sábado, 4 de julio de 2020

LUIS FUENMAYOR TORO, PARADOJAS ACTUALES Y VERDADES INCUESTIONABLES

El único poder que está por encima de todos los demás poderes es el poder del pueblo soberano, de los ciudadanos votantes si se prefiere, quienes puede expresarse por cualquier medio que decidan.

Muchos de quienes consideraron legítimo el CNE que organizó las elecciones de 2015, a pesar de haber sido designado por el Tribunal Supremo de Justicia, consideran ahora inconstitucional el nombramiento del nuevo CNE por parte del mismo organismo judicial.

Inaudito que muchos opositores se llenen la boca exigiendo la aplicación estricta de las leyes y de la Carta Magna, cuando han apoyado las más descaradas violaciones de las mismas por parte de la Asamblea Nacional (AN) de Guaidó.

Hay algunos objetando legalmente los cambios dirigidos a mejorar la representación proporcional en las elecciones venideras de la AN, pero permitieron la violación por la LOPRE del mandato en este sentido del artículo 63 de la Constitución Nacional.

Los poderes constituidos no pueden objetar la propuesta constitucional de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), ni ejercer sobre ésta ningún tipo de acción derivada de sus atribuciones, pero ésta no puede asumir ni modificar las funciones de los poderes constituidos.

El sistema mayoritario electoral vigente desde 2009 es inconstitucional, lo que hace muy cuestionables todas las elecciones de organismos deliberantes realizadas desde ese momento para acá.

Tanto la mayoría absoluta obtenida por el PSUV en las elecciones de diputados de 2010, como la mayoría absoluta obtenida por la MUD en 2015, son igualmente inconstitucionales, pues son el resultado de la violación del artículo 63 de la Carta Magna.

Hay quienes condenan con razón, en función de la independencia de poderes que existe en las repúblicas contemporáneas, que Juan Guaidó pueda ser Presidente de Venezuela y Presidente de la AN al mismo tiempo, pero sin embargo defienden la existencia de una ANC plenipotenciaria.

Las democracias bipartidistas son mucho menos democráticas que las democracias pluripartidistas, pues estas últimas permiten mucha mayor pluralidad política en los cuerpos deliberantes y garantizan una mayor representatividad de la voluntad popular.

Maduro ganó unas elecciones presidenciales donde votaron 9 millones de personas, pero para la oposición extremista es un Presidente ilegítimo; Guaidó no ha sido electo, pero para esos mismos extremistas es el Presidente legítimo de la República y Presidente de la AN al mismo tiempo.

La única forma de que la AN designara al nuevo CNE era que sesionaran conjuntamente la AN presidida por Parra y la presidida por Guaidó.

La ANC no es supraconstitucional como lo declaran con frecuencia varios de sus integrantes. Por encima de la Constitución sólo está el poder soberano de la población en su conjunto.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

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