho comunes, no es una opinión, es la narrativa de los hechos. Así, con la
unión estratégica de los venezolanos clamorosos de cambio (cerca del 90%), con
un asesoramiento destacado, lo que origina pasos firmes, debemos ser
extremadamente optimistas-reales de que los cambios que ¡Ya comenzaron!
Ahora, falta
mucho por hacer desde luego, estamos en un país destruido, pero lo económico no
será problema, será de rápida reconstrucción. Se encuentran a la espera
inconmensurables cantidades de recursos de toda índole esperando a que cambie
nuestra inseguridad jurídica y política para que vengan invertir como nunca se
ha visto en la historia, en un país con el potencial económico más grande del
planeta, ello será en un mediano plazo no tan distante.
En lo social
radica el problema, el chavismo ha explotado furtivamente una mentalidad que
hay combatir, revertir, superar definitivamente. El populismo salvaje generador
de pobreza mental debe ser sustituido por los insustituibles valores de la
educación y el trabajo, estas herramientas deberán ser los pilares
insustituibles del crecimiento del país. Ello se hará posible a través del
restablecimiento de la autoridad, el chavismo ha sido el gobierno con más poder
en los últimos 60 años pero con menor autoridad, pues la corrupción, la
partidización y demás flagelos hicieron que quienes debían imponer respeto,
orden, propiciaran los hechos delictivos. Al reestablecer la autoridad en todos
sus niveles, con profesionalismo y constitucionalidad, la luz llegará para
quedarse.
Leandro
Rodríguez L.
@leandrotango
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