miércoles, 6 de febrero de 2019

LEANDRO RODRÍGUEZ L.¿FALTA MUCHO O FALTA POCO?

Desde la arribada de Chávez al poder hasta la actualidad los problemas del país se masificaron, la corrupción, el despilfarro, la desinstitucionalización llegaron a niveles impensables, peor aún, se crearon terribles problemas nuevos como el pranato, el bachaqueo, la hiperinflación, entre otros innombrables. Hoy por hoy, Venezuela ocupa lugares cimeros en descalidad de vida, no solo en la región sino a nivel mundial. La cultura política se elementarizó, se cabernicolizó de la mano de una élite política infectada de uno de los regímenes más ruines de la historia, el castrismo cubano.

Indicar sí falta mucho o poco para que Venezuela comience su transformación tiene varias aristas, comencemos por la más importante, el cambio del régimen actual. Para que la transformación ocurra debe comenzar inexorablemente por la separación absoluta del chavismo de la conducción pública, ello es indispensable, difícilmente se puedan emprender mejorías cuando quienes conducen la nación son los propiciadores del caos, muchos de ellos intencionales. En este particular, con la actual crisis que afronta el régimen, nos atrevemos inferir ese cambio ocurrirá sorprendentemente pronto, pues no solo está en el desaforado clamor de la inmensa mayoría de los venezolanos, sino de la comunidad internacional influyente/determinante, es un hecho.

De este modo, es imprescindible la unión planificada de la oposición, entendiendo por “oposición” esta inmensa mayoría social extrapolando los partidos políticos, hablamos de gremios, sectores, comunidades, todo el tejido que conforma la sociedad venezolana y ello estimados lectores está ocurriendo. Del mismo modo, ante el secuestro institucional por parte del Psuv, para nadie es un secreto que los pasos que está dando la oposición, con el protagonismo de Guaidó, recibe no solo orientación criolla de alto nivel, sino fulgente asesoramiento internacional, de manera de blindar cada paso asumido dentro y fuera de nuestras fronteras.

Es necesario acotar, absolutamente nada de lo ocurrido en los 20 años anteriores tiene que ver con lo que hoy ocurre, esta coyuntura es inédita, el chavismo para los demócratas nacionales y foráneos legalmente dejó de ser gobierno el 10 de enero de este año ¡no es poca cosa! perdió toda protección y reconocimiento diplomático, apoyos internacionales, está siendo tratado como sujetos de derecho comunes, no es una opinión, es la narrativa de los hechos. Así, con la unión estratégica de los venezolanos clamorosos de cambio (cerca del 90%), con un asesoramiento destacado, lo que origina pasos firmes, debemos ser extremadamente optimistas-reales de que los cambios que ¡Ya comenzaron!

Ahora, falta mucho por hacer desde luego, estamos en un país destruido, pero lo económico no será problema, será de rápida reconstrucción. Se encuentran a la espera inconmensurables cantidades de recursos de toda índole esperando a que cambie nuestra inseguridad jurídica y política para que vengan invertir como nunca se ha visto en la historia, en un país con el potencial económico más grande del planeta, ello será en un mediano plazo no tan distante.

En lo social radica el problema, el chavismo ha explotado furtivamente una mentalidad que hay combatir, revertir, superar definitivamente. El populismo salvaje generador de pobreza mental debe ser sustituido por los insustituibles valores de la educación y el trabajo, estas herramientas deberán ser los pilares insustituibles del crecimiento del país. Ello se hará posible a través del restablecimiento de la autoridad, el chavismo ha sido el gobierno con más poder en los últimos 60 años pero con menor autoridad, pues la corrupción, la partidización y demás flagelos hicieron que quienes debían imponer respeto, orden, propiciaran los hechos delictivos. Al reestablecer la autoridad en todos sus niveles, con profesionalismo y constitucionalidad, la luz llegará para quedarse.


Leandro Rodríguez L.
@leandrotango 

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