Lo que vimos
el día 23 de febrero en nuestras fronteras con los vecinos de Colombia y Brasil
por parte del régimen de Maduro, es absolutamente miserable. Solo unos seres
siniestros, y sin alma, son capaces de impedir a sangre y fuego el ingreso de
ayuda humanitaria a nuestro país.
En los días
previos, y para contrarrestar la acción conjunta de los países democráticos a
favor de Venezuela, el usurpador declaró que estaba recibiendo ayuda
(humanitaria, oh sorpresa), pero desde Rusia, a pesar de la reiterada negativa
para reconocer la existencia de la crisis. Por cierto, que un alto funcionario
ruso desmintió la entrega de tal ayuda. Es decir, Maduro no sólo es miserable,
sino mentiroso compulsivo.
En medio de
la más grande crisis generada por el pésimo desempeño de la economía en manos
de estos alucinados comunistas, el país se deshace en medio de la pobreza
atroz, y las soluciones en el orden económico, político y social, se retrasan
en detrimento de la gente.
No se pudo
hacer llegar la ayuda humanitaria que tanto requiere el pueblo venezolano, y
que fue donada por la intermediación de gobiernos y pueblos amigos, así como
por la ayuda muy significativa de nuestros compatriotas en el exterior que
generosamente trabajaron en la compra, organización y embalaje de alimentos y
medicinas.
Por fortuna,
nuestra gente no se rinde y entiende que es mucho más importante que la ayuda
llegue al país, y llegará más temprano que tarde por la persistencia de todos.
Por otra
parte, aunque en el fondo es la misma agenda, seguimos avanzando en el
desarrollo de las premisas marcadas por la unidad democrática liderada por el
Presidente (e) Juan Guaidó.
Ha tenido el
Presidente un conjunto de reuniones de alto nivel con mandatarios y
personalidades para buscar soluciones.
La
diplomacia sigue trabajando, y esta semana tuvimos un gran éxito en el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas con 9 votos a favor de 15 posibles. Casi
dos tercios, y ello es un avance muy significativo. Del mismo modo, continúa el
apoyo irrestricto del Grupo de Lima; gobiernos y
Parlamento europeo, así como nuevos países que se suman al reconocimiento del
gobierno interino de Venezuela, como Japón y Corea del Sur, entre otros.
Igualmente,
sigue creciendo el número de militares que se suman al reconocimiento de la
Constitución y el gobierno de Guaidó. Es cuestión de seguir acumulando fuerzas,
no desesperarse, y mantener cohesión y coherencia en la lucha. Confianza en el
liderazgo, y contribuir en cuanto sea posible para el logro cívico, pacífico, y
constitucional del cese de la usurpación; gobierno de transición, y elecciones
libres.
Todos los
demócratas esperamos poder cumplir a cabalidad con la consecución de estos
objetivos, rogando que no haya necesidad de guerras que solo dejan secuelas muy
dolorosas, aunque entendemos que son muchas las personas que desean una salida
militar rápida para conjurar la tragedia.
Tal como ha
dicho el Presidente Guaidó, y nuestros aliados en el hemisferio, vamos bien!
Entonces, debemos estar dispuestos a continuar la lucha y atender el llamado
del liderazgo democrático y unitario para demostrar de manera masiva en
nuestras calles, nuestra decisión irreversible de ser libres, y felices.
Es necesario
estar atentos para no caer en la trampa del gobierno al pretender
desmoralizarnos. Lo nuestro es seguir avanzando en la consecución de la
libertad con la ayuda de nuestros aliados internacionales para poder finalmente
expulsar al sátrapa; sus cómplices en la destrucción del país, como son sus
socios del narcotráfico (FARC-ELN); los terroristas musulmanes de Hezbollah, y
los chulos de la dictadura cubana. Sigamos avanzando.
Román
Ibarra,
@romanibarra
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